Los acontecimientos de la última semana en la es cena política de Tamaulipas nos dejan la certeza de que aunque hay movimientos de aspirantes que llegan, los que ya estaban se fortalecen y unos más aprietan el paso en la carrera, sin ceder a los demás.

En Morena siguen tomando forma las corrientes a favor de un grupo más reducido de aspirantes, que irá dejando en el camino a quienes no tengan mucho por hacer en la contienda interna y eso va a darle mayor interés a la competencia.

Y precisamente para esto ha servido la realización de la reunión plenaria de los diputados locales electos de ese partido, que a partir de esta semana formarán parte de la mayoría en el Congreso de Tamaulipas.

En el encuentro efectuado en Ciudad Victoria uno de los oradores invitados fue el senador Américo Villarreal Anaya, a quien las encuestas siguen colocando bastante bien.

Villarreal Anaya forma parte del círculo de personajes a quien en la Ciudad de México han ido preparando para asumir nuevas responsabilidades, como en principio fue la presidencia de la Comisión de Salud en el Senado y después, la delegación del partido en Sinaloa, en donde se ganó todo lo que estaba en disputa.

Américo compartió con los diputados locales electos su experiencia como legislador y fue enfático en un tema que va a cobrar mucha importancia en los próximos meses, como lo es el papel que tendrá la Legislatura entrante en su relación con el Ejecutivo y el compromiso con los ciudadanos.

El senador dirigió un mensaje duro para el gobierno estatal, para el PAN y para quienes no enten dieron la importancia de su papel como diputados de Morena.

Américo les pidió a sus compañeros marcar una diferencia con quienes se van y tomar con responsabilidad su encomienda para evitar ponerse bajo control de los intereses del Ejecutivo y en contra de los tamaulipecos.

Lo menos que dijo de los que se van es que formaron parte de la peor Legislatura del estado, que no vio por los intereses de la gente.

“Acabamos de dejar, o están ustedes por sustituir a la peor Legislatura que ha tenido Tamaulipas y que la historia la va a marcar así.

No sabemos si en un futuro quienes participaron en ella tengan responsabilidades administrativas que se les deba de fincar, y ustedes deben de ser un parteaguas”, les soltó, de entrada, en un discurso que fue haciéndose más crudo y especialmente insistente en la necesidad de estar cerca de la gente.

El tono utilizado por Villarreal expresa un punto de vista sobre lo que muchos consideran un papel lamentable de muchos diputados locales, que prácticamente terminaron su trabajo y que no destacaron precisamente por oponerse a muchas decisiones que se tomaron desde Palacio de gobierno.

En esta competencia interna en la que nadie cede un milímetro de su avance, Américo parece decidido a no dejar que su ventaja se diluya, pues la alineación de su narrativa con la del Presidente López Obrador ha sido consistente en el paso de los meses, cuando habla de temas como corrupción, ilegalidades, estilos para lograr consensos e impulsar la transformación de Tamaulipas.

Mientras, Adrián Oseguera se ve bastante con fiado y muy sonriente comienza a mostrar algunas de sus cartas, como la relación de amistad entre su abuelo y el Presidente Lázaro Cárdenas hace más de 70 años y la influencia que eso ha tenido en su formación como un cuadro identificado con la izquierda dentro de Morena.

Para el partido de la autollamada 4T, abanderar causas sociales tradicionalmente propias de la izquierda y manejar un discurso en la misma tónica, pero con la salvedad de que haya un aspirante que no es dado al enfrentamiento social ni a la polarización, eso significa una alternativa que puede tomarse en caso de que las circunstancias así lo determinen.

Oseguera es, por méritos propios de su trabajo y por relación amistosa con la familia Cárdenas, una opción que hoy luce competitiva dentro de Morena, lo cual eleva el nivel de competencia entre los aspirantes.

Además, después del respaldo que representa tener reconocimientos nacionales a su gestión, tampoco parece que vaya a querer aflojar el paso. Además, hay un dato adicional que no debe pasarse por alto: Gastón Arriaga Lacorte, coordinador del Consejo Consultivo de Morena en el estado es uno de sus muy cercanos colaboradores.

Fue responsable de una de las áreas sensibles del Ayuntamiento en el manejo de programas sociales y en las dos campañas por la Alcaldía, un eficaz operador electoral en territorio. Ese también es otro de sus puntos a favor.

Luego, Rodolfo González Valderrama, quien con el anuncio todavía no oficial de que a partir del jueves será el nuevo coordinador de Programas Federales en Tamaulipas, da un salto enorme y se coloca en la terna que va a disputar la candidatura.

Claro, el tiempo va a ser un factor en contra, pero no es algo que no pueda arreglarse con la estructura y recursos federales disponibles para que la gente lo conozca, de aquí a noviembre.

Una parte de su estrategia consiste en visitar lugares elegidos especialmente en el estado para mostrarse como una persona empática e interesada en conocer la problemática y otra, son los encuentros con personajes clave en Morena, así como con algunos empresarios y miembros de la sociedad civil, con quienes busca hacer alianzas que le ayuden en caso de ser el abanderado a la gubernatura.

Dio un salto enorme, pero falta un buen tramo de la carrera. ¿Y los demás? Pues Felipe Garza ya apretó el paso y aprovechando su conocimiento del estado, su larga trayectoria legislativa y en el servicio público, ya comenzó a tener más presencia mediática.

Hacerlo en este momento parece bien calculado para situarse en el grupo de los 4 más fuertes. Detrás vienen Alejandro Rojas -parece que ya casi autodescartado-, Erasmo González Robledo, Mario López y Héctor Garza.

El caso de Maki Ortíz es diferente, porque sigue siendo vista como una panista con fuertes vínculos con la familia Calderón Zavala y eso es algo que todavía no puede sortear con éxito ante los cuestionamientos morenistas.

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