Ayer, varias personas que residen en otros estados me preguntaban: ¿Qué se siente vivir en una de las ciudades más seguras del país?. Les respondí que se siente bien, porque si tienes la tranquilidad de que las autoridades están haciendo su trabajo a nivel local, previenen el delito y están atentas a combatir pronto a los trasgresores de la ley, tal como es su responsabilidad, entonces puedes trabajar y aportar mucho al desarrollo.
Eso es lo que pasa aquí, eso es lo que se siente vivir en una de las ciudades más seguras y con mejores expectativas de crecimiento sostenido de México. Y no, no se trata de partidos, pero sí de compromiso real. No de populismo, sí de efectividad, de resultados. De pensar en que la gente tenga condiciones adecuadas para trabajar, producir, ser útil. Para vivir en paz con sus familias.
Lo que les digo pueden constatarlo los miles de visitantes que tan solo durante la Semana Santa llegaron al sur de Tamaulipas y a Tampico en particular, a pasar unos días de descanso. Mientras unos de iban a Playa Miramar, en Ciudad Madero, otros miles acudían a las Fiestas de Abril, a los parques y espacios públicos del puerto.
La pregunta que me hacían surgió porque precisamente ayer, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) correspondiente al primer trimestre de 2022 y se confirmó que Tampico es la segunda ciudad con mejor percepción de seguridad en México.
Apenas por debajo de San Pedro Garza García, el municipio más rico de Latinoamérica y con estándares de calidad de vida superiores a los que hay en el resto del país, Tampico se colocó en el segundo sitio en cuanto a la percepción de inseguridad. No solo esto, el puerto subió en estos indicadores, pues el año pasado un 25% de los ciudadanos encuestados por el INEGI decían sentirse inseguros, pero en lo que va de 2022, ese porcentaje es de 20%.
El sábado anterior comentaba aquí una de las razones por las cuales miles de turistas están visitando Tampico, tan pronto se eliminaron las restricciones a actividades públicas y en sitios de esparcimiento. El Inegi confirmó con cifras oficiales lo que escribí ese día.
Mientras en el resto del país la violencia está imparable, mientras la estrategia federal favorece la impunidad y la libre actuación de grupos criminales que generan caos, temor y estancamiento económico, Tamaulipas es una ínsula en ese océano de inseguridad. La seguridad, decía, es el principal factor por el cual los visitantes prefieren llegar a esta zona.
Por eso, el turismo ha encontrado en nuestra ciudad un lugar ideal para disfrutar de la variedad de opciones que ofrece la región, que incluyen desde playa a lagunas, parques, museos y rutas de atractivo cultural, artístico y popular.
La mejoría en materia de seguridad es consecuencia de un trabajo coordinado de los tres niveles de gobierno, pero especialmente de la voluntad de la administración estatal para apoyar al Municipio en las tareas de prevención del delito, particularmente los de alto impacto.
El sector privado, comprometido enormemente con este objetivo, es parte central en los resultados que hoy tienen a Tampico en los primeros dos sitios nacionales en cuanto a percepción de seguridad, pues los empresarios participan activamente desde hace unos pocos años en la Mesa de Seguridad y Paz, que ha coadyuvado a tener excelentes resultados en esta materia y ha servido como modelo a aplicar en otras partes de México.
Me parece que esto es motivo para valorar que a pesar de la diferencia en el origen de los gobernantes a cargo del Ayuntamiento, como Chucho Nader o de la administración estatal que todavía encabeza Francisco García Cabeza de Vaca y de la Federación, lo importante es que se estén creando condiciones propicias para que la gente viva tranquila, en términos generales. Si algo hay que reconocer, es que en este tema ha prevalecido el interés general.
No puede atribuirse a una persona o institución en particular, el que Tampico esté en la posición en la cual el INEGI le coloca de acuerdo con la percepción de los ciudadanos. Es la suma de todos los esfuerzos, es el trabajo de quienes desde la administración pública, el sector privado o la sociedad civil se han comprometido para lograr lo que hoy tenemos.
Si hay alguna institución a la que hay que reconocerle su disposición para colaborar con las acciones estatales y municipales de prevención del delito y combate a la delincuencia es al Ejército Mexicano y a la Secretaría de Marina.
Aquí su labor es bastante institucional, porque saben que si hay seguridad y tranquilidad, es posible mantener los estándares de calidad de vida de la gente y el desarrollo económico. Y eso trasciende cualquier discurso oficial, por más estridente que sea.
ESCOTILLA
Parece que el tema de la corrupción seguirá siendo parte de la narrativa durante las campañas por la gubernatura, pues la Fiscalía Especial para el Combate a la Corrupción concluyó que sí es la voz de la diputada morenista Úrsula Patricia Salazar la que se escucha en un audio filtrado hace días, en donde presuntamente pide a su interlocutor alterar el monto de facturas para obtener un beneficio económico.
El caso va a seguir dando de qué hablar y pega directamente en el discurso que da sustento a la estrategia del Presidente López Obrador, de combatir la corrupción.
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