Horacio Ortiz Renán, magistrado del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, fue el primero en caer de quienes formaron parte del equipo cercano del ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca. No, no fue a la cárcel, sino a la calle, despojado por la Cuatroté de la oportunidad de seguir en el Poder Judicial.
Mediante un frío comunicado emitido por la administración estatal, Ortiz Renan fue prácticamente dejado fuera de la posibilidad de continuar en el Poder Judicial por el gobernador entrante Américo Villarreal Anaya, quien decidió no ratificarlo en el cargo.
Horacio concluye este miércoles su período y tenía abierta la posibilidad de seguir, aunque desde hace tiempo se daba por sentado que no lo haría, dado que su eventual ratificación o negativa correspondería al nuevo mandatario y eso se confirmó ayer con el anuncio oficial.
En la parte central de los argumentos que utilizó Villarreal para no avalarlo dice que “no tiene la honorabilidad” para desempeñar el cargo, además de lo que calificó como un servidor público que carece de buena reputación. Y el documento hecho público ayer por el gobierno, refiere que Ortiz Renán ha sido cuestionado por gremios de abogados y organizaciones que ponen en duda el desempeño ético y la honorabilidad del magistrado.
El movimiento casi se daba por seguro, pues nadie creía que el nuevo gobernador fuera a ratificar un magistrado identificado plenamente con el gobierno anterior, y mucho menos con los antecedentes que existen, ya que a Ortiz Renán hay quienes lo señalaron de presuntamente estar al servicio de Cabeza de Vaca.
La decisión de Américo se entiende en contexto de la renovación que quiere lograr en todos los ámbitos de la administración y también, en las relaciones con los otros poderes. Ayer fue el Supremo Tribunal, en unos días puede verse también la modificación del equilibrio de fuerzas en el Congreso.
Aunque desde el punto de vista político se explican estas acciones que buscan asegurar un mayor margen de maniobra al nuevo gobierno, la sociedad debe estar atenta para evitar que esas acciones que se impulsen en aras de afianzar un liderazgo formal, se incurra en acciones como las que caracterizaron a la anterior administración, a la que se atribuyeron inclusive excesos.
Las preguntan que siguen haciéndose en todos lados son: ¿Quién sigue? ¿Hasta dónde se va a llegar realmente? Lo iremos viendo poco a poco.
AHORA, EL CONGRESO
El Congreso del Estado será la siguiente parada en la ruta que la Cuatroté tiene marcada para darle al gobernador Américo Villarreal más espacios de poder, así como la posibilidad de poder ejercer un gobierno sin demasiadas complicaciones.
En el Legislativo, en donde el PAN mantiene una frágil mayoría mediante su alianza con el PRI, la gente que opera los asuntos políticos sabe que no será muy complicado romper esa unión, pues al menos se tiene la certeza de que el dirigente estatal Edgar Melhem estaría más cerca de apoyar a sus compañeros de Morena que a la bancada panista.
Aunque Félix “Moyo” García se esfuerce por mantener esa mayoría que permitió al PAN transitar el último tramo del gobierno cabecista con cierto éxito, las cosas cambiaron desde el momento en que el Tribunal Federal Electoral confirmó el triunfo de Américo Villarreal y con ello, el fin de los Vientos de Cambio.
La correlación de fuerzas en el Congreso de Tamaulipas se va a redefinir y eso es cuestión de tiempo solamente. Como se ven las cosas, los panistas no podrán resistir mucho tiempo los embates y las invitaciones para que más de alguno de los integrantes de esa bancada la abandonen y se sumen a Morena en votaciones clave.
ESCOTILLA
Hace días, Adrián Oseguera envió un mensaje directo al diputado Erasmo González Robledo, representante del distrito que abarca Ciudad Madero y Altamira.
Erasmo es presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública en la Cámara de Diputados y parte de sus tareas es gestionar recursos federales para obras y proyectos en su distrito.
En su primer período y en lo que va del segundo, Erasmo ha abandonado a los ciudadanos y a sus autoridades municipales en este aspecto.
El mensaje más bien tiene visos de reclamo que, por cierto, Erasmo ni siquiera se ha dignado a responder. Se entiende: Su interés no está en Ciudad Madero ni en Altamira.
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