El gobierno de la Cuarta Transformación acaba de dar un paso clarísimo hacia una de las prácticas más socorridas de su odiado neoliberalismo económico, ese que marcó el rumbo del país desde hace 40 años.

La doctrina económica a la que el Presidente López Obrador culpa de todos los males que afectan a México, recibe guiños cariñosos y desesperados del nuevo régimen, que no encuentra la salida para resolver un problema.

El plan anunciado ayer en Palacio Nacional para tratar de frenar la inflación, es una copia de aquel Pacto de Solidaridad Económica (PSE) que puso en marcha Miguel de la Madrid en un intento por frenar la galopante carestía que erosionaba aceleradamente el magro poder adquisitivo que tenían los mexicanos de entonces.

De la Madrid, considerado por muchos el “padre” del neoliberalismo en México, dio forma a un grupo de técnicos educados en varias de las más prestigiadas universidades del extranjero, con quienes condujo el gobierno.

Por haber sido educados con un enfoque diferente, con una visión global y moderna para esos tiempos, estos técnicos fueron llamados despectivamente “tecnócratas” por la vieja clase política priísta, esa que llevó al país a la bancarrota económica y al estancamiento político.

De ahí en adelante, los presidentes siguieron el mismo modelo económico, ya fueran priístas o panistas, hasta que llegó Andrés Manuel.

Una de las principales banderas de López Obrador fue del combate a la corrupción, flagelo heredado -dice él-, del neoliberalismo.

Quienes le compraron ese argumento y quienes le siguen creyendo, olvidan que ese mal llegó al período neoliberal como la mayor herencia maldita del PRIato del que procede Andrés Manuel y buena parte de sus apoyadores y colaboradores. En esencia, son los mismos, pero 40 años después.

En fin, como sea, el plan que el gobierno de la Cuatroté anunció ayer con el apoyo de empresas que de sumaron a este pacto tiene reminiscencias del odiado neoliberalismo económico que el Presidente detesta. Busca lo mismo, es esencialmente la misma vieja fórmula.

Esto no significa que sea malo o que vaya necesariamente a tener efectos contraproducentes.
Es bueno si consigue su objetivo, si se detiene el alza acelerada de precios y se protege el poder adquisitivo de los familias.

Será malo, eso sí, para el discurso políticamente correcto al que recurre siempre Andrés Manuel para culpar a esa doctrina económica de todo lo peor que hay en el país.

Será malo para su narrativa simplona porque habrá tenido en el odiado neoliberalismo y en los tecnócratas despreciables -para él-, la solución a un grave problema que su gobierno, el que prefiere a honestidad antes que la capacidad de los funcionarios, no pudo encontrar.

ESCOTILLA

Manuel “Meme” Garza Jr. sigue sosteniendo con intensidad encuentros con liderazgos sociales y políticos del sur de Tamaulipas, promoviendo las bondades de que Américo Villarreal pudiera ser gobernador.

Meme Garza ha dicho reiteradamente que el candidato morenista reúne el perfil que el estado requiere para darle un cambio de rumbo, con un enfoque humanista y honesto.

En esta labor que viene haciendo hace tiempo, Garza ha logrado sumar importantes apoyos que ahora están con Américo.

abarloventotam@gmail.com

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