Ayer, un juez de la capital determinó otorgar la libertad al ex gobernador priista Eugenio Hernández Flores, sobre quien pesaban varias acusaciones del fuero común. La última carpeta de investigación que tenía vigente está relacionada con los presuntos delitos de peculado y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

Desde hace unas semanas, un grupo de amigos, ex socios y gente que simpatiza con Geño empezó a empujar para generar una fuerte percepción en la opinión pública, para preparar el terreno que finalmente dio como resultado su libertad.

Eugenio pasó la mayor parte del sexenio de Cabeza de Vaca detenido en un penal federal. Los delitos que se le imputaron tienen que ver con presuntos ilícitos del fuero común, aunque se sabe que también es requerido por el gobierno de Estados Unidos con fines de extradición.

La próxima semana, un juez tamaulipeco decidirá si le otorga un amparo para evitar ser enviado al vecino país del norte para ser juzgado por asociación delictuosa para lavar dinero.

Sin embargo, en lo local, el ex gobernador puede sentirse tranquilo. Lo que hay que asimilar ahora por todos -sí, todos, no solo sus amigos y ex socios-, son las señales que se envían a la sociedad civil con su libertad, apenas a un mes de la nueva alternancia política. Y en política no hay casualidades.

Hay que recordar que Karl Heinz Becker Hernández, su sobrino, es delegado especial del Partido Verde en Tamaulipas y acaba de ser designado Subsecretario de Medio Ambiente.

De Geño pueden decirse muchas cosas, dependiendo de la óptica y la experiencia de cada quien, pero dos cosas marcaron de manera indeleble su sexenio. Ambas, sangrientas, vergonzantes y por supuesto, detestables, condenables: El brutal asesinato de Rodolfo Torre Cantú, a días de las elecciones por la gubernatura en 2010 y la masacre de 72 migrantes centroamericanos en San Fernando, en agosto de ese mismo año.

Ninguna de esas dos se le pueden atribuir, porque entran en el ámbito de la responsabilidad federal, pero…él era el gobernador y la violencia comenzó a recrudecerse en su administración. Eso es irrebatible.

Claro, hay otros “pecados” que se le pueden endosar, como el haberse decidido por designar candidato a gobernador a Egidio Torre, cuyo sexenio transcurrió entre lo gris de su gestión y el rojo de la sangre derramada en la ola de violencia que duró todo ese sexenio.

También, las leyendas negras sobre la presunta fuerte injerencia de un familiar político que hizo grandes negocios con la venta de medicamentos. O la presumible apropiación de terrenos en las costas, pero esos son otros temas.

EL TAMPIQUEÑO MÁS CERCANO A AMÉRICO

El lunes, el tampiqueño Alejandro Rábago Hernández recibió su nombramiento como Coordinador de Asesores del gobernador Américo Villarreal Anaya. Podría parecer un acto más en la estructura burocrática, pero tiene un significado mayor.

La designación formal llegó casi un mes después de la asunción de Villarreal al gobierno estatal, aunque en los hechos, Rábago ya estaba haciendo su trabajo en la administración tamaulipeca. Alejandro es no solo el tampiqueño más cercano a Américo en términos políticos, sino un personaje que indudablemente ejercerá una fuerte influencia en su ánimo.

A Alejandro le correspondió la tarea de coordinador desde líneas discursivas a tarjetas informativas, parte de la logística y del programa de actividades del mandatario estatal con el presidente López Obrador, en su reciente visita a Ciudad Victoria.

La relación de Alejandro Rábago Hernández con Américo viene de años atrás y tampoco es nuevo su compromiso con el proyecto del ahora gobernador. En 2018 era uno de los muy escasos convencidos de que Villarreal lograría la gubernatura, tras obtener la senaduría. Durante la etapa previa a la contienda interna y después, ya con la candidatura en la bolsa, Rábago fue pieza fundamental en la estrategia de posicionamiento, de avance y de consolidación.

Su mano no se veía, pero ahí estaba, moviendo, planificando, haciendo funcionar las cosas que le tocaba hacer. Organizaba reuniones de acercamiento con personajes que representaran liderazgos y en general, hizo un trabajo intenso en favor de Américo desde que estaba en el Senado. Me tocó verlo.

Después de la campaña y durante el período de transición, el tampiqueño estuvo ahí, muy cerca. Ahora, ya en el gobierno, ha sido confirmado como Coordinador de Asesores y con eso, reafirma la importancia de su papel dentro de la administración estatal, aunque no ocupe una secretaría. La posición que tiene es más relevante que la de muchos otros y eso no hay que perderlo de vista.

Alejandro Rábago, el tampiqueño más cercano a Américo en términos políticos, también debe ser visto como uno de los personajes a los que Villarreal y la Cuatroté tendrán que ir cuidando y evaluando para futuros compromisos.

ESCOTILLA

Quien parece tener prisa por moverse y ser visto por la Cuatroté en Ciudad Madero es Claudio de Leija Hinojosa.

El ex diputado del PRD, ex funcionario del PRI y ahora delegado de la Secretaría de Bienestar Social en Madero nunca ha ocultado sus intenciones de seguir su carrera política, sea como diputado local o como Alcalde. Desde la dependencia que le encargaron tiene una plataforma de proyección, aunque eso no garantiza algo.

Dentro de Morena puede usted contar también a Adrián Cruz Martínez, a Oscar Hernández Zúñiga y hasta algún promovido por el diputado Erasmo González Robledo. Sí, el del escándalo Carmona. Falta tiempo, pero quienes quieren ya se están moviendo.

abarloventotam@gmail.com

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