Fiel a su estilo, el Presidente sigue abriendo frentes de batalla con diversos sectores de la sociedad y grupos de poder, como si le apostara a la fortaleza de su figura y al clientelismo de régimen, para sortear los efectos del enfrentamiento y salir avante en las elecciones de 2024. Como si no necesitara a nadie.

Andrés Manuel ya venía acumulando una serie de conflictos con personajes políticos, empresarios, organizaciones no gubernamentales a las que ha despreciado, grupos de padres y madres de niños con cáncer que no tienen medicamentos, sin dejar de lado a quienes por disentir de su forma de pensar y actuar, ha colocado en el lado de los adversarios.

Recientemente, abrió otros dos puntos de confrontación con sectores que tradicionalmente han sido discretos en su relación con el gobierno y particularmente con el actual, porque conocen los ímpetus presidenciales por armar problemas a la menor provocación o sin ella.

Minimizar y pretender reducir a un problema provocado por el neoliberalismo el brutal asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua, luego, al insistir en repartir culpas enfrentando a los obispos católicos mexicanos, han puesto a Andrés Manuel en una posición que debería preocupar a sus cercanos que tienen cierto nivel de sensatez.

Aunque la norma dicta que en el último tramo del sexenio el Presidente debe administrar bien la fortaleza que tiene, la aprobación que normalmente está en el punto más alto y con ello, evitar peleas con quienes poco más adelante pueden convertirse en enemigos acérrimos, parece que a López Obrador eso no le importa.

Se nota que el Presidente se siente muy seguro con el avance político de Morena y que si siguen las cosas así, para el próximo año se habrá convertido en lo que antes fue el PRI: El partido hegemónico de México.

A Andrés Manuel parece tenerlo sin cuidado la posibilidad de que sectores tan fuertes socialmente hablando, como la iglesia católica y ahora hasta de la poderosa comunidad judía, puedan provocarle problemas para garantizar la continuidad de la Cuatroté.

La iglesia, a pesar de la pérdida de poder e influencia en los últimos años, sigue siendo una institución que puede ser capaz de movilizar gente directamente o a través de una vasta red de organizaciones sociales de corte familiar, empresarial y académico. Entre sus benefactores hay muchos y muy importantes líderes sociales y empresariales de todos los tamaños y con ellos, redes que pueden impactar en el rumbo de la campaña de 2024. Ya no digamos los alcances económicos, sociales y políticos de la comunidad judía, agraviada también por expresiones hechas por el mandatario al impulso de una aversión a los críticos.

Pero al Presidente eso le tiene sin cuidado, a él no parece importarle el impacto que la respuesta de estos y otros grupos de poder tendrán en el proceso de definición del candidato que imponga en Morena para que pretenda sucederlo en el cargo. Tampoco parece mostrar preocupación por el reacomodo de fuerzas -las que están dentro de los márgenes legales-, para enfrentar la posibilidad de un proyecto que ha ido perdiendo de vista la necesidad de generar armonía, de restaurar la unidad y la reconciliación entre los mexicanos.

A los únicos que el Presidente no confronta, eso es claro, es a los grupos delincuenciales que en su sexenio han crecido de manera alarmante, con la complicidad que otorga la estrategia de repartir abrazos en vez de aplicar la ley. A ver cómo le resulta su apuesta.

DE LA MADRID Y LA NUEVA PROPUESTA

Enrique de la Madrid Cordero, ex Secretario de Turismo de México y convertido en activo promotor de un proyecto ciudadano que aglutine a quienes quieren encontrar una alternativa a las ofertas partidistas actuales, es ya un personaje en el escenario político de quien hay que estar atentos.

De la Madrid es Director del Centro para el Futuro de las Ciudades, del Tecnológico de Monterrey, pero cuenta con una larga trayectoria en el servicio público. Posee una formación académica envidiable y es un tipo inteligente que ha expresado de manera sensata sus ideas.

No es desconocido que Enrique de la Madrid ha manifestado sus intenciones de buscar, llegado el momento, la Presidencia de la República. Priísta desde el inicio de su vida política, sabe que se requiere más que una alianza partidista amplia para motivar lo suficiente a los ciudadanos a encontrar la alternativa que sea la respuesta a la inquietud de millones de mexicanos por tener un gobierno diferente. De la Madrid está generando interés en amplios grupos de la sociedad mexicana, círculos académicos y empresariales.

VA POR ANTONIO

Ayer, periodistas del sur de Tamaulipas recordaron a Antonio “Tony” de la Cruz, reportero de Grupo Editorial Expreso-La Razón asesinado la mañana del miércoles en Ciudad Victoria, la capital de Tamaulipas.

Muchos integrantes del gremio en la región sur de la entidad realizaron en Tampico una manifestación pacífica, pero firme en su demanda de que las autoridades investiguen los hechos, obtengan resultados con celeridad y castiguen a los responsables del homicidio.

También pidieron que se revise el Mecanismo de Protección a Periodistas, que se garantice el ejercicio de la actividad periodística y que las autoridades de todos los niveles eviten atacar o cuestionar a los periodistas por el simple hecho de no aceptar las críticas y observaciones a su desempeño.

La solidaridad de los periodistas del sur, su demanda de justicia y de garantías, es algo que debe verse como algo que los tres niveles de gobierno tienen que escuchar, atender y resolver.

Por Antonio y por todos los periodistas asesinados en México, que la justicia llegue ya. No es posible que la impunidad prevalezca en este y los demás casos. Ya no más.

abarloventotam@gmail.com

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí