Al cumplirse una semana de haberse iniciado las campañas para renovar las Presidencias Municipales y el Congreso local, ha quedado claro que la pelea por los votos será en el territorio.

No es un secreto que ahí es en donde se obtiene el apoyo para ganar. Con cada sufragio, la cuenta de los triunfadores se acrecenta y se obtiene legitimidad.

En lo que llevamos de campañas, hemos visto que la mayoría de las candidatas y candidatos ha utilizado una estrategia de contacto directo con los ciudadanos, organizando sus visitas a colonias, mercados rodantes y espacios públicos en donde hay concentraciones de personas.

Todos han realizado sus actividades atendiendo un patrón sencillo: el saludo, un intercambio de palabras sobre las necesidades de la gente y una propuesta de solución.

Así, por ejemplo, el candidato del PAN a la Alcaldía porteña Chucho Nader ha recibido numerosas muestras de respaldo de los tampiqueños en sus recorridos, pues reconocen el trabajo efectuado al frente de la administración.

Tan sólido fue el inicio de Chucho, que una encuesta elaborada un par de días antes de comenzar las campañas lo ubicó con más del 50% de las intenciones de voto entre los ciudadanos, una cantidad de casi 30 puntos porcentuales por encima del competidor más cercano.

Al igual que a Nader, los otros aspirantes a las diputaciones locales Nora Gómez y Mon Marón, así como la candidata a legisladora federal Rosa González Azcárraga también han logrado una muy buena respuesta de los ciudadanos que ya conocen el trabajo legislativo que han hecho, así como su labor en la administración pública.

En el territorio también han estado Paloma Guillén candidata a la presidencia municipal por el PRI y sus compañeros Gina Barrios,  Carlos Holguín y Alex Rubio,  quienes aspiran a las diputaciones federal y locales.

Para los priistas esto es algo muy natural, pues siempre han estado basando sus campañas en el trabajo territorial y aunque parte de su estructura migró al PAN en 2016, otra parte decidió quedarse y unos más decidieron acercarse a Morena.

Es precisamente con Morena con quien el PRI va a pelearse los votos que hay en común, los cuales también quieren varios de los partidos que tienen afinidad con la autollamada 4T, sea por una cuestión ideológica o de intereses para obtener el poder.

¿Por qué deberían estar preocupados en Morena, Redes Sociales Progresistas y Fuerza por México? Simple: Casi todos las y los candidatos de esos partidos provienen del PRI. Yo diría que más del 90% de ellos.

Es decir, el voto duro que antes tenía el PRI, más los que ciertos liderazgos aportaron a Morena en 2018 se van a dividir y al pulverizarse, dejarán un menor margen de maniobra al partido oficial y a sus satélites para obtener el número suficiente de votos para ganar.

Claro, la autollamada 4T  a través de Morena y sus satélites le están apostando a profundizar la polarización ciudadana, a la infodemia, a la amnesia de la gente y a los beneficios que les genere entre muchos la simpatía por la campaña de vacunación contra el Covid.

El punto aquí es saber qué van a hacer los candidatos priístas postulados por Morena en Tamaulipas y en la zona sur en especial.

Y pregunto porque como decía, se van a tener que dividir los votos que en 2018 fueron para el partido oficial y que ahora tendrán que dividir con el PRI, PES, Verde, PT, Redes Sociales Progresistas y Fuerza por México.

Decía que la pelea por los votos será en el territorio y solamente pocos de los contendientes tienen la capacidad de formar estructuras que operen eficazmente el día de los comicios.

Por dinero no paran, a pesar de los límites que ha puesto la autoridad electoral. Tanto Morena como los partidos nuevos traen recursos suficientes para ser solamente contendientes testimoniales, pero lo necesario para darle legitimidad a un eventual triunfo mayoritario de la autollamada 4T en el Congreso federal. La misma historia de antes. Sí, como con el PRIAN.

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