En México, 6 de cada 10 personas consideran que haber desaparecido el Seguro Popular, que brindaba cobertura en servicios de salud a la población abierta, ha sido una muy mala decisión por parte del gobierno federal.

El funcionamiento del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), con el cual la Cuatroté sustituyó al anterior esquema, ha sido deficiente en términos generales y a pesar de que se ha presentado como la panacea al problema que representa la falta de acceso a servicios básicos para el cuidado de la salud de la gente, el 72% de los mexicanos ha tenido que gastar dinero de su bolsa de manera adicional, a pesar de que en el sistema de salud pública hay varias instituciones entre ellas el propio Insabi.

Estos son solamente dos datos reveladores que nos muestra una situación sumamente complicada, decepcionante y aterradora para los millones de mexicanos que no tienen acceso a servicios médicos de salud en el país. Millones de personas que forman la población abierta, ven ahora condiciones más difíciles y en términos económicos, más caras para su bolsillo que antes.

La información que le comparto es parte de la que ayer dio a conocer el Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México (COP-UVM), en una encuesta denominada “La Encrucijada del Sistema de Salud en México”, en la que se analizaron diversas variables sobre la operación del mismo, el comportamiento de las autoridades, la percepción de los ciudadanos, el impacto de la pandemia de Covid en las instituciones del sector y las afectaciones económicas en la economía familiar.

El documento difundido tanto por el Centro de Opinión Pública de la UVM como por la propia red de universidades en el país, señala que 68% de la población evalúa con calificaciones de “mala” y “regular” la actuación de la Secretaría de Salud federal en el manejo de la pandemia, mientras apenas el 32 por ciento considera que fue buena. La enorme proporción de mexicanos que califica como un malo, malísimo manejo de este problema de salud pública por parte de las autoridades, es también un indicador del humor social.

Pero no es todo, porque en otro apartado, la medición señala que el 85% de las personas encuestadas se muestran satisfechos y muy satisfechos con la atención recibida en los hospitales por parte de los médicos y personal de enfermería, contra el 51% que se siente insatisfecho con el trabajo de los funcionarios de la Secretaría de Salud y el 54% con la del Presidente ante este grave problema que ha dejado miles de muertos.

Hay más datos y por supuesto son diferentes a los que tiene el Presidente, la Secretaría de Salud y quienes defienden el modelo que se aplica en México en los últimos tres años, pero el estudio arroja resultados demoledores desde la óptica de los ciudadanos que ven con objetividad el estado en el que se encuentra el sistema de salud pública.

No se trata de abrumar ni aburrir con cifras que son frías, sino de reforzar los argumentos en torno a un tema que siempre será fundamental para la calificación de un gobierno, de un funcionario o de un servidor público relacionado con el sector, sea legislador o trabajador.

Para los gobiernos, sean municipales, estatales o el federal, cada un en el ámbito de su competencia debe actuar con responsabilidad y atendiendo lo que establece la ley. Actuar con apego a la misma pero sin soslayar la necesidad de tener sensibilidad es fundamental.

Y en el caso de esta medición hecha por la Universidad del Valle de México -una de las más reputadas del país e integrante de una red internacional de instituciones educativas reconocidas-, la encuesta da pistas sobre cuál ha sido la ruta seguida por los servidores públicos responsables de prevenir, atender y procurar la salud de la gente.

Los números que arroja el estudio no son alentadores desde la óptica de la percepción que la gente tiene del Insabi, de la eficiencia que tiene en el cumplimiento de su labor. Tampoco nos dicen que los ciudadanos vean que se va a corregir el rumbo y sí, en cambio, que el nuevo instituto ha salido peor que el modelo anterior.

Como conclusión, creo que existe la necesidad de que desde todas las esferas gubernamentales se conozcan este tipo de trabajos, que se estreche la comunicación con instituciones académicas, que se escuche a quienes en el día a día enfrentan problemas y hasta desgracias derivadas de la ineficiencia del sistema de salud pública en México, se trate del Insabi, del IMSSS, del Issste o de las instituciones que atienden al Ejército, la Marina y Pemex. Por donde se vea, las fallas son evidentes, son graves y, lo peor, son cosas que no se ve que estén en proceso de revertirse.

Finalmente, cualquier ciudadano debería tomar en cuenta este tipo de trabajos, de estudios y encuestas en donde se mide el humor social, la percepción y la calificación que se da a las autoridades e instituciones del sector público en el ámbito de la salud: Quien cuida y atiende el tema de la salud de la gente, es quien realmente muestra compromiso. Se trata de los hechos, no de las palabras.

ESCOTILLA

Ahora que concluyeron las actividades recreativas de la temporada de asueto de Semana Santa en Tampico y Madero, así como de las Fiestas de Abril en el puerto, los números que tienen las autoridades estatales y municipales son bastante buenos en el aspecto del dinamismo logrado en la economía gracias al turismo. Creo que no tardamos en conocer las cifras y veremos.

abarloventotam@gmail.com

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