Hace días comentaba en este espacio que la Alcaldesa de Tampico, Mónica Villarreal Anaya había encabezado un foro de consulta ciudadana, para conocer las sugerencias y propuestas de organismos y sectores productivos en la integración del Plan Municipal de Desarrollo.

Se entiende que este ejercicio que debe realizarse por ley, tiene que ser amplio para que la mayor cantidad de ciudadanos -no solo especialistas o representantes de cierto sector-, participe con sus ideas y propuestas.

En este tenor, lo conveniente es que se hagan más foros y como en Ciudad Madero, una consulta en la que las personas acudan a alguna plaza pública o en sus mismas colonias, para aportar sus puntos de vista y que expresen lo que consideran que requiere Tampico, para mantener el ritmo de crecimiento económico y el desarrollo en general.

El Plan Municipal de Desarrollo que elaborará el Ayuntamiento de Tampico deberá contener, sí o sí, el compromiso de continuidad de las cosas buenas que se hicieron en el pasado y con las que no se puede romper, a riesgo de caer en lo inconcebible, pues lo positivo es resultado también del trabajo de varios de los integrantes del actual gobierno local, que formaron parte de las dos administraciones pasadas.

¿Qué más deberá tener el Plan? Sin duda, la opinión de la gente y de los expertos en los temas de desarrollo económico, social y urbano, para que las directrices tomen en cuenta las ideas, no las ocurrencias de tipo dogmático que suelen imprimir a estos documentos quienes no conocen la realidad de un lugar.

Tampico no es la Ciudad de México y tampoco una región en donde la polarización política y el dogmatismo irracional se antepongan al interés colectivo. No es una ciudad en donde la narrativa que pugna por destruir el pasado común, tenga futuro.

Lo digo porque aunque en el Plan Municipal de Desarrollo se plasmen las inquietudes de los ciudadanos y de representantes de sectores productivos o de la academia, nunca falta quien quiera influir e introducir elementos que busquen voltear a otro lado y poner en segundo plano lo verdaderamente importante.

Tengo la certeza de que, fiel a su esencia y trayectoria personal, profesional y al aprendizaje político que ha adquirido en sus últimos años, la Alcaldes porteña sabrá interpretar las inquietudes ciudadanas.

Más aún, estoy seguro de que Mónica, cuando supervise la elaboración del documento que contenga las líneas de acción más importantes para promover el desarrollo de Tampico, pida dejar fuera los planteamientos que busquen menospreciar lo logrado durante décadas por quienes realmente viven aquí y conocen su realidad.

Durante la campaña, el equipo de Mónica realizó algunos foros sobre las temáticas que definen sus ejes de trabajo, por lo que los resultados de esos eventos son la base para elaborar el Plan, que necesariamente y por ley, tiene que enriquecerse con las propuestas ciudadanas, presentadas claramente y sin otro afán más que el bien común.

FERNÁNDEZ NOROÑA, EL QUE SÍ ES IZQUIERDISTA

Si algo volvió a confirmarse el fin de semana que estuvo en Tamaulipas el senador Gerardo Fernández Noroña, es que sí es izquierdista. Es uno de los pocos que ostentan un cargo en la estructura de poder en México actualmente, pero eso no es garantía de una imagen inmaculada.

Gerardo fue invitado de los senadores Olga Sosa Ruiz y José Ramón “Jota Erre” Gómez Leal -morenistas ambos, no del PT-, para hablar de las recientes reformas aprobadas por el Congreso, que modificaron el Poder Judicial.

El compañero Fernández Noroña es un individuo que combina un lado como político con experiencia en luchas sociales, con un temperamento irascible que puede llegar a la agresión verbal. Bueno, hace unos años fue acusado -y sancionado por las autoridades- por expresiones misóginas, por dar un ejemplo de quién es.

Pero Gerardo sabe esgrimir argumentos con contundencia y sus palabras pueden ser filosas. Para quienes no saben de política, es un tipo deslumbrante y ejemplar.

Para quienes conocen a este tipo de personajes, es un elemento que retrata al izquierdista tozudo que luchaba contra el oficialismo en los años 80 y 90. Claro, antes de que él mismo llegara al poder y se convirtiera en lo que combatió.

Algo no se le puede cuestionar: Su incondicional lealtad a la izquierda y en su momento, a todo lo que dijera o se le ocurriera al compañero Andrés Manuel, lo que fuera que necesitara su apoyo.

El presidente de la Mesa Directiva del Senado es uno de los mejores políticos cuatroteístas que pueden hablar de la reforma constitucional impulsada por López Obrador, para modificar la integración del Poder Judicial porque ambos comparten puntos de vista similares.

Tienen bastante en común. Bueno, salvo que Fernández Noroña siempre ha sido izquierdista y el compañero Andrés Manuel se forjó en el viejo PRI, con todos los vicios que eso implica.

ESCOTILLA

Querétaro se empieza a contaminar con lo que sucede en Guanajuato y en casi todo el país: La violencia, las masacres que quedan impunes, trastocan la tranquilidad de un estado productivo que le ha cerrado las puertas a la Cuatroté.

Ya transcurrió casi mes y medio de la nueva administración y las cosas siguen igual que con el compañero Andrés Manuel: Homicidios por doquier, violencia e impunidad para los criminales.

Parece que los abrazos siguen siendo la política de combate a la inseguridad en este país, mientras el “pueblo bueno y sabio” sigue sufriendo las consecuencias de la indolencia y la complicidad.

abarloventotam@gmail.com

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