La desaparición de fideicomisos, aprobada por los diputados federales de Morena y sus aliados del PES, se ha convertido en un asunto del que se ha escrito y hablado mucho, pero cuya discusión no terminará ahí.
La falta de pruebas sobre presuntos desvíos en todos los fideicomisos que el Presidente López pidió al Congreso desaparecer, no parecen justificar la decisión de dejar sin recursos temas tan importantes como la protección civil, la atención a zonas de desastre, el apoyo a deportistas de alto rendimiento, víctimas o a periodistas amenazados, por citar algunos. También se incluye a programas de fomento a la investigación y la ciencia, por ejemplo.
Y aunque se han dirigido críticas a organizaciones no gubernamentales vinculadas a empresas o personajes políticos, los argumentos siguen sin convencer a buena parte de la sociedad, que ve la acción de los legisladores como una consecuencia de la “obediencia a ciegas” que el Presidente ha exigido a quienes están con él en la auto llamada 4T.
Para pocos es desconocido que 2021 será un año sumamente complicado para la economía del país y por ende, las finanzas públicas. Tomar todo el dinero que se pueda, de donde haya y pese a lo que se tenga que hacer, es lo que se ve en la acción concertada del Ejecutivo y de la mayoría legislativa que tiene el partido del Presidente.
El tema de los fideicomisos desaparecidos, los señalamientos sin fundamento o con un tinte eminentemente político es en estos momentos una distracción que la 4T quiere que funcione.
La detención en Estados Unidos del ex secretario de la Defensa Nacional, bajo cargos graves, representó un golpe político directo, fuerte, demoledor, a la estrategia de la 4T, que ha usado y abusado del discurso de que todo lo pasado es corrupto. Por las tareas que realiza el Ejército actualmente, muchas de ellas alejadas de su principal responsabilidad, el tema es espinoso, por decir lo menos.
Al ex jefe militar, el Presidente no lo puede acusar abiertamente, ni tasar igual que a los políticos del pasado. Políticamente, no es una ficha con la que pueda jugar, sin el riesgo de perder mucho.
En ese contexto, insistir en los presuntos actos de corrupción en los fideicomisos -nadie ha dicho que no hubo-, se antoja como un intento por desviar la discusión social de ese asunto y de otro, que dejó perpleja a la 4T: la preferencia que la gente dio al PRI sobre Morena y el PAN en las elecciones del domingo pasado en Hidalgo y Coahuila.
Las distracciones son algo que cualquier gobierno utiliza para desviar la atención y la discusión de asuntos que le interesa abordar o evadir. En este gobierno federal, como en los anteriores, esa práctica es algo común.
Alentar desde las redes sociales, desde las conferencias matutinas o cualquier otra tribuna pública del país discusiones, acusaciones, ataques o descalificaciones, ha creado un ambiente enrarecido.
El ánimo social se ha polarizado y quienes le entienden a esto, saben que se trata de una estrategia para esconder los verdaderos fines. O para ocultar la incapacidad, la impericia o la perversidad.
IÑIGO FERNÁNDEZ, EN LA LISTA
Quienes están enterados de las posibilidades que tiene el PAN para refrendar sus triunfos en la Alcaldía porteña y en las diputaciones locales, además de la recuperación de la federal, reconocen que el partido posee una estructura sólida, buena calificación de sus gobernantes y las condiciones ideales para mantenerse como la primera fuerza política en la localidad.
Pero también, saben que del perfil de los candidatos o candidatas, depende en buena medida que los resultados sean los que se esperan o superen las expectativas.
En ese tenor, a los nombres de René Sentíes, Rosa González, Mon Marón, Nora Gómez y José Antonio Heredia se ha sumado el de Iñigo Fernández Bárcena.
El dirigente de los hoteleros es, además, Presidente Municipal suplente. Tiene excelentes relaciones en el sector privado y grupos de la sociedad civil.
Cuando fue la campaña por la Alcaldía, era común verle caminando a la par con Chucho, recorriendo las colonias y escuchando a la gente. Luego, desde su posición actual, ha impulsado acciones en beneficio de los trabajadores de empresas hoteleras y de servicios afectados por la pandemia.
De unas semanas a la fecha, Iñigo Fernández ha estado yendo a diversas colonias de la ciudad para, con personal de la Secretaría de Atención Ciudadana o de Bienestar Social, repartir agua de botellón de manera gratuita a la población, así como otros productos de primera necesidad.
En el ánimo de quienes pueden tomar decisiones, proponer e impulsar nuevas opciones en el PAN, la figura de Iñigo está muy bien vista, apreciada y considerada. Hay que estar atentos a eso.
