Ayer, una encuesta publicada por el periódico El Financiero contribuyó a reforzar la percepción de que los yerros cometidos por Mario Delgado como encargado de Morena, están pasando factura a sus candidatos en el país.

El partido del gobierno ha registrado descensos muy marcados en los niveles de intenciones de voto, en la mayoría de los 15 estados en los que se renovarán las gubernaturas.

En buena medida, eso se debe a la forma con la que Delgado ha conducido al partido que el Presidente le entregó hace unos meses, tras una batalla que fue más difícil de lo esperado con Porfirio Muñoz Ledo.

Hay gubernaturas en donde el proceso se le complicó tanto a Morena por los errores de Delgado, que se reforzó por la necedad de querer sostener a candidatos impresentables como Félix Salgado Macedonio. O por aliarse con lo más rancio de las expresiones priístas del viejo estilo, como en Nuevo León.

También, por postular a aspirantes que no pasan el filtro de la transparencia y la honestidad, pues como en San Luis Potosí presentó a la secretaria de Salud del gobierno priísta, pero juega una doble carta con su apoyo al candidato del Verde, un ex-convicto al que se le siguen atribuyendo presuntos vínculos con el crimen.

Así como estos ejemplos, en todos los estados donde hay elecciones para gobernador, Morena ha tenido problemas serios. El mismo Delgado ha dejado ver su lado más intolerante y autoritario al amenazar con la extinción del INE.

Claro, la caída en las preferencias electorales que El Financiero reportó en su encuesta, es coincidente con otras que se han elaborado en estos días.

Eso no significa que el partido del gobierno vaya a perder todas las gubernaturas. No, eso no, aunque la preocupación que ha provocado la baja en sus intenciones de voto explica tanto el estilo pendenciero de Mario Delgado como el tono con el que el senador Ricardo Monreal amenaza con modificar al INE, si pierden la mayoría legislativa.

También, nos confirma que la estrategia de Morena -alentada desde las oficinas donde realmente se dirige al partido del gobierno-, es básicamente una mezcla de  hostigamiento, amenazas y toda suerte de accciones jurídicas, mediáticas y políticas en contra de la oposición, para desgastarla y buscar mejorar el desempeño de sus candidatos. La otra vertiente de la estratagema es tomar como base los programas sociales de carácter asistencial, para presionar y obtener votos con la amenaza velada y latente de retirar esos apoyos a la población vulnerable.

La caída se está viendo y en estados como Tamaulipas,  en donde algunos personajes de Morena han alentado la embestida contra el gobernador García Cabeza de Vaca siendo candidatos, han resentido esa baja.

Otros, candidatas y  candidatos de Morena a Alcaldías, diputaciones locales y federales, también están ya notando los efectos de la mala dirección de Mario Delgado y de las pugnas que hay dentro del partido en el estado.

EL DEBATE Y EL SILENCIO

El fin de semana, Carlos Pérez Hernández, candidato de Movimiento Ciudadano a la diputación federal por el distrito 8 de Tampico y Ciudad Madero, invitó a los demás contendientes a participar en un debate de propuestas.

Ninguno de los demás aspirantes -Rosa González Azcárraga, Lalo Hernández Chavarría y Gina Barrios-, ha respondido hasta ahora, pero seguramente será cuestión de días para que lo hagan.

Sin embargo, es un hecho que todos van a aceptar porque tienen experiencia legislativa y en el servicio público, que les da la capacidad para intercambiar puntos de vista y presentar sus propuestas. De todos, el único que tiene un conocimiento profundo del Derecho, porque lo ha ejercido más de 30 años es Carlos. Sin embargo, por sus trayectorias, Gina, Rosa y Lalo también tienen un buen perfil como para ser diputados federales.

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