Poco después de las 11:53 de anoche, la consejera presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE),Guadalupe Taddei, salió a dar a conocer públicamente los resultados del conteo rápido efectuado por el grupo técnico de especialistas que elaboraron un documento con base en datos duros del organismo, para definir una tendencia de la votación.

Muchos esperaban los resultados del análisis para irse a dormir después de una jornada electoral intensa en muchos sentidos.

Otros, los partidarios de Morena y sus aliados, solamente querían que la autoridad electoral cumpliera con el trámite protocolario, antes de celebrar con el pronunciamiento oficial de Claudia Sheinbaum como ganadora de la elección.

De acuerdo con la información que el Comité Técnico Asesor del INE, los resultados del conteo rápido dieron como indiscutible ganadora a la candidata de la coalición Morena-Verde-PT, Claudia Sheinbaum Pardo.

Con un muestreo del 75 por ciento del total de las casillas y un nivel de confianza del 95 por ciento, la abanderada se convertirá en la primera mujer presidenta del país, una vez que las autoridades electorales oficialicen los resultados.

Los números confirman que Sheinbaum no solo mantuvo la amplia ventaja con la que inició la carrera presidencial, sino que la incrementó.

Las encuestas más favorables a Claudia inclusive se quedaron cortas con los resultados del conteo rápido, pues tuvo una diferencia a favor de 30 puntos porcentuales sobre Xóchitl Gálvez, la candidata del PAN-PRI-PRD. Jorge Álvarez Maynez, el de Movimiento Ciudadano, llegaría al 8 o 9 por ciento. Muy lejos del segundo lugar que llegó a decir que tenía.

La candidata morenista será la primera presidenta de México, algo histórico por el hecho mismo en sí.

Otros factores como su ascenso al poder en seis años de la mano de López Obrador, su formación académica y la capacidad para soportar toda clase de señalamientos desde los personales -por su vínculo matrimonial con Carlos Ímaz-, son hechos que hacen singular su llegada a la Presidencia.

El virtual triunfo de Sheinbaum y de Morena en prácticamente todas las posiciones en disputa debe leerse como un mensaje claro de una parte de la población mexicana que decidió seguir por el camino iniciado por Andrés Manuel, por más que también haya en México una férrea oposición a ese estilo.

Sin embargo, esa oposición de un vasto sector de la sociedad, que no de los partidos, fue insuficiente para contener la ola que arrasó a las propuestas de los adversarios de López Obrador.

El resultado es una mayoría -posiblemente calificada- en las dos Cámaras, lo que le permitirá a Andrés Manuel poder impulsar y lograr en su último mes de gobierno las reformas constitucionales que están pendientes porque Morena no tenía todo el poder de cambiar leyes, hasta ahora.

La alta votación obtenida por la candidata morenista reafirma también que su triunfo es en realidad de López Obrador, quien hace tiempo planteó que la respuesta favorable de la gente a la aspirante representaría un referéndum sobre el desempeño que ha tenido su gobierno.

Haber conducido el proceso sucesorio como quiso, lograr contener los brotes de insurrección interna que surgieron como los de Ricardo Monreal, Marcelo Ebrard y hasta las intenciones inexplicablemente activas de Adán Augusto López, son logros de Andrés Manuel.

Conseguir imponer en la agenda política esa narrativa de que la Cuatroté es la esperanza de los millones de pobres del país e insistir en que es politiquería toda critica que cotidianamente le hace la oposición política y civil a su gobierno por los altos índices de violencia, los homicidios, la impunidad, la militarización silenciosa y el control territorial cada vez más extenso de los criminales ante la complacencia oficial, es otro gran logro de López Obrador.

Claudia Sheinbaum ganó la elección e hizo historia, efectivamente. Llegará con la enorme fuerza de la legitimidad popular que le da haber obtenido más votos que Andrés Manuel y nadie puede cuestionar eso. Pero nadie puede negar que el triunfo fue en realidad de López Obrador.

En una democracia, aún la inacabada como la mexicana, se deben reconocer los resultados de una competencia electoral, aunque sin soslayar que ningún proceso es impoluto y siempre hay incidencias legales.

Pero a final de cuentas, la democracia es eso y no hay argumento que valga para no reconocer los resultados de una contienda.

Ya los detalles que siempre importan pero que no siempre tienen el peso suficiente para inclinar decisiones mayoritarias, quedan para la anécdota.

MORENA SE LLEVÓ PRÁCTICAMENTE TODO

Hasta la medianoche y con poco más de un tercio de las actas de cómputo recibidas en los Consejos Municipales y Distritales Electorales de Tamaulipas, se perfilaron las tendencias similares a las prevalecientes en el ámbito nacional.

Morena se llevó prácticamente todo: Las Alcaldías de Tampico, Madero y Altamira con Mónica Villarreal Anaya, Erasmo González Robledo y Armando Martínez.

El caso más sorprendente fue el del puerto, en donde si bien las encuestas de las candidatas les daban la ventaja a cada una de ellas, la capacidad de movilización de la coalición oficialista hizo la diferencia.

En cuanto a las diputaciones, hasta las primeras horas de la madrugada el PAN retenía la del distrito sur con Pepe Schekaibán, con una ventaja reducida, pero en la zona norte también sorprendió que Úrsula Salazar Mójica superara a Marcela Unda, la abanderada panista, porque la exconductora de televisión vino de atrás en la contienda y sus números le decían que había superado a la diputada actual.

En cuanto a la diputación federal, las cifras del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) indicaban que el panista Chucho Nader, el Alcalde con licencia de Tampico, iba arriba del maderense Adrián Oseguera Kernion, candidato de la coalición Morena-Verde-PT.

En los casos en donde la competencia es más cerrada, habrá que esperar los conteos finales de los Consejos Distritales para confirmar o corregir los resultados previos.

El triunfo casi total de Morena en las elecciones federales, las estatales en juego y las locales es incluso más contundente que el obtenido por Andrés Manuel hace seis años.

Por la fuerza política que le darán a la nueva presidenta, tiene reminiscencias con las de aquel carro completo que consiguió en 1991, a mitad de su sexenio Carlos Salinas de Gortari.

Aquello fue, como ahora, un brutal aplastamiento de la oposición al oficialismo. Lo que pasó después del 91 en México, es una historia que más valdría no olvidar.

abarloventotam@gmai.com

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