¿Y si gana Manuel? ¿Y si de repente le aparece una estructura alterna, una que le impulse en el tramo final de la campaña? ¿Y si los amigos de Geño salen a votar por él ese día? ¿Y si de verdad se fue por la libre y no es solamente una comparsa? ¿Y si realmente puede ganar y es una forma de dejar claro que debió recibir un pago político antes?
Estas y otras preguntas, muchas más, se hacen quienes conocen desde hace años a Manuel Muñoz Cano, candidato del Partido Verde al Senado, en esta elección extraordinaria.
Lo mismo en Ciudad Victoria que en el norte y del sur del estado, hay quienes ven una campaña atípica, porque corresponde a un proceso en el que hasta ahora, ninguno de los tres candidatos que buscan el escaño vacante, ha logrado despertar demasiado interés entre los tamaulipecos.
Manuel Muñoz Cano pasó de ser uno de los miembros más connotados de la nueva generación priísta en tiempos de Eugenio Hernández Flores -en donde fue Secretario de Bienestar Social-, a un operador del Partido Verde en Chiapas, con Manuel Velasco Coello.
El año pasado regresó a Tamaulipas luego de un periplo por otro lados, entre ellos San Luis Potosí, en donde el Verde se hizo de la gubernatura con el apoyo de Morena, a pesar de las advertencias de que se estaba empoderando una expresión política con un fuerte tufo delincuencial. Pero eso es otra cosa y ya lo padecen los habitantes de la vecina entidad.
Ahora, Muñoz Cano se lanzó en esta aventura que para muchos es eso, una simple aventura en la que lo más que va a obtener son votos y presencia para prepararse ante lo que sí quiere en 2024: Ser candidato de una eventual coalición de Morena-PT y el Verde.
Quien sabe de política entiende que nadie es tan audaz como para enfrentarse a un gobierno que, aunque nuevo, tiene todo el respaldo de la Federación y un partido local que es una oficina que replica la fuerza nacional de la institución.
Quien entiende la dinámica de la llamada clase política en Ciudad Victoria, en donde todos son y buscan lo mismo, aunque con diferentes siglas, saben que Manuel puede tener las mejores intenciones y hasta un legítimo derecho en buscar la senaduría, pero que en ningún caso representa un opositor al nuevo régimen estatal.
Los que saben de esto, aseguran que las preguntas como las del inicio de este texto están en el imaginario colectivo y abarcan una buena parte de gente que conoce y simpatiza con Manuel, pero que tienen clarísimo que su papel en esa elección es meramente testimonial.
Hacen ver, sin embargo, que si no fuera porque las fuerzas políticas aliadas de Morena, como son el PT y el Verde, están alineadas en un mismo objetivo, podría considerarse la candidatura de Muñoz Cano como algo competitivo.
¿Y qué si la estructura que durante años mantuvo Eugenio Hernández Flores sale a votar? No será suficiente para ganarle a la que tienen Morena y la Cuatroté, con sus padrones de beneficiarios. Sin embargo, Manuel anda haciendo su lucha, quien quita y pega en un descuido.
A Muñoz Cano lo alientan varias cosas, entre ellas el que en zonas como el sur de le hayan adherido grupos como el que representa el ex Alcalde de Altamira, Armando López Flores -lo que sea que eso signifique- y varios sindicatos agrupados en la CTM local del mismo municipio, que encabeza Jaime García Contreras.
Cuando menos, según se ve, en un descuido Manuelito podría dar la sorpresa y dejar en tercer lugar a la candidata panista-priísta-perredista Imelda Sanmiguel Sánchez. Ese es un escenario que no debería descartarse no tanto por la fuerza del Verde, sino por las alianzas regionales que pueden darse en el transcurso de la campaña.
ESCOTILLA
Como se había anticipado, Morena recuperó ayer el control del Congreso, al revertir la mayoría de la alianza PAN-PRI en el Legislativo.
La Junta de Coordinación Política ahora es presidida por Úrsula Salazar Mojica, la coordinadora de los diputados morenistas y quien por cierto, tiene pendiente un asunto en la Fiscalía General por el asunto aquel de los audios que la hicieron famosa.
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