Apenas el fin de semana escribí en este espacio que tras haber elegido a su candidato a la gubernatura de Tamaulipas, era tiempo de poner a prueba las lealtades en Morena. Las lealtades, la palabra, el honor y la madurez, debo agregar ahora.

Dije que era tiempo de ver quiénes en público estaban reconociendo los resultados de un proceso en el que participaron con reglas aceptadas desde el inicio, en el que ratificaron una y otra vez su disposición para acatar la decisión con base en la evaluación de los perfiles escrutados, pero que en privado estaban viendo cómo sabotear los objetivos de la autollamada 4T para empujar ese proyecto en Tamaulipas.

Menos de 24 horas después de eso, se supo que la exAlcaldesa panista de Reynosa y también ex participante en la contienda interna de Morena, Maki Ortíz Domínguez, recurrió al Tribunal Federal Electoral para pedir una revisión del proceso, conocer detalles de las explicaciones que quiere de la dirigencia y del Consejo Nacional sobre la convocatoria emitida, la metodología y los criterios para seleccionar al que llaman “Representante de la Defensa de la 4T”, pero que en los hechos es virtualmente el candidato.

Ejerciendo su derecho legítimo de acudir a las instancias legales que considere necesarias para defender lo que cree que es correcto, Maki presentó el recurso ante el Trife esperando que esa instancia resuelva algo que evidentemente espera sea a su favor. La exAlcaldesa aduce que por una cuestión de equidad de género y porque a las mujeres “ya les toca”, debe ser candidata a la gubernatura. Que hubo acuerdos “en lo oscurito” y otras cosas que se dicen, ya sabe usted, cuando alguien pierde.

No es la primera vez que en el país se recurre a lo políticamente correcto para demandar posiciones que en honor a la justicia se deben asignar con base en los criterios de competitividad de los aspirantes, más que a la equidad de género. No se trata de que le toque a tal o cual género, sino de que la carta que proponen los partidos sea suficientemente competitiva. No se trata del más popular, sino del que asegure al partido los mejores resultados, de acuerdo con los parámetros establecidos previamente.

Aunque la señora Ortíz hace bien en pedir que las autoridades actúen si es que hay elementos para ello, lo que nos confirma es que participó en un proceso que ella misma validó desde el inicio, al que no cuestionó en momento alguno, al que fue inclusive con el respaldo de consejeros estatales. Es decir, no puede alegar discriminación en función de su género ni falta de oportunidades. Conocía las reglas y tuvo hasta el último día para manifestar sus inconformidades. No lo hizo.

Maki fue la mujer con más votos en el Consejo Estatal y la segunda con más apoyos en el nacional. Fue la única que repitió como prospecto en ambos órganos, pero en la evaluación que se vino haciendo en el camino, los puntos obtenidos no fueron suficientes para colocarse en el mismo nivel que el senador Américo Villarreal, según los números de la dirigencia nacional y validados por las encuestadoras contratadas. Es decir, aunque es la más competitiva de las 2 mujeres que participaron en la última fase, aspectos como su nivel de conocimiento y la identificación que los ciudadanos hacen de su figura como miembro del PAN, más que de Morena, son factores que pudieron haber influido. También, el hecho de que apenas tiene menos de 6 meses cerca de Morena y los simpatizantes de ese partido no asimilan que ahora esté ahí.

Escribí el domingo que en Morena debían estar muy atentos a las acciones y las muestras de lealtad deslealtad, de madurez y de reconocimiento de los resultados de un proceso que todos los participantes avalaron con su presencia, con su silencio y/o con su beneplácito explícito, porque nos diría hacia dónde iban a inclinarse los intereses personales o facciosos de algunos. Bueno, ya lo estamos viendo.

Y si bien se trata de una legítima acción en búsqueda de la defensa de lo que se considera como algo que para ella es correcto, la postura de Maki Ortiz nos dice también que entonces su felicitación al ganador de la encuesta de Morena fue una simulación, mientras preparaba el recurso jurídico. Denunciar, quejarse y reclamar a toro pasado, retrata fielmente a quien juega y no acepta los resultados.

En cualquier partido, por más que los contendientes digan que conocen y aceptan las reglas del juego, siempre habrá alguien que al final, con los resultados adversos, vaya a querer ganar en la mesa o en los tribunales algo que no pudo conseguir con base en los lineamientos y los acuerdos previamente establecidos.

Llámenle falta de madurez, arranque de dignidad o comprensión tardía de que estaba en una competencia a la que se le vieron las imperfecciones hasta que los resultados no fueron los esperados para ella, pero el caso es que ahora Maki le metió ruido al proceso interno de Morena. Y bueno, conociendo cómo se manejan las cosas en la autollamada 4T y el interés que hay para que Tamaulipas pase a formar parte de los estados bajo su control político, hay que esperar una reacción institucional que va a poner en claro esto.

Por lo pronto, en donde se frotan las manos, sonríen y hacen cálculos optimistas es en los partidos que formarán la alianza PAN-PRI-PRD, por lo que esa fisura puede provocar en Morena.

Sin embargo, se sabe que a la dirigencia nacional del partido no le preocupa el tema de la impugnación, porque no se pone en riesgo el resultado del proceso interno, pues todo se hizo conforme a los estatutos y la legislación federal vigente. Las empresas encuestadoras contratadas coincidieron en sus números que retratan el alto nivel de conocimiento, la favorable percepción del senador Villarreal entre los tamaulipecos y la competitividad para ir a la contienda constitucional de 2022. Y se acabó.

Ayer mismo, Mario Delgado, presidente nacional de Morena, se reunió con los 6 virtuales precandidatos de Morena a las gubernaturas de Tamaulipas, Oaxaca, Hidalgo, Durango, Aguascalientes y Quintana Roo, para hacer un balance de este año de trabajo, evaluar el escenario y preparar las actividades que habrán de realizar a partir de enero como responsables de la defensa de la Cuarta Transformación en sus respectivas entidades. O lo que es lo mismo, preparar el camino que busque llevarlos al triunfo en junio próximo.

Así que mientras la exAlcaldesa panista de Reynosa se queja de los resultados varios días después de que no le favorecieron, al senador Villarreal le llega nuevamente el respaldo de la dirigencia nacional como su carta para la elección del año que entra.

abarloventotam@gmail.com

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