Durante las más de tres semanas que lleva recorriendo Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya está haciendo promesas que dependiendo del lugar y del tema, tiene diferentes connotaciones y alcances. Para el candidato de Morena, más que promesas son compromisos firmes con la gente.

La principal promesa del candidato de la coalición Morena-PT-Verde a la gubernatura es la de trabajar todos los días, uno sí y el otro también, para tratar de mejorar las condiciones de vida de la gente en el campo y en las ciudades. La promesa de entregar su esfuerzo y de hacer compromisos específicos en materia de combate a la corrupción, atención a las necesidades de la gente y manejo honesto de los recursos, es escuchada en cada lugar al que va.

Claro que la interpretación que se le da a este discurso no es la misma en Reynosa que en Tampico, en Matamoros o en Cruillas, en Mainero que en Ocampo o en Nuevo Laredo que en Antigüo Morelos. Cada ciudad y región de Tamaulipas vive condiciones diferentes, han pasado por situaciones distintas en el pasado y sus habitantes pueden contar cosas diversas respecto al funcionamiento del gobierno.

Por ejemplo, la millonaria inversión en obras de infraestructura urbana y turística en Tampico, ciudad que tiene el segundo sitio en percepción de seguridad del país, quizá no es la misma que la aplicada en San Nicolás o en Río Bravo. O los conflictos de seguridad de Nuevo Laredo a Matamoros, pasando por toda la llamada “frontera chica”, distan de la tranquilidad que se vive en Madero y Altamira.

O la molestia de la gente de Victoria por la falta de agua -amén de la fealdad que le reconoció su propio Alcalde-, no es igual a la percepción de la gente de Aldama, de Mante o de Tula. Cada sociedad es diferente, tiene ópticas diferentes y va a entender de manera distinta la narrativa que se utilice en campaña.

No obstante, Américo ha perseverado en ese modelo de comunicación, muy rígido en el seguimiento del manual diseñado por los consultores, pero efectivo en los resultados que se buscan. Poniendo por delante la promesa de ofrecer honestidad en el desempeño del cargo público, la campaña de Villarreal Anaya ha transitado bien en Tamaulipas, apelando fuertemente al apoyo de su base social, un enorme voto duro que se estima llegará a los 800 mil ciudadanos en junio.

Las promesas del candidato morenista giran en torno a sus compromisos con los ciudadanos, con un enfoque especial en cada grupo de la población porque en cada uno existen necesidades más urgentes que en otros. Sin embargo, en lo general, el ofrecimiento de Villarreal se orienta a ser un gobernador que tenga la honestidad como principio irrenunciable y a partir de ahí, al ciudadano como centro de toda la acción gubernamental que se genere posteriormente.

Durante la semana posterior al primer debate entre los candidatos, Américo estuvo en Villa de Casas, Jiménez, San Carlos, Bustamante y Miquihuana, en donde se reunió con ciudadanos a quienes anticipó que si gana las elecciones, su administración se va a destacar por la atención cercana, directa y permanente de las necesidades de las personas que habitan en esta región, por lo que se comprometió a abrir una oficina gubernamental en el Altiplano para trabajar desde ahí y terminar con el abandono en que está esa región.

Pero también, en un mensaje que llevaba dedicatoria para los burócratas estatales, Villarreal aseguró que está en contra del acoso que desde el gobierno se ha emprendido en contra de los trabajadores públicos, a quienes -según dijo-, se amedrenta y amenaza con quitarles compensaciones y otros tantos beneficios si no apoyan al candidato panista. También les aseguró que no quitará las compensaciones y bonos a los burócratas, si gana la elección.

Américo ha llevado su campaña de acuerdo con lo que dictan los manuales, cuidando su ventaja, procurando que no disminuya aunque eso no depende totalmente de él, sino de una suma de diversos factores. También maneja bien su narrativa, montada en el mismo sendero discursivo del Presidente López Obrador, por lo que es posible ver similitudes.

Este fin de semana, el abanderado de la coalición Morena-PT-Verde estará en la zona sur, primero reuniéndose con presidentes de organismos privados que integran el Consejo de Instituciones Empresariales del Sur de Tamaulipas (CIEST) y después en visitas a medios informativos.

Por la tarde de este sábado se tiene contemplado que mantenga un encuentro con miembros del magisterio, cuyo sindicato está participando de manera activa en la campaña, tal como lo hizo antes con el PRI y después con Nueva Alianza y Redes Sociales Progresistas, ambos aliados de Morena.

Y AHORA LA REFORMA ELECTORAL

Después de lo que sucedió en torno a la pretendida contrarreforma eléctrica impulsada por el Presidente López Obrador, toca el turno a la electoral.

Andrés Manuel envió, a través de la Secretaría de Gobernación, su iniciativa al Congreso para que sea analizada y discutida. La oposición ya anticipó su voto en contra, al conocer superficialmente algunas de las pretensiones que tiene ese proyecto.

La discusión se va a llevar semanas, meses intensos y va a ocupar los principales espacios en medios informativos, escritos y electrónicos. Será, como ya es, tema obligado en la conversación digital y al final creo que va a terminar como la eléctrica.

Quien conozca a Andrés Manuel sabe que eso le gusta: Aunque no tenga posibilidades de pasar, la propuesta de reforma electoral va a distraer a la oposición partidista y la que hay entre numerosos sectores de la sociedad. No le importa, pues eso es lo que quiere en el fondo. Ya el lunes les platico más de esto.

abarloventotam@gmail.com

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