Dos hechos registrados ayer confirman que en Morena, algunos andan muy acelerados pensando ya en la gubernatura del estado, aunque no tengan muchas posibilidades.

Es bien conocido el hecho de que el senador Américo Villarreal es no sólo el favorito, sino el puntero en las mediciones que se han hecho hasta hoy en la carrera por la nominación morenista al gobierno de Tamaulipas.

La entrega de buenos resultados en su encomienda como delegado del partido en la elección de Sinaloa, su cercanía con el presidente López Obrador y el papel alejado de escándalos y protagonismo que lo ha caracterizado en los últimos 3 años, son algunos de los atributos que en el primer círculo del poder en México se toman en cuenta para verlo con muy buenos ojos.

Eso no está a discusión, pero por lo mismo, otros aspirantes a la candidatura como Felipe Garza Narváez y Rodolfo González Valderrama han salido a decir públicamente que tienen interés en buscar la nominación, haciendo uso de un derecho legítimo. Eso es bueno y deseable, porque alienta la participación democrática interna y ayuda a fortalecer la unidad, algo tan necesario como indispensable ante lo que se viene.

Hasta ahí todo bien, pero lo de ayer sí rebasa lo esperado y desafía la inteligencia de muchos, porque se ven como señales de desesperación de dos nuevos interesados, por querer aparecer con carácter de aspirantes competitivos.

Por un lado, Alejandro Rojas Díaz Durán, un tipo preparado, de larga trayectoria en 4 partidos distintos, del PRI al Centro Democrático, PRD y Morena, suplente del senador Ricardo Monreal y principal promotor de las denuncias contra el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, dio a conocer ayer los resultados de una encuesta patrocinada por él en la red social Facebook, con la participación de casi 2,500 personas.

Ese ejercicio auspiciado por Rojas Díaz Durán obviamente le favorece con el 49.4% de las reacciones, mientras que el senador Américo Villarreal aparece con el 39.5%. Luego Erasmo González con el 6.9 y al final Rodolfo González Valderrama con el 2.8%.

De sobra está decir que la famosa encuesta no refleja ni por asomo el verdadero sentir de los simpatizantes de ese partido, porque no incluye a Felipe Garza ni a Adrián Oseguera, la senadora Guadalupe Covarrubias ni a Maki Ortiz, otros de los aspirantes de Morena.

Sin embargo, es de llamar la atención que Rojas Díaz Durán, quien ni nació en el estado y tampoco reúne los requisitos de elegibilidad, siga insistiendo en hacer ruido en Tamaulipas. Eso se entiende solamente en el contexto del interés de personajes de la autollamada 4T en querer impulsar un proyecto afín y además, seguir siendo una enorme roca en el zapato del gobernador panista.

Es comprensible la actitud de Alejandro Rojas, sus vídeos y advertencias en el tono rijoso que le caracteriza, porque está cumpliendo con el papel que se le asignó.

Su acelere significa que efectivamente, las miradas y las apuestas están entre Américo y Felipe, y por cuestión de afectos, podría entrar Rodolfo aunque con menos posibilidades, de ahí que quiera forzar su aparición en el escenario político estatal.

Curiosamente, esa encuesta alentada por Rojas coincide con otras dos o tres que dan pocas posibilidades a Rodolfo. Por algo será.

El otro caso llamativo es el auto destape del diputado reelecto Erasmo González Robledo, a quien Mario Delgado le prometió hacerlo candidato si Morena ganaba todo.

Ayer dijo que no se descarta en la búsqueda de la candidatura, pero que no se distrae de su encargo actual. Es decir, sí, quiere y va a ver si tiene posibilidades. Esto se va a poner más interesante.

En los hechos, su fortaleza radica en la cercanía con Delgado, quien le cedió de facto el control del partido en Tamaulipas, al grado de que fue él quien decidió la mayor parte de las candidaturas.

Muchas de esas, por cierto, siguen siendo cuestionadas duramente por militantes auténticos de izquierda, con impugnaciones y denuncias de venta de nominaciones incluidas.

Pese a esas críticas de militantes de Morena, el compromiso de Mario Delgado con Erasmo es más grande que cualquier cuestionamiento, porque involucra el papel del diputado en la campaña negra desplegada contra el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca. Ya le contaré.

EL REGRESO DE GERMÁN PACHECO

Debe ser cosa de horas -o unos cuantos días-, para que Germán Pacheco regrese a cobrar como funcionario al gobierno estatal.

El objetivo, según me dicen los enterados, es darle espacio y recursos para que empiece a operar a favor de César Verástegui, el aparente favorito del gobernador como su candidato a sucederlo. A ver si les alcanza el tiempo.

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