Mientras Mario Delgado es consecuente con su actitud alérgica al cumplimiento de las buenas normas políticas y designó a Raúl Morón y a Félix Salgado Macedonio como nuevos encargados de las dirigencias de Morena en  Michoacán y Guerrero, el ex Embajador de Estados Unidos en México,  Christopher Landau, le recetó al gobierno federal un golpe seco, imposible de responder con la misma contundencia.

Vamos por partes: Primero, ante la decisión casi unánime dos magistrados fel Tribunal Electoral del Poder Judicial (TEPJ)  pantalón la decisión del INE de Cancelar las candidaturas de los abanderados de Morena a los gobiernos de Guerrero y Michoacán por incumplir con la ley, debido a que ninguno de los dos aspirantes entregó sus reportes de gastos de precampaña, tal como lo establece la legislación.

En respuesta a eso, Delgado Carrillo -sobre quien pesan señalamientos de uso excesivo de recursos privados en la contienda por la dirigencia del partido-, decidió seguramente con el visto bueno o atendiendo la instrucción del presidente López Obrador, nombrar a Félix Salgado Macedonio y a Raúl Morón como encargados de Morena en sus respectivas entidades.

Esta medida no puede ser entendida de una mejor manera que la respuesta de poder presidencial a querer imponer a toda costa a estos personajes como figuras centrales en el proceso electoral que se realizan en esos estados, aún a pesar de que la sociedad civil le reclame a Delgado y a López por seguir respaldando a personajes que han violado la ley y a quienes según se ve, quieren mantener en el ojo público a como dé lugar.

Ayer comentaba en este espacio que de todos los partidos que han presentado candidatos que son un lastre para las campañas que realizan, en Morena destacan los que tienen acusaciones de presunto abuso sexual, violación y ligas con el crimen organizado.

Mantener a Salgado Macedonio y a Morón en primera línea de la actividad política, ya no como candidatos sino en un papel relevante como encargados del partido en Guerrero y Michoacán, nos ayuda a ver hasta dónde llega el empecinamiento por querer llegar al poder al precio que sea y sobre las denuncias de quien sea.

El otro asunto, el que tiene que ver con el título de este texto, es en relación a una declaración hecha en Estados Unidos por el embajador de ese país en México, Christopher Landau, al afirmar que el Presidente López Obrador ha actuado con la intención de “dejar hacer y dejar pasar” a los grupos criminales que mantienen al país bajo un clima de terror, por la inseguridad que provocan en sus enfrentamientos con bandas rivales y los métodos que utilizan para mantener el control de por lo menos 40% del territorio nacional, con tal de seguir operando sus negocios ilícitos.

El señalamiento del diplomático no agradó a López Obrador ni al círculo de simpatizantes que le rodea.

Con una respuesta que alude a un sentido nacionalista y apelando a la soberanía, el Presidente quiso evadir el asunto.

Sin embargo, el tema ahí está, como hierro candente marcó a la actual clase gobernante con el sello de la permisividad.

Sea por indolencia, incapacidad o complicidad,  el nuevo régimen está efectivamente dejando hacer a su antojo lo que los grupos criminales quieren, en perjuicio de millones de familias mexicanas.

Hacer y dejar hacer al crimen organizado en todo el país,  por temor a ser considerado un gobierno que no pueda resolver el problema de la inseguridad en que viven millones de mexicanos, es lo que prefiere hacer el régimen.

En definitiva, la estrategia impulsada desde las más altas esferas del poder público, basada en ese absurdo tratamiento de repartir abrazos a los criminales en vez de aplicar la ley, es lo que confirma los dichos del ex Embajador y lo que muchos detractores de la autollamada 4T han sostenido siempre: La extensión de condiciones de privilegio a quienes violan la ley, antes que a los ciudadanos.

LO QUE SIGUE

A la hora de terminar y entregar este texto, no se tenía todavía una definición de la Sección Instructora de la Cámara de Diputados en torno a la posibilidad de realizar el juicio de desafuero al gobernador Francisco García Cabeza de Vaca.

Lo que venga en los siguientes días será intenso y dejará ver lealtades, traiciones y ambiciones. Veremos.

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