Es un empresario exitoso, ligado históricamente al desarrollo económico regional por sus raíces familiares y es una figura emblemática para el sector privado. Es uno de los Alcaldes de Tampico que mejor imagen tienen por haber encabezado un gobierno municipal moderno, eficiente en la prestación de servicios públicos y que marcó historia al tomar decisiones cuyo impacto seguimos viendo 20 años después.

Arturo Elizondo Naranjo, contador público de profesión, es también un padre de familia, hijo, hermano y amigo, a quien se le reconocen virtudes y que en su balance general de vida, puede contar un saldo positivo.

Este martes, Arturo recibirá la medalla al mérito ciudadano “Fray Andrés de Olmos” que Tampico entrega cada año en el marco de las celebraciones por su fundación, a quienes con su esfuerzo diario, trabajo, dedicación y acciones públicas o privadas contribuyen a mejorar la calidad de vida de la gente, promueven el bienestar, contribuyen al desarrollo social, académico, científico o económico y en síntesis, representan un orgullo para la ciudad.

Supe de Arturo Elizondo cuando fue regidor en el Ayuntamiento de Diego Alonso Hinojosa Aguerrevere, en 1996. Lo conocí el mismo año y me tocó darle cobertura a buena parte de sus actividades en la fuente del Ayuntamiento, cuando fue Alcalde de 2002 a 2004.

Después, tuve la oportunidad de platicar largamente con él, mientras trabajaba en una serie sobre personajes tampiqueños que con su trabajo fueron decisivos en el desarrollo de la región. Era un artículo sobre don Nazario Elizondo, su padre. Arturo fue muy generoso con su tiempo y con la plática. Me contó la vida de don Nazario, de Casa Elizondo, de la forma en que se repuso de la tragedia provocada por la inundación del 55 y tantas otras cosas, siempre con el apoyo de doña Consuelo Naranjo, su madre. Pero también, me contó sobre sus propios inicios como empresario, sus inquietudes y su sentimiento tras haber concluido el encargo de Presidente Municipal de Tampico como uno de los mejores Alcaldes.

Hay algo que recuerdo con nitidez: En su oficina, ahí en la avenida Hidalgo, un cuadro enmarcado mostraba el pagaré de un banco por una cantidad económica importante. Estaba ahí como un testimonio y para recordar que en la adversidad se pueden sacar fuerzas de cualquier lado, cuando existe la determinación y se trabaja para ello. El documento imponía el pago de una tasa de interés alta debido a la incertidumbre que había entonces por la crisis económica de diciembre de 1994. Elizondo había solicitado un crédito de emergencia para hacer frente a los súbitos compromisos de Arteli, la cadena de tiendas de autoservicio más grande de la zona. Me habló de ese episodio, de cómo enfrentó la dura competencia nacional y extranjera, cómo conservó los empleos en todas sus tiendas y cómo generó un círculo económico virtuoso con un programa de compras a proveedores y productores regionales, para salir adelante.

Arturo es un tipo que a muchos puede parecer rudo, pero en realidad es una persona práctica, amable, atenta, trabajadora. Detrás de su gesto aparentemente hosco hay un muy buen tipo. Una vez que lo tratas, te cae muy bien. Tiene una regla de oro: la puntualidad.

Saber que con el trabajo, disciplina, orden y eficiencia en sus negocios pudo cumplir con el pago del banco y empezó a consolidar Arteli en medio de la crisis, nos da una idea de su carácter. No solo eso: La cadena de tiendas se expandió y hasta diversificó algunas de sus actividades, pues fue una de las fundadoras de una integradora de autoservicios en el país, para comprar por volumen, conseguir mejores precios y hasta maquilar productos bajo marcas propias.

Elizondo ha sido presidente de Coparmex, el poderoso sindicato patronal del sur de Tamaulipas, además de consejero de varios bancos y miembro del Consejo Consultivo del IEST, la universidad local asociada con la Red Anáhuac. Es socio de Antad, la agrupación de tiendas de autoservicio y departamentales del país; también es miembro de la Mesa de Seguridad y Justicia del Sur de Tamaulipas, que es ejemplo nacional en el modelo de participación entre autoridades, empresarios y sociedad civil para enfrentar el problema de la inseguridad.

Creo que los regidores que analizaron las propuestas del Alcalde Chucho Nader para decidir a quien se le otorgaría la medalla “Fray Andrés de Olmos” no se complicaron demasiado, porque la trayectoria personal, profesional y pública de Arturo Elizondo es contundente en cuanto a su contribución al desarrollo de la ciudad. Por donde se vea, los méritos ciudadanos ahí están.

En el ámbito privado, a Arturo no le gusta decirlo, pero él y su esposa Concepción Fernández son generosos en los apoyos a todo tipo de instituciones asistenciales, sean los DIF de la zona o de otras entidades vecinas. Han sido solidarios con la población cuando se ha requerido y de alguna manera han puesto su esfuerzo para que Tampico sea un mejor lugar para vivir.

De su saldo como Alcalde se pueden resumir varias cosas, que hoy en día son sinónimo de la visión empresarial, pero también de la responsabilidad social: El cierre del antigüo basurero municipal que por décadas estuvo en la entrada de la ciudad, sobre la carretera Tampico-Valles; el diseño, inicio e impulso del proyecto del Canal de La Cortadura; la búsqueda de alternativas para la adecuada disposición de residuos sólidos; el programa de limpieza “Mano Dura a la Basura”, que fue ejemplo nacional, así como una política pública de transparencia y rendición de cuentas reflejada en el funcionamiento de un Consejo Ciudadano Consultivo de Transparencia. Arturo fue el primer candidato y Alcalde porteño en firmar una serie de compromisos de campaña, que se fueron cumpliendo gradualmente.

El reconocimiento que la ciudad le otorga este martes a Arturo Elizondo Naranjo por sus méritos ciudadanos, es un acto de justicia por muchas razones. En lo personal, creo que llega en un momento preciso, en el que los tampiqueños debemos valorar el esfuerzo de cada una de las personas que desde su trinchera, luchan por mejorar sus condiciones de vida y la de los demás.

Además es una acción congruente con el modelo de conducción del gobierno que encabeza Chucho Nader, empresario como él, ex colaborador suyo y coincidente con la mística de trabajar y hacer las cosas con una visión de futuro, algo que comparte la clase empresarial de la zona.

ESCOTILLA

Tampico celebra hoy 199 años de su fundación. Los preparativos para festejar el bicentenario en 2023 están en marcha. Mientras, a sentirnos orgullosos de esta ciudad, que es una tierra de oportunidades.

abarloventotam@gmail.com

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