El ambiente político en Tamaulipas está enrarecido por varios factores desde hace tiempo. Al clima de polarización que se ha alentado desde Palacio Nacional, se ha sumado lo que en el bando contrario al oficialismo local se considera como una ola de acciones movidas por la venganza y la desesperación ante lo inevitable. La explicación es simple: Es resultado de las campañas de contraste.

La verdad, si comparamos lo que sucede en los ámbitos nacional y estatal, tanto el oficialismo como la oposición se quejan de lo mismo, pero toleran igualmente eso que critican amargamente en el otro. No es difícil de explicar, basta con observar. Ambas facciones tienen enormes similitudes.

Hay que hacer una retrospectiva para ir entendiendo esto: Era previsible que con lo que se hizo el año pasado desde las más altas esferas de la Cuatroté, se incidiera en el ánimo social y en la percepción política de los tamaulipecos, cuando se inició el proceso de desafuero contra Francisco García Cabeza de Vaca. Se esperaba que el daño político fuera letal en apenas unos meses, pero quienes diseñaron la estrategia y orquestaron todas las acciones jurídicas y mediáticas no calcularon bien la fuerza del mandatario tamaulipeco y no pudieron desaforarlo para enviarlo a prisión, como era su objetivo.

Lo que sí consiguieron fue que con los métodos utilizados, a casi todos los candidatos panistas se les trasladaran los puntos negativos que dejó al descubierto la campaña contra Cabeza de Vaca. Una primera consecuencia fue la pérdida de casi todos los municipios importantes -salvo Tampico- y de la mayoría en el Congreso. La segunda reacción fue vista más a mediano plazo y es la que nos tiene en la antesala de una elección que parece definida.

Sin embargo, opositor de toda la vida, Francisco se repuso y a su estilo mantuvo su posición en Legislativo, en donde su partido volvió a emparejar las fuerzas en alianza con el PRI y por la salida de varios diputados morenistas de esa fracción parlamentaria.

En Tamaulipas se aplicó el mismo modelo que en el resto del país: La persistente presentación de una narrativa que culpa al pasado de todos los males del presente, aunque muchos de ellos sean resultado directo de la indolencia, ineficiencia y hasta mala fe. Los partidarios y defensores de Francisco le llamaron “guerra sucia”, pero los promotores la consideran simplemente una campaña de contraste y eso es independiente de si hay o no algún ilícito.

La polarización social que se provoca con la intolerancia a las diferencias políticas, ha sido la principal estrategia de la Cuatroté en el país. La irritación social, alentada como el fuego por la gasolina de los discursos de baja factura intelectual, se enciende fácilmente y encuentra mucho pasto seco en la falta de análisis de muchos. Eso lo estamos viendo en Tamaulipas.

Hoy estamos a tres semanas de la elección y las cosas han marchado por un rumbo que no nos puede llevar a algo bueno si persiste el ánimo de confrontación. Lo que unos llaman “guerra sucia” que no es otra cosa que el contraste profundo de proyectos, personalidades, equipos cercanos y antecedentes, es algo que estamos viendo y que algunos tratan de denunciar como parte de un juego ilegal e ilegítimo.

Todo actor político sabe que en una contienda se expone a esto. No necesariamente tiene que ser ilegal e ilegítimo exhibir relaciones sospechosas, comportamientos inapropiados en el ejercicio público o en el ámbito privado, pues todo sirve para que los ciudadanos se vayan formando o reforzando un concepto de cada uno de los aspirantes. Así debe verse, antes que con una condena a priori.

Creo que mientras más se ventilen las cosas entre los aspirantes, mejor. Mientras más se den a conocer episodios que por cuestiones políticas se mantienen ocultas, mejor puede decidir un elector. Mientras más se sepa de ellos, de su forma de pensar, mayor margen de decisión tendrá un ciudadano. Eso es bueno.

Así pues, bienvenido el contraste, bienvenida la verdadera discusión del pasado y del presente de los candidatos y de quienes les rodean. Bienvenido el debate de ideas, pero con raciocinio, con argumentos, con tolerancia, con respeto.

LOS CANDIDATOS EN EL IEST

Si no hay cancelaciones de última hora, mañana a las 10:00 horas estarán en las instalaciones de la universidad IEST-Anáhuac los tres candidatos a al gubernatura de Tamaulipas.

Américo Villarreal Anaya, aspirante de la coalición Morena-Verde-PT; Arturo Diez Gutiérrez Navarro de Movimiento Ciudadano y César Verástegui, del PRD-PAN-PRI, participarán en el foro “Conoce, Piensa, Vota”, organizado por las secciones de Jóvenes Empresarios de la Canaco, Coparmex y del CIEST. La idea es que tanto los estudiantes de esa institución privada como de otras que decidan asistir, formulen preguntas a los aspirantes sobre determinados temas.

Este ejercicio es bueno porque acerca a los tres candidatos a gobernar el estado a un grupo social específico y aunque se trata de un recinto reducido, con un público muy focalizado y con necesidades diferentes a las de los demás jóvenes de otras zonas del estado, finalmente es una buena forma de presentar sus ideas y propuestas.

ESCOTILLA

Este día estarán en Tampico los senadores Miguel Ángel Osorio Chong, Verónica Martínez García, Claudia Ruíz Massieu Salinas y Nadia Navarro Acevedo, para reunirse con dirigentes de organismos privados agrupados en el Consejo de Instituciones Empresariales del Sur de Tamaulipas (CIEST) que preside Íñigo Fernández. El encuentro está programada para el mediodía, y aunque será privado, se espera que al final los legisladores hablen de los temas abordados con el sector empresarial de la zona.

abarloventotam@gmail.com

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