Llegamos temprano a la casilla en la que nos correspondía votar, en familia, como siempre. Eran pasadas las 7:30 horas y nos sorprendió ver que en la incipiente fila había al menos 20 personas que llegaron desde las 7.

El sol apenas despuntaba entre las nubes y ya se sentía calor. Como muchos, pensé que saldría de ahí rápido, pero algunos funcionarios de casilla no llegaron a tiempo. Eso y la impericia para la instalación de casillas hicieron que se tardaran 2 horas en comenzar las votaciones. En cosa de una hora, la fila llegó al final de la cuadra y dio vuelta hasta la siguiente. Mucha gente, sin sana distancia, pero todos con cubrebocas.

Todo era tranquilo, hasta que la desesperación hizo presa de varios que desinformados y malinformando, decían que abrirían la casilla hasta las 10, lo cual resultó falso.

Nadie se movió. Algunos fueron por yogur y agua a la tiendita de la esquina, para aguantar la espera. Otros, solo se quedaron ahí.

El sol ya calentaba y la gente buscaba una sombra para protegerse. Finalmente, con orden se inició la votación.

Fluyó bien y rápido salimos. La fila iba aminorando y para las 10:30 ya era de la mitad. Es decir, de una cuadra de longitud.

Así, muchas personas salieron a votar con entusiasmo, con el deseo de hacer valer su derecho. Las filas fueron largas durante la jornada electoral en numerosas casillas de la zona.

Una de las enseñanzas que nos deja esto es que aunque hubo una enorme polarización política propiciada desde el gobierno y fortalecida por la oposición, es que mucha gente salió a votar. Al momento de entregar este texto se estimaba un buen porcentaje de participación ciudadana en el país.

Otra de las cosas que debemos atender como sociedad civil es la necesidad de resolver un problema que puede desalentar la asistencia de los electores a las mesas fe votación, como es la agilización en el proceso de instalación de las mesas de votación.

Me parece que al margen de los resultados que se hayan obtenido hacia las 9 de la noche, lo rescatable es el interés de la gente por salir a votar, independientemente de cual haya sido su preferencia partidista.

Ir a cumplir con un deber cívico, en pandemia, sin que importara permanecer a la intemperie durante un buen tiempo, es una señal positiva acerca del ánimo ciudadano por asumir su responsabilidad en la definición del rumbo que desea para sus municipios,  el estado y el país.

¿A dónde vamos? Con los resultados que hasta anoche mostraban el PREP y varias encuestas de salida, todo indica que la mayoría de los mexicanos decidió 

Hasta las 9 de la noche, las casillas en los municipios conurbados apenas iban llegando y era difícil marcar tendencias claras, aunque el sentido del voto era claro e iba confirmando algunos pronósticos.

En lo federal, los números de encuestas de salida y las expresiones de Mario Delgado y Alejandro Rojas Díaz Durán dieron cuenta de que el partido del Presidente perdería la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y al menos la mitad de las gubernaturas en disputa.

Hay que esperar las cifras oficiales y entonces, veremos.

Mientras tanto, quizá ya no sea tan difícil responder hacia donde vamos si efectivamente, hay una conformación diferente en el Legislativo federal.

Entre este lunes y mañana lo sabremos, porque habrá un conteo más avanzado de actas por el PREP del INE y el del Ietam.

En el ámbito estatal, las previsiones de los panistas apuntaban a la retención del control del Congreso local y la mayoría de los municipios grandes, pero como dije, hay que esperar.

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