Han transcurrido poco más de 15 días de que se realizaron las elecciones para renovar la gubernatura y como se había dicho, la vida sigue su curso y solamente ha sido alterada para quienes directamente estaban involucrados de alguna manera en los proyectos políticos.

Para el resto de la sociedad, de las autoridades federales o municipales, de los empresarios y de la gente que diariamente sale a trabajar para cumplir con sus compromisos, las cosas no han variado y han tenido que continuar con tanto o más empeño en sus labores cotidianas.

Después de las campañas, en lo social el principal reto es lograr la restauración de la unidad, la búsqueda de la reconciliación entre los tamaulipecos que se vieron inmersos en un ambiente de polarización alentado por los equipos de los mismos candidatos, sin excepción.

Como decía, ya pasaron los comicios y ahora, a lo que sigue: A seguir construyendo una mejor ciudad, un estado en donde existan oportunidades para todos, en donde la gente encuentre lo necesario para tener un desarrollo integral. Esa es la percepción de la gran mayoría de las personas que ya vieron cómo terminaron las campañas y los enfrentamientos entre los grupos interesados en ganar.

Y así, por ejemplo, vemos que tanto en el sector público como en el privado hay actividades que retratan el interés de quienes tienen que retomar la rutina, el trabajo, los proyectos que traían desde antes de esa pausa que fue la jornada electoral.

En Madero, por ejemplo, sobreponiéndose a quienes desde dentro de Morena han estado propalando versiones que quieren hacerlo ver como alguien que no se comprometió lo suficiente con el proyecto ganador, Adrián Oseguera Kernion ha estado dando seguimiento a obras que se habían iniciado durante los meses previos, que tienen que ver con el desarrollo urbano.

Oseguera salió solamente una vez a responder un cuestionamiento sobre los señalamientos políticos, pero de inmediato se enfocó otra vez a hacer lo que ha venido haciendo desde hace más de tres años: Trabajar en la atención del rezago urbano que tiene Madero, además de impulsar proyectos de desarrollo económico.

Otro de los aspectos en los que el Alcalde maderense ha estado poniendo atención es en el de la reconfiguración de las lagunas que existen en el municipio, en donde desde la primera administración de Adrián se inició un plan para sanearlas y convertirlas en sitios de reunión familiar, propicias para el esparcimiento y garantizando certidumbre a poco más de 22 mil personas que habitan en las cercanías de esos vasos lacustres.

Luego, en Tampico, Chucho Nader se reintegró tras unos días de permiso para apoyar al proyecto político con el que se identificaba. Sin variar el ritmo de trabajo que ya venía mostrando, Nader ha estado en plazas y parques públicos en donde se llevan a cabo obras de remodelación y mejoramiento.

También en parques y campos deportivos en donde se aplican inversiones para transformar esos lugares en espacios que brinden mayores oportunidades de integración y desarrollo físico a niños y jóvenes, pero de manera complementaria ha estado al pendiente de las labores que realiza su esposa Aída Feres, al frente del DIF municipal.

En el puerto, las cosas transcurren como si no hubiera pasado nada, pues el modelo de gobierno local tiene un estilo muy definido, trae una inercia favorable desde la administración anterior y ha sabido ser ejemplo reconocido en los ámbitos estatal y nacional.

Como comentaba un poco antes, después de las campañas las cosas han vuelto a ser como antes: con autoridades y gente en lo suyo, en el trabajo, en lo que diariamente han sabido hacer independientemente de la pasión y de la polarización provocada por la competencia política.

Los demás, los que siempre han estado viviendo de esa actividad, los que han hecho de las contiendas electorales un modo de vida, son quienes más preocupados están por el rumbo que van a tomar las cosas una vez que se agoten las instancias jurídicas, los tiempos y las esperanzas de quienes perdieron el 5 de junio.

ESCOTILLA

El asesinato de dos sacerdotes jesuitas en un municipio de Chihuahua y el secuestro de 4 turistas en esa zona, nos recordó por qué sigue siendo indignante el trato que las autoridades federales, encargadas de prevenir los delitos y combatir a los criminales, les dan a esos grupos.

La impunidad prohijada por la absurda política de “abrazos, no balazos”, nos ha llevado a esto. No es posible permitir este tipo de actos violentos ante la pasividad y complicidad de las propias autoridades.

Por cierto, uno de los religiosos asesinados impunemente era Joaquín Mora Salazar, muy querido y conocido en la zona por haber formado parte de la plantilla docente del Instituto Cultural Tampico. Sobra decir que al conocerse la noticia, la comunidad estudiantil y muchos egresados lamentaron los hechos.

abarloventotam@gmail.com

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