El fin de semana, mientras el equipo de Américo Villarreal Anaya preparaba el evento de su cierre de campaña regional en la zona sur, trascendió en redes sociales información sensible, importante y reveladora sobre cómo algunos personajes de Morena en Tamaulipas operaron durante meses para afectar a algunos contendientes internos. En particular, a Rodolfo González Valderrama, amigo del Presidente López Obrador y a Maki Ortíz, ex Alcaldesa de Reynosa.

En información difundida por diversos usuarios, especialmente en Twitter y Facebook, se mostraron copias de conversaciones a través de un servicio de mensajería instantánea entre al menos dos individuos -varón y mujer- con Sergio Carmona Angulo, un empresario asesinado brutalmente en noviembre pasado en Nuevo León y que las semanas previas había sido señalado en medios informativos nacionales como presunto financiador de campañas morenistas en Tamaulipas y otros estados.

Quienes lo siguen mencionando con esa calidad, han sostenido que sus actividades empresariales son o eran, por decir lo menos, sospechosas de estar fuera de la ley. Inclusive lo motejaron como “Rey del Huachicol”.

Como ignoro si la información sea verídica o no, o si fue obtenida de manera lícita o mediante alguna orden judicial, prefiero abstenerme de profundizar sobre ese asunto, pero de ser cierto lo que se puede leer en las conversaciones, estaríamos ante un escenario en el que efectivamente el dinero privado se metió bastante fuerte en algunas campañas morenistas en el estado.

También, ante una cercanía muy estrecha entre el asesinado, presunto benefactor y personajes que siguen operando estructuras del partido del Presidente López Obrador en el actual proceso electoral. De igual manera, ante una clarísima muestra de enorme confianza entre los involucrados para pedirle grandes cantidades de dinero al asesinado, lo mismo para pagar la creación de tendencias en Twitter que gacetillas en algunos medios. Y hasta “para la casa”, sin especificar más detalles.

Ese debe ser, quizá, un asunto que las autoridades federales tienen que estar indagando, sobre todo si se trata de conversaciones, fotografías y vídeos extraídos del teléfono celular del difunto y que probablemente fueron filtrados para generar una percepción de connivencia entre el capital privado sospechoso de actividades ilegales y varios políticos de Morena. Si se consiguió todo el material en forma ilegal, la autoridad debe investigar el origen y sancionar, si es que hay motivo.

Pero esta quizá es solo una pequeña parte de toda la información que guardaba el aparato telefónico y estamos probablemente ante un escenario en el que se van a seguir destapando más situaciones comprometedoras para algunos morenistas. Estamos al final de una intensa campaña por la gubernatura, en la que la pelea ha subido de tono y no parece estar definida.

Lo que sí es innegable es que en los vídeos que circularon profusamente en redes sociales y en servicios de mensajería, es que el padrinazgo económico de los Carmona alcanzó a varios y varias candidatas y candidatos del partido del Presidente en Tamaulipas. Esto se deduce de al menos una reunión realizada en un departamento localizado en un lujoso complejo de playa en Ciudad Madero, en donde se ve a la senadora Guadalupe Covarrubias bailando alegremente. También, a las diputadas Adriana Lozano, Olga Juliana Elizondo, la Alcaldesa de Díaz Ordaz, Nataly García y a otros convidados a comer paella, como la ex diputada Olga Sosa Ruiz y el diputado federal Erasmo González Robledo, señalado como el presunto enlace principal del empresario asesinado y su hermano, con la dirigencia nacional de Morena.

Ahora se sabe que Erasmo no era el único que mantenía comunicación con el fallecido, a quien se refiere como “compadre”, porque sí había una conocida cercanía como lo demuestran sus fotos juntos en varias fiestas.

No es un delito reunirse con amigos o correligionarios a comer paella, a beber buenos vinos y a cantar a la orilla de la mejor playa del Golfo de México, en un cómodo y lujoso departamento en una de las torres más caras del noreste del país. La comida y la bebida, además del bailecito cadencioso de la senadora Covarrubias pudieron haberse repetido varias veces.

Tampoco es ilegal reunirse para analizar estrategias de pre campaña o de campaña, para apoyar a su candidato, para ver cómo se busca legítimamente el poder o cómo se agradece el mecenazgo económico de un par de empresarios que han sido polémicos por el giro de sus negocios y por la enorme influencia que diversas investigaciones periodísticas nacionales les atribuyen en Morena y con Mario Delgado directamente.

Lo que sí es bastante cuestionable desde el punto de vista moral -tan socorrido en la Cuatroté-, es que se vea tanta frivolidad en un encuentro entre amigos o compañeros, en un sitio que más bien es propio de los gustos y costumbres de los fifís, esa especie imaginaria y de amplio espectro a la que el Presidente López Obrador detesta y acusa de todos los males que hay en el país.

Lo que además es sospechoso, es que de manera casi coordinada se dieran a conocer tanto las conversaciones como los vídeos en estos días. Lo que es más intrigante aún es ¿qué más falta por saber? ¿Qué tipo de compromisos se hicieron? ¿Qué tanto influía el empresario asesinado con la dirigencia nacional de Morena, con los diputados y diputadas, con los senadores de Tamaulipas, con los Alcaldes? Y de ser así, ¿Qué otros compromisos se hicieron con grupos o personajes al margen de la ley?

¿Operaron todos ellos para descarrilar las precandidaturas de Maki y Rodolfo? ¿Son todos ellos beneficiarios del dinero aparentemente sucio de los Carmona? Y además, ¿Ellos y todo eso representan a la Cuatroté que presume el Presidente? ¿Son diferentes de los demás? Si gana Américo, ¿cuánto poder e influencia tendrían en su gobierno los personajes mencionados?

Estamos a la puerta de una elección histórica en Tamaulipas, porque bien puede darse una segunda alternancia o quizá, haya un freno al avance de Morena en el estado. También, porque de confirmarse que hay esos vínculos y otros compromisos, los tamaulipecos estarían ante un escenario en el que la violencia, la impunidad y la complicidad con los criminales estaría de vuelta, como en los años de Yarrington, de Eugenio y de Egidio.

¿Falta por ver más? Seguramente sí. Lo bueno de todo es que ventilar los sitios en donde hay hedor, ayuda a despejar la pestilencia.

abarloventotam@gmail.com

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