Tras la brutal derrota del 6 de junio, en el PAN de Tamaulipas no se ve asomo alguno de autocrítica.

A pesar de lo serio que es el problema, algo tan necesario para poder corregir el rumbo que lleva el partido, no se ha visto desde hace un mes.

La pérdida de los principales municipios de la frontera y de otras zonas del estado, así como de la mayoría del Congreso fue un duro golpe para el partido en el poder y por lo mismo, uno pensaría que casi de inmediato se hizo un análisis de la situación.

Pero no, parece que al dirigente estatal Luis René “Cachorro” Cantú Galván desconoce lo que es la autocrítica.

No ha habido un reconocimiento de los errores, quizá porque el partido es un apéndice del grupo en el poder y no hay cabida para eso.

A “Cachorro” le tocó una etapa difícil como encargado estatal del partido, por la derrota que marcó ya la senda que va a seguir el blanquiazul de aquí en adelante.

La evidente falta de liderazgo de Cantú dio pie a la inconformidad entre una buena parte de militantes, que vieron en la ausencia de fuerza de su dirigente la explicación a algunas nominaciones que finalmente le costaron votos y sus expectativas de triunfo se convirtieron en derrotas.

La conducción del partido se ha caracterizado por su tibieza, por la ausencia de firmeza y de sentido de responsabilidad para asumir el costo de los errores.

Recientemente se anunció la expulsión de un número considerable de militantes que durante el pasado proceso electoral apoyaron a candidatos de otros partidos, como queriendo subsanar así las fallas propias del partido.

Rebasado sin aviso previo, Cantú Galván solo atinó a replicar los halagos que hace días dieron cuenta del madrugador destape de César Verástegui Ostos,  desde la cúpula del poder. Sin brújula política, el partido sigue los vientos que le marcan el rumbo desde afuera.

Parece que al famoso “Cachorro” ya se le hizo costumbre ser simplemente un transmisor de mensajes, porque eso de dirigir al partido como que no se le da.

En el recuento de daños, al PAN de Tamaulipas le ha faltado hacer un balance objetivo y reconocer que una de las cosas que requiere con urgencia es un verdadero liderazgo y después,  trabajo, trabajo y más trabajo cerca de la gente.

ALMA LAURA NO PARA

En Altamira,  la Alcaldesa Alma Laura Amparán Cruz sigue trabajando sin parar.

En los días pasados, la señora Amparán encabezó y supervisó eventos en los que se dio seguimiento a acciones de desazolve del sistema lagunario en coordinación con la Conagua, para mejorar la capacidad de almacenamiento de agua que garantice el abasto de agua a la industria y a la población.

También, ha reforzado las acciones de prevención de Covid, con el fin de evitar que siga aumentando el número de casos.

Después de las elecciones, doña Alma Laura se reintegró a sus actividades como Presidenta Municipal,  para asegurarse de que los proyectos iniciados tuvieran el seguimiento adecuado. Altamira es un municipio en el que los programas de obra pública no se han detenido y se buscan acelerar su terminación para dejar todo listo antes de que empiece el proceso de entrega-recepción.

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