La del 6 de junio será una elección en la que los ciudadanos del sur de Tamaulipas podrán decidir si le dan la oportunidad de llegar al Congreso a diputados que trabajen o a quienes solamente quieran utilizar esa posición para seguir escalando políticamente.

No es que sea vergonzoso o ilegal querer crecer en la carrera política que decidieron iniciar, pero algunas experiencias que la sociedad ha tenido con diputados y diputadas federales en los últimos años no son del todo agradables.

Quienes hoy compiten en los distritos 7 y 8 que abarcan a los municipios de Tampico,  Madero y Altamira tienen perfiles diversos y aunque solamente muy pocos poseen experiencia como conocedores a fondo del Derecho, los hay quienes tienen vocación de servicio o cuando menos, una idea de lo que debe hacer un diputado en el Congreso.

Hay todavía una creencia extendida entre buena parte de la población, de que un diputado federal se dedica a conseguir recursos económicos para realizar obras, repartir dinero en becas o dar todo tipo de apoyos de carácter asistencial. Por años, primero en el PRIato y después con los gobiernos del PAN y Morena, se ha desvirtuado la verdadera labor de los representantes populares.

La realidad es que las y los diputados tienen como principal responsabilidad trabajar en el análisis y propuesta de mejoras en la legislación, que ayude a elevar la calidad de vida de la gente, que promueva el bienestar y garantice la transparencia, la rendición de cuentas y el cumplimiento de la ley por parte de los servidores públicos.

Así debería de ser, pero no sucede como en teoría está establecido, pues en un afán por querer ganar votos y llegar a la Cámara de Diputados, muchos candidatos y candidatas durante años han ofrecido a los ciudadanos sus oficios para gestionar recursos ante dependencias federales y que estos se inviertan en proyectos de infraestructura urbana, hidráulica, obra pública, servicios y programas sociales.

Ellos mismos han validado la creencia de mucha gente que los tiene como gestores, como si esa fuera su principal tarea. Por esa parte, son corresponsables.

Si nos atenemos a eso, hay muchas y muy justificadas razones para que los ciudadanos de Tampico, Madero y Altamira reclamen a los actuales diputados federales porque durante los últimos tres años olvidaron gestionar y llevar a buen puerto las acciones para atraer recursos que se invrtieran en el mantenimiento de los diques ubicados en el sistema lagunario, que permita garantizar el abasto de agua a más de un millón de personas del sur de Tamaulipas.

Es más, quienes hoy representan a los habitantes de la zona en el Congreso, votaron un presupuesto que no contempló dar dinero a ese rubro, a sabiendas del riesgo que existía de que se enfrentaran problemas como el que se padece.

La presencia de agua salobre en el sistema lagunario, aunada a la sequía, han provocado problemas económicos, pérdida de inversiones privadas y por supuesto molestia entre decenas de miles de usuarios.

Todavía queda poco más de un par de semanas para que los ciudadanos de Tampico, Madero y Altamira conozcan las propuestas de los candidatos y candidatas y hay tiempo para que decidan, analizando bien  qué quieren.

Hay quienes quieren llegar por primera vez al Congreso y otros que anhelan seguir ahí. Es buena oportunidad para saber si quienes buscan ser diputados o diputadas tienen voluntad para convertirse en gestores que apoyen a autoridades locales, independientemente del partido al que pertenezcan o si solamente desean usar eso como escalón para seguir avanzando.

Es buen momento, también, para reclamar a quienes ya son o fueron representantes de la región y no se preocuparon por conocer la problemática en temas como el del agua, pero sí estuvieron muy activos en cosas que no beneficiaron a las familias de la zona.

De las opciones hay, un ejercicio simplista nos diría a qué partidos pertenecen quienes se han preocupado más por seguir trepando en la escalera del poder, que por estar al pendiente de las necesidades de la gente.

Se necesitan diputados y diputadas que trabajen en lo que les corresponde, pero también que tengan la madurez suficiente para coordinarse con autoridades locales y estatales en la búsqueda de soluciones a la problemática. Si eso implica gestionar recursos o cabildeo en donde se requiera, que lo hagan.

Hasta ahora, al menos en la Legislatura que está por terminar, los resultados que han dado los diputados federales del sur de Tamaulipas van de lo mediocre a lo decepcionante.

Creo que los ciudadanos de la zona están ante la inmejorable oportunidad de cambiar eso, al votar a opciones diferentes y así se están moviendo las preferencias.

Una encuesta muy reciente sobre las tendencias de voto en los 9 distritos del estado,  confirman esto. Y de esos, los 2 que corresponden al sur, marcan esa misma ruta de la alternancia.

Veremos si se confirman esos pronósticos o seguimos padeciendo a diputados y diputadas de escritorio, superficiales y acomodaticios con el poder en turno. Sí, como antes, como ahora.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí