Como en los buenos tiempos del PRIato, el Presidente quiso imponer su voluntad a toda costa y envió una iniciativa de ley para modificar legislación secundaria, cuando en el Congreso le rechazaron su propuesta de reformar la Constitución para cambiar el esquema que sostiene el andamiaje democrático del país.
Andrés Manuel sabía que era difícil conseguir los votos suficientes para sacar adelante la reforma constitucional y mientras hablaba de la misma, fintaba con esos cambios y enardecía a sus opositores, medía sus posibilidades de sacar una opción alternativa. Le llaman “Plan B”, que en esencia toca al INE, le reduce presupuesto y pretende modificar de manera notable el sistema de competencia electoral.
Yo lo comentaba hace unas semanas con varias personas que hablábamos del tema: Me parece que el Presidente nuevamente distrae a la gente y particularmente a sus opositores, para que no se hable de determinados temas, como el de la creciente inseguridad en el país, por citar uno de muchos ejemplos.
Y decía que el compañero Andrés Manuel -así se dicen entre ellos los que se consideran luchadores sociales-, pretendía medir a la oposición partidista y de la sociedad civil, para ver hasta dónde eran capaces de llegar.
Pues parece que le salió bien el cálculo y optó por enviar una propuesta menos ruda, pero igualmente nociva para la vida democrática de México, porque insiste en cuestionar la legitimidad y el trabajo del INE. Eso, desde mi óptica, es perverso y mezquino.
Aquí viene lo interesante del tema: Ya con la propuesta aprobada por la mayoría de Morena y sus aliados del PT y el Verde, la minuta se envió a la Cámara de Senadores en donde se discutirá y existe el riesgo -para la democracia, claro-, de que sea aprobada por la mayoría oficialista.
Ahí es en donde entra en escena el factor Monreal, pues mientras ha transitado de manera accidentada por una senda de rispidez con Morena y el propio López Obrador, por presuntas diferencias en la manera en que el compañero Andrés Manuel lleva la sucesión adelantada, Ricardo ha coqueteado con la oposición partidista que está ostensiblemente enfrentada al Presidente.
Ricardo Monreal, líder de los senadores de Morena deberá estar atento al análisis de la iniciativa del Presidente y hacer lo necesario para que se apruebe, pero es aquí en donde se coloca en medio de una encrucijada, pues si vota a favor de la propuesta presidencial se cerraría las puertas con la alianza “Va por México” y se quedaría del lado de Andrés Manuel y la Cuatroté, aunque es bien claro que ahí no lo quieren.
Si en cambio vota en contra y alienta el rechazo a la propuesta presidencial, Monreal estaría dando el paso decisivo para una ruptura largamente anunciada con Morena y con Andrés, aunque para muchos eso sea solamente un juego de espejos, una simulación.
Como sea, en el análisis y discusión atraerá la atención pública sobre la figura de Monreal y nos dará luces sobre lo que realmente sucede entre él y su viejo compañero de lucha, el compañero Andrés Manuel: Si está con él o contra él en este intento por acotar al INE, por querer incidir en el rumbo del órgano electoral, en esta intención de querer volver a tener el control de la planeación de los procesos electorales.
Sí, así como en los años dorados del PRIato que ambos dijeron combatir en su tiempo.
ESCOTILLA
La próxima semana termina el período ordinario de sesiones del Congreso y todavía quedan pendientes varios temas que se han ido postergando en su votación.
Asuntos como la Ley de Aguas, cuya modificación fue propuesta por el gobernador Américo Villarreal, sigue pendiente de ser votada en Comisiones y después, en el pleno. Mientras, los enfrentamientos entre las fracciones del PAN, PRI y Morena siguen llevando las cosas a tal punto que si desde donde se opera políticamente no se hace un trabajo eficaz, el tema se vaya hasta enero del año próximo.
Por eso es importante que en las áreas en donde es necesario, haya gente con la capacidad para hacer bien las cosas.
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