Altamira es uno de los municipios de Tamaulipas que destacan en rubros de relevancia, que merece una atención especial cuando se trata de asegurar la continuidad de su desarrollo.
En los últimos 4 años, en ambas administraciones de Alma Laura Amparán, la Alcaldesa ha logrado consolidar el progreso en varios renglones, que reflejan un cambio en la fisonomía urbana y la mejoría de la calidad de vida de su gente.
Por su presupuesto, las actividades económicas con base en las industrias petroquímica y energética, el puerto, ganadería y agricultura, Altamira atrae la atención social, política y económica.
Evidentemente es un municipio que el PAN, Morena y el grupo en el poder estatal, consideran una prioridad y quieren ganarlo en los comicios de 2021.
Por eso es que lo sucedido en los días recientes en torno a la posible designación de candidatos de ambos partidos a la Alcaldía y diputaciones locales, llama la atención ya que las cosas se están complicando.
Lo que parecía un proceso de mero trámite para el blanquiazul, ahora representa un problema que requiere de mucha habilidad para ser resuelto, sin poner en peligro la continuidad del proyecto estatal en ese municipio.
La operación política que se ha realizado en las dos semanas recientes en Altamira parece un deja vú de los tiempos en que el PRI de Egidio Torre Cantú cometía yerros, por la impericia y la soberbia que caracterizó a sus encargados de atender esas cuestiones.
En Altamira, pasando por encima de lo que representa el factor local para decidir el nombramiento de aspirantes a la Presidencia Municipal y diputaciones locales, se nota cómo desde la capital hay quienes insisten en imponer a quien ha actuado en contra de la figura de autoridad más importante, golpeando la imagen personal y política de actores que garantizan la gobernabilidad local. Así se entiende.
Si desde el PAN estatal el dirigente Luis René “Cachorro” Cantú se deja imponer candidatos que van a complicar más la convivencia política y a desgastar al partido en el gobierno, ya puede irse despidiendo de esas posiciones en disputa.
La importancia que tiene Altamira desde los puntos de vista social, económico y político exige que desde el PAN y desde los más altos círculos del poder se analice con objetividad -pero con inteligencia y sentido común-, la necesidad de conciliar intereses y evitar provocar más agravios a quienes han sido ofendidos por aspirantes que han destrozado todo puente de comunicación y convertido el camino a la Alcaldía en una ruta accidentada.
Ahí, desde hace semanas se dejó claro que el diputado Miguel Gómez Orta se sentó a dialogar con representantes de todos los grupos políticos de Altamira, con quienes hizo compromisos y por ello tiene su respaldo para buscar que el PAN retenga la Presidencia Municipal y en fórmula, los dos candidatos a diputados locales aseguren la mayoría para el blanquiazul en el Congreso.
No son pocos los que coinciden en que si el PAN estatal no toma en cuenta los acuerdos que se han hecho entre los grupos políticos locales, para sacar un candidato que unifique y no dinamite las bases de un eventual triunfo azul, es muy probable que Morena logre por fin arrebatar esa posición al blanquiazul.
En Altamira está a prueba la capacidad negociadora y la fortaleza de liderazgo de Cantú, quien deberá hacer lo necesario para evitar que el Ayuntamiento y las diputaciones locales se le vayan de las manos en las elecciones del próximo año.
LA ALIANZA DE FACTO EN NUEVO LAREDO
No fue necesario que el PAN formalizará una alianza con el PRI y el PRD para contender por los Ayuntamientos de Tamaulipas, pues con un acuerdo que de facto los une en ese objetivo, se facilita la nominación de personajes como Yahleel Abdalá Carmona.
Yahleel es diputada local por el tricolor. Llegó ahí como plurinominal. Antes, en 2018 fue candidata al Senado.
Ayer, ella renunció al PRI y todo indica será postulada por el PAN a la Presidencia Municipal de Nuevo Laredo, haciendo fórmula con Enrique Rivas Cuéllar y Salvador Rosas.
La diputada parece ser el némesis de los Canturosas, quienes ahora bajo el manto protector de la 4T quieren llevar a Morena a la Alcaldía de la ciudad fronteriza.
Justo lo decía aquí hace unos días: No debe asustar cualquier tipo de alianzas pues se fundamentan en el pragmatismo, en aras de ganar el poder. Finalmente, ese es el objetivo primordial de todos los partidos.
Y bueno, lo único que queda sin asomo de duda es que el PRI es ahora lo que el Verde fue para el tricolor muchos años y ahora lo es de Morena: una comparsa más.

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