La visita que el Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR realizó ayer a la frontera de Tamaulipas, mostró que aunque existen diferencias ideológicas y prácticas sobre la forma en que se dirigen los destinos del país, y de que se toman decisiones federales que no generan coincidencias entre la Federación y los estados, la corrección política se mantiene.
El tono respetuoso, moderado pero firme con que el Gobernador FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA se dirigió ayer al Presidente LÓPEZ, evidencia que en aras de mantener una buena relación institucional, se debe priorizar el bien colectivo. Y así se hizo.


LÓPEZ estuvo en Matamoros para inaugurar un paquete de 45 obras ejecutadas con recursos públicos, entre ellas más de mil viviendas para familias marginadas. También, un mercado público y otros proyectos de infraestructura urbana impulsados por ambas administraciones.


Varios fueron los asuntos que llamaron la atención, por los mensajes que transmitieron: Por un lado, el ambiente público en el sitio donde se realizó el acto central, con la presencia de un numeroso contingente de simpatizantes de Morena, que a la vieja usanza acudió al lugar para mostrar su apoyo al Presidente, con pancartas, mantas y gritos.


Por otro, el tono con que los apoyadores se comportaron durante todo el evento, pues los gritos de los concurrentes interrumpieron el mensaje de CABEZA DE VACA y además, el hecho de que al finalizar el acto, impidieran que se escuchara el Himno Nacional, como se acostumbra en ese tipo de eventos presidenciales.


Cuando terminó su discurso, el Gobernador envió un saludo al delegado federal en Tamaulipas, JOSÉ RAMÓN GÓMEZ LEAL, quien según los enterados, fue el responsable de que el contingente acudiera al sitio. Eso y la frase “saludo a la porra”, con que cerró su participación, dijeron mucho a quien entiende de política.
El asunto es que, todos los factores conjugados, la lectura que de esto hizo LÓPEZ OBRADOR, la mesura del mandatario estatal y la situación actual que enfrenta el país a causa de la pandemia, hicieron que recortara su participación, la redujera a poco más de tres minutos y prometiera a los simpatizantes morenistas, en un tono propio de la campaña, que regresará, los abrazará y se tomará fotos con ellos, aunque no dijo cuándo.


Es inusual que el Presidente acorte su participación en un acto público, sobre todo porque es alguien que disfruta del aplauso, de los gritos y apapachos. Es su elemento y en él se mueve, como lo ha hecho durante años en sus campañas, pero lo de ayer lo mostró con cierta prudencia y corrección política.


Se entiende que reducir su mensaje a llamados a la sana distancia -aunque jamás usó cubrebocas-; pedirle a la gente cuidarse. y retirarse de inmediato tan pronto terminara el acto, correspondió al tono moderado e institucional con que CABEZA DE VACA se dirigió en el evento.


No es un secreto que las diferencias políticas existen, que hay divergencias en torno a asuntos como la equidad fiscal y los apoyos que demanda Tamaulipas para enfrentar la crisis de salud provocada por la pandemia de Covid-19, pero también, como se vio, que ambos personajes saben separar, en lo público, esta condición.


En ese contexto, la presencia de LÓPEZ en Tamaulipas debe entenderse como una acción de avanzada durante las semanas previas al inicio de los procesos electorales local y federal de 2021.


No puede soslayarse que Tamaulipas es uno de los estados en los que la auto llamada 4T quiere aumentar su presencia, consolidar una fuerza que todavía no se manifiesta más allá


de unas cuantas diputaciones locales y pocas Presidencias Municipales y, en consecuencia, que Morena va a querer echar mano de todos los recursos permitidos para conseguir una mayor simpatía de la gente, lo cual incluye la presencia de su líder moral y, si es necesario, hasta de las instituciones del aparato del Estado que les ayuden a avanzar como sea en el terreno político.


Lo de ayer fue claro: Más allá de las diferencias, de las demandas y posturas políticas, los intereses colectivos están todavía por encima de eso. Los discursos de ambos personajes son en tono mesurado, respetuoso, correcto, aunque con evidente búsqueda de efecto político.


Aunque pareciera que el corto mensaje de LÓPEZ fue para evitar que siguieran las aglomeraciones y aumentar el riesgo de contagios, en el fondo se interpreta como un gesto de cortesía al Gobernador, al desactivar el efecto de la ruidosa porra llevada al lugar.


Eso y el saludo de GARCÍA a “la porra” y al Delegado federal, explican por sí mismos la reacción presidencial.


Ambos saben que para ganar la partida deben hacer movimientos, mover sus cartas y no mostrar su juego al otro. Entienden que
la competencia por los espacios políticos pasa por el uso de recursos y fortalezas propias, así como del aprovechamiento de las ventajas que se poseen.


Los dos tienen lo necesario para conducir a sus respectivos proyectos al triunfo, pero comprenden que en lo público, es mejor llevar una relación cordial que enfrascarse en un enfrentamiento abierto, declarado, que pueda conducir las cosas a algo que difícil de controlar.


La de ayer en Matamoros fue una visita con un resultado inesperado, con mensajes, pero también con señales de lo que viene. Eso lo apreciaremos en las siguientes semanas.

PARA CERRAR
Con certeza se dice que la gratitud es la memoria del corazón y que toda persona bien nacida, debe contar con ese atributo como una virtud necesaria. Eso es cierto.
Sirvan estas líneas para reiterar el agradecimiento franco y mi reconocimiento a la generosidad con que Grupo Expreso-La Razón me brinda la oportunidad de seguir haciendo lo que me apasiona de toda la vida: escribir.


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