Con 82 mil 227 votos de diferencia -6 puntos porcentuales-, Américo Villarreal Anaya ganó la elección para renovar la gubernatura de Tamaulipas, de acuerdo con el conteo del 100% de las 4 mil 777 actas correspondientes a igual número de casillas instaladas en los 43 municipios del estado.

Con una ventaja así de su adversario, es prácticamente imposible que el abanderado de la coalición PAN-PRI-PRD, César “Truko” Verástegui pueda conseguir que mediante la judicialización del proceso electoral consiga algo más que unos cuantos votos, previa anulación de unas casillas. En pocas palabras, el peso de los más de 82 mil votos a favor del morenista son una pesada losa para el panista: Américo es el virtual gobernador electo y cabeza de la segunda alternancia política en la historia de la entidad.

Desde semanas antes se hablaba de la ventaja de Villarreal, con base en varias encuestas que le daban entre 25 y 30 puntos -las más increíbles- hasta 8 a 14 puntos, las más sensatas. A final de cuentas y a pesar de la operación política, jurídica y electoral, pudo sacar adelante el compromiso de traer la Cuatroté a Tamaulipas con una diferencia de 6 puntos porcentuales. Lejos de las cifras alegres, sí, pero suficiente para ganar sin problema.

De lo sucedido en las últimas dos semanas y especialmente el domingo ya había comentado en este espacio: Las estructuras harían la diferencia, pero también quién o quiénes operaran dentro o fuera de la ley el día de los comicios. Y así fue porque hubo noticias de hechos ilegales que incluyeron intentos de robo de urnas, obstaculización del acceso de votantes a sitios donde estaban las casillas, persecución de operadores políticos, detención de movilizadores con dinero en mano, además de recorridos en vehículos oficiales que los ahora ganadores consideraron parte de un operativo para disuadir la participación de simpatizantes morenistas.

Total que como había dicho, las encuestas hechas antes reflejaron una realidad y los votos del domingo nos mostraron otra: Ni eran los 23, 25 puntos que le daba a Américo la encuestadora de Ricardo Gamundi ni los 30 de Massive Caller, cuyos márgenes siempre fueron demasiado holgados. Pero tampoco fueron los 6 u 8 puntos de desventaja que las casas de medición de los panistas otorgaban a Villarreal.

La ventaja allá por diciembre sí era de 30 puntos aproximadamente a favor de Américo, pero se fue estrechando conforme avanzaron la pre y la campaña, hasta que se aceleró su erosión con las últimas 3 semanas cuando se vio la embestida mediática y jurídica contra personajes cercanos al candidato morenista, incluyendo órdenes de aprehensión contra Alcaldes en funciones y operadores del magisterio y del sector salud.

No obstante, el voto del descontento, el de la reprobación a la gestión encabezada por Cabeza de Vaca se impuso. Desde la óptica de los simpatizantes del candidato ganador, el triunfo representa un paso importante en su idea de instaurar la Cuatroté y desterrar lo que han llamado “la mafia de la corrupción”.

Con los más de 82 mil votos de diferencia y prácticamente con el triunfo oficial en la bolsa, Américo tiene ahora el reto de emular el papel realizado por su padre hace más de 30 años, cuando ganó la guernatura por el PRI. Es de los pocos gobiernos moderados que se recuerdan en Tamaulipas. Aunque ahora son otros tiempos, claro.

En el recuento estatal, Américo puede decir que la esperanza que tenía de que los municipios de la frontera fueran determinantes en la elección, se cumplió. Los Alcaldes emanados de Morena en Matamoros, Díaz Ordaz, Nuevo Laredo y Reynosa operaron bien y alentados por su enfrentamiento político y personal con Cabeza de Vaca, hicieron posible el triunfo en esa zona.

Luego, en el centro, Victoria no le dio un mal resultado y en los municipios colindantes con Nuevo León, en donde la autoridad de facto es la llamada Columna “Pedro J. Méndez”, una agrupación de civiles que se dice autodefensa, el apoyo fue notable.

Y después, en el sur, en donde la fortaleza de “Truko” Verástegui era más firme, Américo puede presumir que tener dos municipios con gobiernos morenistas le ayudó a sacar un más que buen resultado. Claro, los puristas dirán que debió haber arrasado en Madero y Altamira, pero olvidan que en las elecciones del año pasado, las diferencias no fueron extraordinarias, pero sí suficientes para ganar.

Y, como se ha dicho, Tampico confirmó otra vez que es el dique que contiene el avance morenista en Tamaulipas. El puerto se consolidó como el único bastión panista en el estado y colocó automáticamente a Chucho Nader en una posición más que envidiable en la reconfiguración del nuevo escenario político de la entidad. El panismo estatal deberá voltear al sur si quiere empezar ya su reestructuración antes del 24.

Con la seguridad que da la ventaja de los más de 82 mil votos y esos 6 untos porcentuales de diferencia contra el PAN, el virtual gobernador electo tiene la enorme responsabilidad de cumplir con los compromisos hechos con quienes le dieron su confianza y su voto.

Deberá trabajar desde ya en el análisis de los perfiles de quienes le acompañarán en el gobierno a partir del 1 de octubre y a la par, ir diseñando una estrategia para resistir los embates que pudiera haber de aquí al día que asuma el cargo.

Por lo que hace al estilo de su administración, desde la perspectiva de quienes votaron en contra de Cabeza de Vaca más que de “Truko”, el accionar del nuevo gobierno deberá estar alineado con la narrativa y con las formas que ya se conocen al Presidente López Obrador en materia de combate a la corrupción, con denuncias públicas y acciones jurídicas a quienes se encuentre en acciones ilegales.

Debemos esperar un gobierno consecuente con la mística de tener un presupuesto austero, muy austero en todos los ámbitos. Con modificaciones a programas sociales y revisiones escrupulosas al uso de los recursos. También, con un cambio en el aparato de procuración de justicia, entre otras cosas.

Prácticamente con el triunfo extraoficial en la bolsa, Américo también deberá pensar en gobernar con un estilo que acertadamente calificó Manuel “Meme” Garza Jr. como “transformación equilibrada”, esto es, incluyente, respetuosa de las diferencias, tolerante y sensata, muy sensata para evitar radicalismos.

abarloventotam@gmail.com

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí