Para la hora en que estaba por terminar este texto, recién se había cumplido el plazo para que los ciudadanos fueran a votar por el candidato de su preferencia en Tamaulipas. Por lo mismo, una cuestión de tiempos de cierre de la edición impresa, seguramente al entregarlo apenas habrá indicios de cómo fue la tendencia de la votación.

Como para muchos tamaulipecos, el día comenzó con actividades tempraneras: La asistencia a la casilla fue, como en anteriores ocasiones, una odisea: A las 7:45 de la mañana ya había por lo menos 30 personas en la fila. En cuestión de minutos se hizo extensa y para las 8:15 ya era de media cuadra de longitud. Después de esperar hora y media, por fin a sufragar.

Y como antes, a pesar de la voluntad y de los buenos oficios del personal del Ietam, de los funcionarios de casilla y de quienes accedieron voluntariamente a suplir a quienes no acudieron a cumplir su compromiso de estar en las mesas de votación, los ciudadanos presentes pudieron expresar su voluntad, no sin cierta molestia. La principal fue que debido a que había una casilla básica y dos contiguas, la distribución de los electores por inicial de su apellido estaba mal señalada. La falta de claridad en la información provocó confusión, retraso y malestar, pero por fortuna todo se resolvió con civilidad.

Por supuesto, al conocer los primeros indicios de los números reportados por el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), más de uno se preguntará ¿qué pasó ayer? ¿En dónde quedaron las ventajas que anunciaban uno y otro candidato? ¿A dónde se fue el apoyo multitudinario que presumían los tres aspirantes a la gubernatura? ¿Y la elección de Estado? ¿Y todo lo que se dijo? ¿Cuántos ciudadanos se convencieron de salir a votar?

La jornada electoral que se realizó ayer para renovar la gubernatura de Tamaulipas, me recordó lo que hace años era muy común en México, cada que había comicios en donde uno de los dos bandos que disputaban el poder se resistía a perder.

Ayer no fue diferente: “Comando armado se roba una urna”, “detienen a operadores de un partido repartiendo dinero y presuntamente coaccionando a votantes”, “denuncian hostigamiento”, “cierran con candado el sitio donde estaba una casilla”, “denuncian elección de Estado”, “acusan que intentaron robarse una casilla” y otros encabezados en medios informativos y en redes sociales abundaron este domingo.

Les decía que la elección no fue muy diferente de las de hace años, cuando el gobierno federal controlaba todo el proceso para elegir a los gobernantes, fueran el Presidente de la República, senadores, gobernadores, diputados o presidentes municipales.

Entonces no había INE y todo lo hacía la Comisión Nacional Electoral, un ente con ese nombre o con otro muy rimbombante, pero que era un apéndice de la Secretaría de Gobernación. Los ciudadanos no podían decidir, no había credenciales para votar con fotografía, ni se usaba tinta indeleble, ni había todo lo que para los treintañeros es algo normal en un proceso electoral.

Antes, como ayer, ese tipo de denuncias y de hechos volvieron a ser algo que ocupó buena parte de la conversación pública y en las redes sociales, en las casas, en las calles y por supuesto, en las casillas. Los rumores y la desinformación se mezclaron con la difusión de información verídica que a final de cuentas vino a alimentar más la leyenda urbana de una intervención de autoridades estatales y federales en el proceso electoral.

Hasta que se conozcan las denuncias formales y las acusaciones que hagan las autoridades, podremos saber hasta qué punto fue cierto lo que se dijo y denunció. Claro, como siempre sucede, no todas las denuncias pueden documentarse si no existen evidencias.

Apenas pasadas las 6 de la tarde, las dos coaliciones que presentaron candidatos a la gubernatura se declararon ganadoras de los comicios. Tanto Américo Villarreal Anaya como César “Truko” Verástegui dijeron que llevaban ventaja, de acuerdo con los números que dijeron tener en su poder, pero de los que no dieron detalles.

Hacia las 8 de la noche el Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM) comenzaría a dar información a través del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), con las casillas que estuvieran ya en las instalaciones en cada sede de la entidad.

¿Qué fue lo que pasó ayer? Como les decía al inicio, para la hora en que entregué este texto no se tenían todavía datos acerca de cómo iban las tendencias. Ya este lunes veremos.

ESCOTILLA

Dice Porfirio Muñoz Ledo que Andrés Manuel es irrespetuoso cuando pone en duda su lucidez, solo porque le dijo que es un anciano y que por eso dice sandeces. El experimentado tribuno le reviró diciendo que López Obrador tiene envejecimiento cerebral.

Y todo porque Porfirio dijo que el gobierno de la Cuatroté tiene pactos con criminales, con los cárteles de la droga, para ser precisos. Como dice el refrán: “Enójense las comadres y díganse sus verdades”. Les digo, es lo malo de hacer compromisos y no cumplirlos.

abarloventotam@gmail.com

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