El principal jugador en la elección concurrente que está en curso en México es el Presidente López Obrador. Directa e indirectamente, es y será el personaje central en los discursos de quienes aspiran a sucederlo.
Desde la coalición oficialista que destaca desde ahora lo que considera logros al frente del gobierno hasta los opositores que le reclaman todo, Andrés Manuel será nuevamente el protagonista de las campañas.
Ya lo había comentado: A falta de su aparición en las boletas, lo que ayudaría directamente a los candidatos de la coalición que busca la continuidad, es que el Presidente quiere seguir en la conversación pública de cualquier manera, para que su nombre sea referencia -para bien o para mal-, en las campañas.
Inevitablemente, su nombre, su figura y su peso político serán omnipresentes y eso va a influir en quienes deciden emocionalmente su voto.
Hay un dato revela con claridad cómo es que llega Andrés Manuel al último tramo de su gobierno y en plena guerra electoral, que enfrenta a sus numerosos opositores con sus también abundantes seguidores: Las encuestas que hablan de su fortaleza política a partir de la popularidad o de la aprobación que le dan los ciudadanos a su trabajo son un referente.
Como regularmente lo hace, el periódico El Financiero dio a conocer los resultados de la más reciente encuesta que encargó para conocer el nivel de popularidad del presidente López Obrador y los resultados son consistentes con la tendencia que hemos visto en los últimos cinco años.
Andrés Manuel tiene un porcentaje de popularidad que todavía es alto, pues el 55 por ciento de las personas encuestadas tienen una buena percepción de él, aunque en la medición de diversos aspectos que incluyen su desempeño, las cosas tienen otros matices.
No es un secreto que la figura del Presidente será determinante en el rumbo de la elección que está en marcha y que influirá decididamente en lo que pase con los candidatos de la coalición oficialista a las gubernaturas, el Senado y la Cámara de Diputados, así como en los municipios que renovarán sus gobiernos locales.
Aunque, en este ejercicio que mensualmente realiza el periódico especializado en finanzas y economía, López Obrador registra un nivel de desaprobación del 44%, lo que habla de un equilibrio en esos dos elementos, la tendencia es que el porcentaje de quienes no están de acuerdo con el desempeño presidencial muestra un crecimiento paulatino.
De manera sostenida, el número de quienes no aprueban el trabajo de López Obrador se ha triplicado desde enero de 2019, mientras que su nivel de aprobación ha caído 25 puntos porcentuales, de acuerdo con la misma encuesta que se realiza cada mes.
Más que revisar la tendencia de los índices que miden de manera general a quienes están de acuerdo o no con el Presidente, de quienes creen que la inseguridad sigue siendo el gran asunto sin resolver del gobierno federal o de quienes creen que los programas sociales son el mayor acierto, está el hecho de que inevitablemente López Obrador será el jugador central de esta elección.
LO QUE DEJA VER LA CRISIS DE PEMEX
Dos datos recientes relacionados con Petróleos Mexicanos (Pemex), llaman la atención y acentúan la preocupación: La empresa pública tuvo que cancelar un contrato para arrendar equipo de cómputo porque no tiene dinero para pagar, lo que confirma su crítica situación financiera y el alcance del problema.
Pemex es la petrolera más endeudada del mundo y a pesar de los esfuerzos por sanear sus finanzas, éstas siguen siendo un barril sin fondo, entre pasivos acumulados con proveedores, inversiones que no terminan de fructificar en productividad y un contrato colectivo de trabajo que es una enorme sangría para la empresa, la situación es terrible.
Otro dato que ilustra el contrasentido de lo que se dice es el precio de las gasolinas, pues con el inicio del año aumentó el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), lo que impactó en el precio al público.
En algunos casos, los combustibles rondan entre los 25 y los 29 pesos, dependiendo de la zona del país y del expendedor.
No, Pemex no está bien y la ruta seguida tampoco es la correcta. No, definitivamente, no se ve mejoría y se está peor que con el tan vituperado PRIAN. Sencillamente así.
Claro, no corresponde a Pemex fijar el precio de los combustibles, pero Hacienda es quien establece el impuesto aplicable y la Federación es quien podría intervenir para evitar que siga habiendo fugas de dinero en la petrolera, por la ineficiencia productiva y la indolencia.
Lo que deja ver la crisis de Pemex es que se trate de un gobierno del pasado o del actual, nadie ha podido resolver sus problemas. Nadie, a pesar de que unos y otros aseguren lo contrario. Los hechos ahí están.
ESCOTILLA
Cuatro días después de haber sido secuestrados en la carretera que va de Reynosa a Matamoros, los 31 migrantes de Centro y Sudamérica fueron encontrados por las fuerzas de seguridad en Río Bravo.
La presión mediática en México y en los países de donde son originarias las víctimas, ayudó a que se aceleraran las labores de localización.
Eso es lo importante, pero ahora lo que sigue es la acción de la justicia federal para hacer lo necesario y evitar que se repita esto.
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