La salida de 10 mandatarios estatales que integran la Alianza Federalista por México de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) tiene mucho qué ver con el futuro mediato en la política del país.


La relación que los mandatarios tienen entre sí ha quedado de manifiesto junto con la unidad que han logrado, al votar de manera unánime por abandonar la Conago, que desde su punto de vista perdió su esencia como ente articulador del diálogo entre los estados y la Federación.


En ocasiones comenté que a partir de ciertas decisiones que se tomaran en el escenario político nacional, era muy probable que el gobernador de Tamaulipas Francisco García Cabeza de Vaca adquiriera un rol de mayor protagonismo en la Alianza Federalista por México y de hecho así ha sido, pues Cabeza de Vaca es uno de los principales impulsores de la necesidad de contar con un nuevo pacto fiscal, para que la Federación entregue a cada entidad una cantidad justa de recursos, de acuerdo con lo que se genera en recaudación.


El es desmembramiento de la Conago, que perdió una tercera parte de sus agremiados, fortalece a la Alianza ya que los mandatarios han sido consecuentes en sus exigencias al gobierno federal, para que el trato hacia las entidades sea justo y especialmente congruente en materia de colaboración y apoyo para atender las necesidades de la población.


El surgimiento con mayor fuerza de la Alianza Federalista por México dará un mayor margen a Cabeza de Vaca
y otros gobernadores como Enrique Alfaro, de Jalisco y Javier Corral de Chihuahua para que tengan espacio para convertirse en los nuevos interlocutores y eventualmente, cabezas de un movimiento amplio que sea un contrapeso necesario, en un país en el que la concentración de poder absoluto recae en un solo individuo, algo impensable en una auténtica democracia.

CABEZA, EN EL TOP 5
A propósito, el mandatario tamaulipeco se ubicó en el quinto lugar en una evaluación hecha por una consultora nacional, que midió la eficiencia en el desempeño y la reputación digital de los gobernadores del país.


La calificación de Cabeza de Vaca, se ve, está en sintonía con la estrategia de buscar el liderazgo de la Alianza Federalista, que desde ahora se ve como el contrapeso de la auto llamada 4T. De aquí en adelante, lo que venga en lo político va a ir delineando la carrera que la oposición siga en la
ruta hacia los comicios de 2021, 2022 y 2024.

Y, efectivamente, no hay que quitarle la vista al gobernador tamaulipeco ni dejar de leer entre líneas cada movimiento nacional y sus implicaciones en el estado.

PAN, POR REVALIDAR TRIUNFOS
En el PAN tamaulipecos, tienen muy claro que el principal reto que enfrentan es revalidar los triunfos de hace dos años. Y en otros casos, recuperar para sí, las Presidencias Municipales y los distritos electoralws federales que perdieron en 2018.


En ese tenor es como se van a definir las candidaturas a las alcaldías y a las diputaciones locales y federales en el entendido de que mantener la unidad interna y asignar las posiciones a quienes estén mejor colocados fortalecidos y con alianzas pueden garantizar obtener el triunfo en los comicios del próximo año.

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