Desde diversas trincheras dentro y fuera de Morena, se libra una intensa lucha por quienes están en búsqueda de aparecer bien calificados en las encuestas que se harán para elegir a su candidato a gobernador.

En las mediciones que se han hecho hasta el momento, las empresas y hasta el partido saben que 2022 será un proceso electoral en el que es altamente probable que ganen la gubernatura. Claro, si de aquí al día de los comicios no sucede algo extraordinario.

Esa casi certeza es lo que ha hecho que los aspirantes sean numerosos y estén apelando a diversos atributos para justificar su intención de participar.

Aunque todos tienen el derecho legítimo, tanto los que se la han jugado Desde hace años con el Presidente López Obrador como quienes se han ido incorporando al partido, en Morena se sabe bien que en los próximos seis meses se va a definir prácticamente a quien vaya a ser su candidato, con base en la popularidad y el respaldo que militantes y ciudadanos comprometan con el aspirante más conocido.

Por eso es que vemos, leemos y escuchamos a personajes que están en esa lista de aspirantes, quienes hacen su lucha por ganarse un espacio, aumentar su popularidad o simplemente ser conocidos, ante la enorme desventaja que implica el desarraigo.

Debe hacerse costumbre ver que el senador Américo Villarreal Anaya, Felipe Garza Narváez, Rodolfo González Valderrama, José Ramón Gómez Leal, Adrián Oseguera Kernion, Maki Ortiz y hasta Erasmo González Robledo comiencen a tener más apariciones públicas.

Mención aparte merece Alejandro Rojas Díaz Durán, el suplente del senador Ricardo Monreal que ha sido un dolor de cabeza para el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca.

Rojas debe ser referido aparte porque quizá es el único de todos los aspirantes que no cumple con los requisitos legales para ser candidato.

Mientras el activismo de todos es intenso, un par de recientes encuestas vuelven a colocar al senador Américo Villarreal a la cabeza de las preferencias, en el escenario electoral de 2022.

El aprendizaje intensivo que representó haber coordinado la campaña para la gubernatura de Sinaloa y la entrega de buenas cuentas, son factores adicionales a sus ventajas competitivas.

También, en esas mediciones tempraneras falta que se incluya a otros aspirantes como Felipe Garza Narváez, se defina si José Ramón Gómez se encuesta como aspirante del PAN o de Morena y además, que se ponga en su real dimensión a quienes no son conocidos más allá de ciertas regiones.

El mayor esfuerzo tiene que ser de quienes vienen de atrás, de los que apenas decidieron ir con todo para aparecer en la lista de aspirantes y de quienes en realidad dependen del compadrazgo para eventualmente lograr la nominación.

Pero independientemente de eso, por igual, los que ya aparecen bien calificados como el senador Villarreal o los que van repuntando como Felipe, Maki y Rodolfo, van a seguir haciendo lo necesario para ser considerados con seriedad en las encuestas.

Bien se sabe que en la medida en que haya más aspirantes que fortalezcan la marca partido, Morena tendrá mayores posibilidades de ir aumentando la percepción de triunfo en 2022.

Lo que le faltaría en una siguiente etapa sería sacar a un candidato o candidata con el mayor apoyo posible y con unidad interna sólida, para cumplir el compromiso electoral del próximo año.

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