Siendo un médico con conocimiento de las instituciones en Tamaulipas, Américo Villarreal sabe perfectamente que el sistema de salud es básico en el funcionamiento de una buena administración. Que procurar la prevención y el cuidado de la salud de la gente es vital.

Villarreal entendió la relevancia de que Tamaulipas cuente con instituciones médicas que respondan no a las necesidades, sino a las exigencias de la población y por lo mismo, comprendió la urgencia de solucionar las situaciones irregulares encontradas.

Durante sus recorridos por la entidad, el ahora gobernador conoció de cerca, escuchó y vio señales de lo que ahora confirma y le preocupa: la herencia que le dejaron los Vientos de Cambio en materia de salud. No solamente los problemas que aquejan a los hospitales públicos, sino de forma más clara, y grave en los centros de salud.

Esas unidades son el primer contacto que tiene la población abierta para buscar atenderse de cualquier padecimiento y el hecho de que durante los últimos años no se les hubiera destinado el apoyo necesario para su óptimo funcionamiento, es criminal.

Mire usted: De acuerdo con la Secretaría de Salud que encabeza Vicente Joel Hernández, en Tamaulipas hay 300 centros de salud, muchos de ellos distribuidos en municipios rurales y en zonas urbanas en donde la población requiere de atención pronta. Forman una red amplia que atiende en primera instancia a una enorme cantidad de ciudadanos, principalmente de escasos recursos, aunque no se limita a ese segmento de la población.

Bien, cuando el nuevo gobierno llegó y comenzó a revisar cómo estaban las cosas, el diagnóstico entregado por el secretario de Salud al gobernador fue brutal: Una tercera parte del sistema de Centros de Salud está en la disyuntiva de seguir funcionando a medias o cerrar ante la grave crisis que enfrentan, sin personal médico, sin medicamentos, sin equipo adecuado, sin recursos para operar.

Obviamente, el impacto directo a la población es inmediato y se nota en el aumento de las limitaciones para acceder a servicios de salud dignos, adecuados y a un costo simbólico.

Por ende, el riesgo para las familias se incrementa, al no tener quién brinde esta atención de primer contacto, lo que a su vez se refleja en una saturación de los hospitales públicos y así, se forma un círculo vicioso.

Por esa razón, en el gobierno entrante se definió como prioridad el tema de la salud y ocupa una parte central el objetivo de hacer funcionales todas las unidades médicas, desde los centros de salud a los hospitales y de convertir de nuevo el sistema estatal en la base de las acciones que buscan bienestar social.

El tamaño de nuestra propia crisis de salud en Tamaulipas lo ilustran las cifras: De los poco más de 300 centros de salud que se han revisado, una tercera parte está en riesgo de cerrar en lo inmediato debido a la falta de insumos, medicamentos, equipo y personal médico, algo gravísimo por lo que representan para la población.

Una buena noticia es que en este tema, el gobierno de Américo Villarreal recibió el compromiso del presidente López Obrador hace días que estuvo en Tamaulipas, para que la Federación apoye con recursos y todo lo necesario a la Cuatroté, para que se ponga orden en este rubro.

Desde el gobierno estatal, con revisiones todavía pendientes del uso de recursos financieros, materiales, administrativos y de los contratos que se hicieron para la compra de medicamentos y no se cumplió con los compromisos, la Secretaría de Salud está haciendo un esfuerzo enorme, a contracorriente y contra el tiempo para tener pronto listos los Centros de Salud, Hospitales y demás unidades médicas al servicio de la gente.

Es decir, en menos de un mes se detectó y se enfrenta nuestra propia crisis del sistema de salud tamaulipeco, pero las cosas no van a parar ahí. Al mismo tiempo que se trabaja con la Federación en solucionarla, espere usted acciones jurídicas para sancionar a quienes sean los responsables de la falta de equipo y medicamentos en todas las unidades médicas.

SAN LUIS, EL RIESGO PARA TAMAULIPAS

Hace unos pocos meses hablaba de los buenos resultados logrados en materia de seguridad pública en el sur de Tamaulipas y del mal ejemplo -y riesgo- que representa lo que sucede en el estado vecino de San Luis Potosí.

Desde que hace un año se dio nuevamente una alternancia en la entidad potosina, la violencia se incrementó. Parecía haber vía libre. Y por eso, la anterior administración estatal de Tamaulipas decidió construir una Estación de Seguridad justo en los límites con Veracruz, que es paso obligado para quienes vienen de San Luis Potosí, de la Huasteca en especial.

Ayer al mediodía asesinaron en un restaurante al ex Alcalde de Ébano, el municipio potosino más cercano. El caso se suma a muchos otros que se han registrado en el vecino estado desde hace meses.

Me parece que es un clarísimo llamado de atención para que autoridades estatales y federales refuercen la vigilancia en esta parte del estado, previendo que la ola de violencia que azota a San Luis Potosí afecte gravemente la seguridad y tranquilidad de la población de esta zona.

ESCOTILLA

Fernando Manzur Nader fue designado ayer como nuevo Jefe de la Oficina Fiscal de Tampico. Fernando es hermano de Miguel, quien fue candidato del PRI a la Alcaldía porteña en 2010 y actualmente es delegado de Profeco en la frontera.

Fernando Manzur Nader ha participado muy cerca de Morena y de Américo Villarreal desde hace bastante tiempo y fue uno de los más activos promotores del ahora gobernador en los municipios del sur.

abarloventotam@gmail.com

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