Como muchos, creo que la figura de Cuauhtémoc Cárdenas es un referente importante para la izquierda en México, aunque sus orígenes familiares, personales y políticos estén en el viejo PRI, el que tenía como principal bandera la justicia social, aún a costa de la viabilidad económica del Estado.
Para gran cantidad de personas, Cárdenas es inclusive más importante en el tránsito de México en su inacabado proceso de democratización, porque fue el ariete con el que un grupo de priístas inconformes con los viejos métodos golpeó las puertas del cerrado sistema político vigente hasta finales de los 80.
Al menos, en lo personal y a pesar de no coincidir con algunos puntos, creo que Cuauhtémoc es más relevante en la historia política de México que Andrés Manuel. Y no, no le resto méritos a la tozudez con la que López Obrador fue capaz de mantener su ambición para llegar a la Presidencia, pero sí estoy convencido de que Cárdenas tiene más altura de miras, una visión más amplia y hasta mayor capacidad de adaptación para interactuar con los adversarios que la que ha demostrado Andrés.
La tolerancia es una de las características del hijo del Presidente Lázaro Cárdenas, algo que no se ve por ningún lado al actual titular del Ejecutivo. Eso y su perseverancia como figura central de la transición, convierten a Cárdenas en un personaje al que vale la pena escuchar cuando se pronuncia en torno a determinado asunto inherente a la vida nacional.
Supe de Cuauhtémoc cuando fue candidato por primera vez. Lo vi de lejos en un mítin lleno de campesinos y gente de clases populares. Luego, lo saludé y traté brevemente en el 91, cuando fue fundamental para amarrar la alianza PAN-PRD que apoyó al Dr. Salvador Nava a la gubernatura de San Luis Potosí. Con ese factor en común, su cercanía con el Doctor Nava, con su familia y con el navismo, pude conocerlo un poco mejor con el paso de los años. Claro, nunca es suficiente.
¿Por qué hago este preámbulo antes de hablar del tema de este texto? Porque Cárdenas, sin ser un izquierdista puro por su origen priísta, es paradójicamente la figura más cercana a lo que uno de ellos podría ser. Moderado, claro, no un izquierdista radical e intransigente como suelen ser muchos.
Esta semana, Cuauhtémoc participó como invitado en la sesión plenaria del llamado Grupo Plural del Senado, una fracción de legisladores con origen partidista diverso que decidió independizarse y ejercer su derecho a conducirse de manera autónoma a las directrices de los partidos. Hay ex morenistas, ex panistas y de otras corrientes.
Con ellos, el tres veces ex candidato presidencial habló directo sobre asuntos que tienen vigencia por la importancia de las consecuencias que tengan las decisiones que se tomen en torno a ellos. La designación del mando en la Guardia Nacional, por ejemplo.
Cárdenas dice que esa corporación militar debe tener un mando civil, porque será el encargado de combatir la inseguridad provocada por la comisión de delitos de índole federal. Como eso, también lamentó que no exista en México un gobierno auténticamente izquierdista, pues -según sus apreciaciones-, no se ve una defensa de la soberanía nacional ni un combate efectivo a las desigualdades sociales que persisten desde hace décadas.
Claro que lo que aquí comento y lo que ha dicho en su momento Cuauhtémoc puede y va a escandalizar a muchos que no le dan el reconocimiento que merece en la historia. Por supuesto que habrá quienes no coincidan y que recurran a la socorrida práctica de denostar, tal como podemos verlo todos los días en redes sociales. Es de esperarse, pues se trata de un acto irracional de quienes no tienen capacidad para sostener una discusión con argumentos, sino con emociones nacidas en las vísceras.
Para Cuauhtémoc, en México vivimos una ausencia de un gobierno izquierdista y por ende, de esa amplia y digna corriente ideológica. No es lo mismo eso que se autonombra Cuatroté que un gobierno auténticamente izquierdista, coincido.
Prudentemente apartado de los escándalos y de los pretendidos aciertos del nuevo régimen, Cárdenas es una voz que merece ser escuchada, que debería ser atendida y consultada con frecuencia. La tolerancia -insisto-, con la que se ha conducido, es uno de los más valiosos atributos que debe tener alguien que se conduzca en la vida pública.
¿En dónde están aquellos que junto con él lucharon por democratizar al PRI, que luego fundaron el PRD y años después, siguieron el camino que llevó a Andrés Manuel a restaurar las añejas prácticas paternalistas y arbitrarias del tricolor? Parecen estar más entretenidos en usufructuar el poder disfrazado de gobierno democrático, pero que tras la vestimenta de falsa austeridad y honestidad esconde el mismo cuerpo putrefacto.
CONSECUENCIAS DEL DESACATO EN EL CONGRESO
La trama de la mala novela de ficción que es el pleito en el Congreso, sigue. Con una nueva Diputación Permanente instalada por los morenistas, la queja y la reacción de los panistas, las peleas siguen su curso.
Ya lo había comentado hace días en este mismo espacio: El Legislativo será el nuevo frente de batalla entre los que ya se van y los que llegarán en un mes. El Congreso es el último reducto institucional fuerte que tendrán los Vientos de Cambio para defenderse de lo que venga, porque el partido ha quedado debilitado en su legitimidad, desde el momento en que los consejeros validaron la reelección de Luis René “Cachorro” Cantú.
En un nuevo capítulo de este enfrentamiento, los diputados morenistas Gabriela Regalado, Magaly Deandar, Marco Gallegos y la coordinadora de esa fracción parlamentaria, Úrsula Salazar Mojica denunciaron ante el Tribunal Electoral de Tamaulipas (Trieltam) el desacato en el que incurrió el Congreso para atender la sentencia de esa institución, pues afirman que la mayoría panista-priista ha obstruido su ejercicio legislativo.
Con argumentos de unos y otros basándose en interpretaciones legales, las fracciones panista y morenista mantienen su enfrentamiento en el Congreso y eso va a tensar más las relaciones entre los que se van y los que llegan, porque justamente hoy comienza formalmente el proceso de entrega-recepción y eso será motivo de más pugnas.
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