Desde siempre, las relaciones entre el poder público y la prensa ha sido objeto de cuestionamientos, de discusiones sobre la ética y los principios que deben regirlas.
Independientemente de lo que los ortodoxos digan o de lo que los más progresistas afirmen, siempre será motivo de discusiones, de planteamientos diversos sobre la forma correcta de llevar esas relaciones. Cada quien puede tener ideas distintas y eso se vale.
Quizá por lo mismo, ayer que fue la primera ocasión en que el gobernador Américo Villarreal Anaya asistió a un desayuno con periodistas del estado, en lo que lleva de su gestión, que el tema volvió a ser motivo de atención.
Américo lo dijo claro y directo en su mensaje a los trabajadores de los medios en la entidad: Se acabó el acoso y la persecución a quienes ejercen el periodismo.
Más contundente no podía ser, especialmente cuando hace ocho meses todavía se tenía que sortear el estado de ánimo y las ocurrencias de quienes estaban al frente del gobierno estatal. Sobran los ejemplos y las historias.
Por eso el encuentro de ayer en la capital fue significativo por varias razones. En primer lugar porque plantea el modelo de una nueva relación entre los medios y el poder público, en un estado en el que tradicionalmente ha sido ambivalente.
Un ejemplo claro es que en los últimos 6 años fueron asesinados varios periodistas y no hay quien se sienta satisfecho con el resultado de las investigaciones oficiales. En sexenio cabecista dejó un mal sabor de boca en ese aspecto.
Otro de los factores por los que la convivencia de ayer con motivo de la conmemoración del Día de la Libertad de Expresión fue diferente a las anteriores, es porque Américo anunció algo que confirma el cumplimiento de un compromiso adquirido durante su campaña: Hacer lo necesario para brindar a los trabajadores independientes del sector, acceso pleno a seguridad social.
El gobernador dio un dato revelador de las condiciones en que labora la inmensa mayoría de los periodistas en Tamaulipas: Al menos el 75 por ciento de ellos trabajan sin algún tipo de cobertura en seguridad social, que los proteja a ellos y sus familias.
Más allá de las coincidencias o diferencias que cualquier periodista tenga con el actual gobierno, lo destacable es que Américo anunció la creación de un plan de apoyo que buscará otorgar certidumbre y seguridad social a los trabajadores independientes del gremio.
Muchos ejercen su labor y están desprotegidos en materia de seguridad social, pero Villarreal dijo que el esquema estará sustentado con recursos que formarán un fondo inicial dependiente del presupuesto de la Coordinación de Comunicación Social.
Y como decía antes, se trata de una noticia que vale la pena destacar, por el impacto social más que por el mediático o el político.
Por eso cuando el gobernador mencionó que la nueva administración entiende la relación prensa – gobierno de manera diferente, cuando habló del acoso y la persecución que muchos padecieron en el sexenio cabecista y los anteriores, hubo una coincidencia plena.
“Tamaulipas fue un estado silenciado por los gobiernos del pasado y de grupos fácticos. Hoy eso ha quedado atrás. Se acabó el acoso y la persecución a quienes ejercen la labor periodística, incluso es tiempo de garantizar mayor protección y las prestaciones sociales que hasta hoy no reciben un buen número de informadores”, expresó en un mensaje que fue recibido con la convicción que da la certeza.
En un rasgo característico de la relación que la Cuatroté ha establecido con los medios, Américo afirmó que ahora, quien desee ejercer el periodismo y ser crítico, no tiene cortapisas, pues solo existe como única condición el respeto y la responsabilidad.
Parte importante en la concepción del esquema de apoyo asistencial mediante la cobertura de seguridad social a los trabajadores del gremio periodístico estatal ha sido Francisco Cuéllar Cardona, el titular de la Coordinación de Comunicación Social.
Paco, como periodista, conoce bien las condiciones que a diario viven quienes lo ejercen. Ahora, hay que esperar los detalles de su implementación, pero de entrada, lo de ayer fue una señal más que excelente de los nuevos tiempos en Tamaulipas.
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