Durante las semanas que llevan recorriendo el país los aspirantes de Morena, Verde y PT a la nominación presidencial, ha quedado claro que si bien son seis los que participan en este ejercicio, solamente pintan dos con posibilidades reales.
Los simpatizantes de Ricardo Monreal se esfuerzan por tratar de recordar que es un tipo hábil, con una capacidad política extraordinaria para adaptarse a cada nuevo escenario y con profundo conocimiento del viejo sistema y de las nuevas formas de hacer política.
Quienes observan acuciosamente el proceso coinciden en que ni así le alcanzará para emparejar el nivel de conocimiento que tienen Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, a pesar de que Monreal hubiera sido el tipo más adecuado para conducir la siguiente etapa del proceso de consolidación de la Cuatroté.
De los seis interesados -Manuel Velasco Coello, Gerardo Fernández Noroña, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal-, los más activos son Marcelo y Claudia, aunque Adán Augusto ha hecho un esfuerzo enorme por aparecer en las mediciones.
Ya lo había comentado en más de una ocasión: Las cosas fueron diseñadas de tal manera que el exsecretario de Gobernación fuera inflado mediáticamente, en redes sociales y con una estructura cercana al oficialismo, para que en un momento determinado se diga que desplazó del segundo sitio a Ebrard, en un claro intento por acotar las posibilidades del exCanciller, la verdadera preocupación para Andrés Manuel, dada su independencia de criterio y su innegable capacidad política, de la que carecen sus favoritos.
Vistas así las cosas, todo indica que Adán ha ido creciendo de manera rápida, pero hueca. Sin el soporte de un apoyo social genuino y sí en cambio, con base en el interés por decir que ya alcanzó y desbancó a Ebrard. Quien no conoce la forma en que se hace la política oficialista ahora puede creer ingenuamente eso.
En esta carrera que involucra la participación consciente de que solamente son dos con posibilidades y los demás, relleno para darle cierto aire de legitimidad a lo que parece una decisión tomada desde hace tiempo -sí, como con el viejo régimen-, no debería extrañar que haya aspirantes que no reúnan a mucha gente en sus eventos, que no hayan llegado a Tamaulipas y tampoco que haya quienes tienen concentraciones numerosas de ciudadanos que no siempre son simpatizantes, pero van a los eventos.
La contienda se va a ir cerrando, a pesar de que los impulsores oficialistas de Adán Augusto sigan gastando en promocionarlo en todas las formas posible. Ya se sabe, es parte del grupo de comparsas que con conocimiento pleno fueron a este ejercicio al que se ha llamado proceso interno.
Mientras, la verdadera batalla se da entre dos alas de quienes dicen pertenecer a la Cuatroté: Los afines al compañero Andrés Manuel y por extensión a Claudia y quienes en el lado más moderado, sereno, inteligente y pragmático apuestan por Ebrard.
Los duros, los radicales, los que se dicen “obradoristas puros” porque quieren que lo que diga su líder se aplique en forma tajante, sin considerar la necesaria tolerancia ni los obligados acuerdos para transitar entre las diferencias con quienes no piensan igual, son quienes afirman que la candidata será Sheinbaum. Y no parece faltarles razón, si nos atenemos a los hechos, porque tiene el respaldo incondicional de Andrés Manuel.
En cambio, quienes buscan que sea Marcelo quieren que sea la opción que incluya a los millones de ciudadanos que no comparten la forma de pensar, de actuar o de dejar de hacer las cosas como López Obrador y sus incondicionales.
Plantean, no sin razón, que en esta siguiente etapa debe encabezar el gobierno una persona que tenga independencia de criterio, apertura, visión de largo plazo y especialmente, capacidad para dialogar con todos.
Que despresurice la relación política del Ejecutivo con todos, particularmente con quienes Andrés Manuel ha entrado en confrontación abierta, abriendo heridas sociales y profundizando la polarización a partir de la intolerancia a distintas formas de pensar.
Con solamente dos aspirantes que tienen posibilidades reales, con una contienda que parece mas bien una mascarada, pero con una pugna real por alcanzar la candidatura presidencial por Morena, puede decirse que son dos personas pintan con posibilidades.
Y de ellas, una tiene de su lado el respaldo de quien es su principal referencia moral y política, lo que vuelve inequitativa la competencia. Pero así aceptaron las reglas y así se van a ir hasta el final.
ESCOTILLA
Parece haber pasado desapercibido el hecho de que en la reunión promovida hace días por el secretario general de Gobierno, Héctor Villegas González con algunos liderazgos del sur de Tamaulipas, apareció la diputada federal plurinominal Blanca Narro Panameño.
No fue casualidad, pues la legisladora es incluida por la dirigencia nacional en una lista de la que podría salir la candidata a una diputación local por un distrito de la zona sur. Las cosas se empiezan a poner más intensas en el partido del Presidente.
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