Pocos pensaban que el proceso interno de Morena para seleccionar al candidato a la Presidencia Municipal de Altamira se pondría intenso y a la vez, complicado para el partido.
Con el registro de tres aspirantes a la nominación, queda en evidencia la falta de unidad para ir con un solo representante a la elección del próximo año. No hay tal.
Se pone intenso porque entre sus simpatizantes se daba por hecho que solamente el Alcalde Armando Martínez Manríquez se registraría para buscar la candidatura e intentar ir a la reelección el próximo año, pues de acuerdo con sus seguidores, cuenta con los méritos suficientes para conseguirlo.
Complicado, porque en el escenario no se vislumbraba la posibilidad de que hubiera más interesados en la candidatura, pero del lunes al miércoles el panorama cambió.
Primero, el Director Regional de la Secretaría de Bienestar, Marcelo Abundiz Ramírez cumplió con el trámite para ser incluido en la lista de quienes irán a la encuesta del partido, a partir de enero.
Esa decisión no sorprendió a quienes han estado al pendiente de la trayectoria de Abundiz, quien desde la campaña del ahora gobernador se unió a la Avanzada Tamaulipeca que lidera Américo Villarreal Santiago y trabajó para el proyecto de la Cuatroté. Luego, ya como funcionario estatal encargado de la Sebien en la zona sur del estado, ha hecho un trabajo que le ha valido el reconocimiento de la titular de la dependencia, Verónica Aguirre.
Aunque hay quienes daban por hecho que Marcelo Abundiz podría preferir una diputación local para no confrontarse con nadie, sorprendió que decidiera apostarle a la medición popular en una encuesta, pues si lo hizo es porque seguramente tiene bien calculadas sus posibilidades.
El otro movimiento que hace que a Morena se le ponga difícil la solución del proceso interno en Altamira, es que el exalcalde Juvenal Hernández Llanos también se registró para participar como aspirante y quiere ser tomado en cuenta por el partido en la encuesta que definirá al candidato a la Presidencia Municipal.
Juvenal, quien fue Alcalde por el PRI y después operó la campaña de su esposa Alma Laura para que, como candidata externa del PAN ganara en dos ocasiones la Presidencia Municipal, ya se había acercado a Morena hace meses y en las últimas semanas había externado su decisión de figurar nuevamente, aunque sin definir por qué partido.
Juvenal cumplió los requisitos de la convocatoria emitida por Morena y se registró, algo que no esperaban muchos, especialmente quienes dentro del mismo partido daban por sentado que no habría competencia interna.
Su entrada al juego pone en duda la capacidad del partido para aglutinar a todos los grupos, no solo a un equipo, en torno a una candidatura.
El mensaje es claro: Más que los morenistas, son las familias y grupos que manejan la política en Altamira quienes no están conformes con la posibilidad de la continuidad y quieren dejar claro que van a apostar todo por romper esa dinámica que los tiene enfrentados.
¿Cómo cambia el escenario en Altamira, más allá de si los dos registros adicionales al de Armando son parte o no de un acuerdo para hacer parecer que hay opciones? Sencillamente, lo primero que se observa es que sí habrá una pelea por las simpatías de los altamirenses, quienes tendrán que decidirse entre apoyar en la encuesta interna a Armando, a Juvenal o a Marcelo, lo que de entrada deja claro que lo que no existe hasta ahora en ese municipio, es unidad entre ellos.
El registro de tres aspirantes echa por tierra la narrativa de que todo estaba planchado y que la selección del candidato a la Alcaldía era mero trámite.
También, pone en duda el control de las estructuras territoriales que se mueven bajo la influencia oficialista local. Es un cuestionamiento directo, una confrontación a la pretensión de continuidad, ni más ni menos.
La participación de Juvenal Hernández Llanos como aspirante a la candidatura morenista a la Alcaldía de Altamira le pone intensidad y es también una muestra de que en ese municipio, el poder puede permanecer un trienio en manos de una familia o grupo y después pasar a otro.
Así ha sido históricamente y esa posibilidad aumenta cuando hay enfrentamientos entre esas facciones.
EL REGIDOR QUE QUIERE SER DIPUTADO
El regidor de Morena en Tampico, Juan Pizaña Martínez, anda más activo que antes, ahora que se registró como aspirante a ser candidato a la diputación local.
Aunque tiene más de un año de estar realizando reuniones y loterías en colonias de la ciudad para acercar servicios diversos, brindar apoyo con trámites ante diversas dependencias a las familias y ofrecerles productos gratuitos como agua de botellón o a bajo costo como anteojos accesibles, ahora ha intensificado su actividad.
Pizaña, quien destaca entre los ediles morenistas del puerto por su participación en las sesiones del Cabildo y por los recorridos en las colonias del puerto, a donde lleva jornadas de promoción de empleo, por ejemplo, se registró para participar en el proceso interno del partido.
En la lista de quienes se apuntaron para tratar de recibir la aprobación de Morena para ir a la encuesta para obtener la candidatura a la diputación local por la zona norte de Tampico, Pizaña Martínez tiene la ventaja de que ha recorrido cada colonia y atendido a habitantes de esa zona de la ciudad de manera permanente, lo que le confiere la confianza para creer que logrará la nominación.
ESCOTILLA
Desde que se supo, son muchos los intentos por adivinar el nombre del aspirante morenista de Madero que se ha reunido con panistas y priístas, para acordar ponerle el pie a otro de sus compañeros de partido en la carrera por la candidatura a la Alcaldía.
Está rompiendo una regla del partido: No ponerse trabas ni atacarse entre los mismos. A ver si no termina sin siquiera un premio de consolación.
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