Desde que se conocieron las intenciones del grupo en el poder para quedarse con la dirigencia estatal del PAN y así seguir utilizando al partido para defenderse ahora que sus principales integrantes queden en el desamparo político, varios representantes de los panistas tradicionales decidieron mostrar su oposición.

El surgimiento de algunos interesados en buscar la presidencia del partido fue tomado como un intento de rebeldía de los panistas, que en los últimos seis años debieron quedarse callados ante el férreo control que se ha ejercido desde el poder público.

Semanas atrás se supo que el ex diputado local Arturo Soto, el ex dirigente Francisco “Kiko” Elizondo y el ex diputado Francisco Garza de Coss tenían interés en buscar esa posición. Algo pasó que ahora, solamente se puede contar con Soto como aspirante, a quien se ha agregado el ex senador José Julián Sacramento.

Con esos perfiles -Soto y Sacramento-, parece no verse por dónde los panistas tradicionales puedan arrebatar el control del partido a la cofradía que los últimos seis años lo tiene controlado y en el que el senador Ismael García Cabeza de Vaca ha sido el principal impulsor y sostén del motejado “Cachorro”. Éste ha fungido solamente como recadero, con los desastrosos resultados electorales que hoy entrega.

Lo que parecía una pésima broma, la pretendida aspiración de “Cachorro” Cantú para buscar la reelección a pesar de que ha sido el peor encargado del partido en el último cuarto de siglo, pinta para ser realmente una posibilidad. Y no es que Cantú Galván tenga los atributos necesarios -liderazgo, inteligencia, visión, habilidad negociadora, conocimiento estatutario y de los grupos-, sino que es un alfil en la partida que está en curso.

La siguiente jugada es hacer lo necesario para ganar la contienda interna, pasando otra vez por encima del panismo tradicional, ese que fue sometido y mantenido a raya de diversas formas, así hayan sido posiciones en el gobierno o negocios.

Lo primero que quieren es llevarse la inercia de lo que entienden como triunfo con la decisión de la Suprema Corte sobre el desafuero y después, seguir desalentando la posible participación de interesados en buscar la presidencia del PAN.

Tener para ese grupo el partido y seguir manejando la designación de candidaturas en 2024: Senadurías, Alcaldías, diputaciones locales y federales. Y sí, recuperar espacios políticos perdidos en las últimas elecciones, esas que le han tocado al “Cachorro”.

Y en sus escenarios están ya repartiendo los cargos a quienes durante los últimos seis años han sido incondicionales. En unos días sabremos si se registra más de un aspirante, pero den por hecho que Luis René lo hará con el apoyo de Ismael y del grupo al que representa. A ver si con esas decisiones, al PAN no le pasa lo que al PRI, cuando perdió la gubernatura hace 6 años.

Por lo pronto, la visita de Francisco, el gobernador, el miércoles por la tarde, sirvió de avanzada para que tanto el senador Ismael como “Cachorro” se reunieran con consejeros estatales del partido, a quienes esencialmente pidieron apoyar la continuidad en la dirigencia estatal.

Ismael se encontró con ellos el miércoles y Luis René el jueves por la tarde, en un hotel ubicado cerca de la avenida Hidalgo. En ambos casos, las presiones a los integrantes del Consejo fueron claras: A toda costa quieren quedarse con el partido, a pesar de no tener los merecimientos ni la capacidad para ello.

CON FUERO Y CON ALIENTO

La Suprema Corte de Justicia de la Nación no le dio un respiro a Francisco, el gobernador, sino que le inyectó el suficiente oxígeno para alentarlo a seguir el mes y medio que le resta a su sexenio sin contratiempos jurídicos.

Ya pasando el último día de septiembre las cosas pueden ser diferentes, porque como cualquier otro ciudadano tendrá la oportunidad de defenderse de las acciones jurídicas que pudieran emprenderse en su contra o de su gobierno por parte de la Cuatroté.

Y aunque en el oficialismo se quiere hacer ver como una victoria, no es tal. El daño político, personal, a la credibilidad está hecho.

ESCOTILLA

Prudentemente alejados del proceso de impugnación presentado por el PAN sobre las elecciones, cuya resolución ya dio el Tribunal Electoral de Tamaulipas, el PRI tamaulipeco busca reagruparse a partir de ya.

Esta semana anduvieron por el sur los diputados Edgar Melhem, dirigente estatal del partido y la legisladora Alejandra Cárdenas Castillejos. Parece que a los del tricolor les sienta bien seguir haciendo eventos con poca gente, para tratar de mantener la vigencia del PRI sin exponerse a verse mal por la poca asistencia.

No duden ustedes que a partir de octubre, la relación de alianza que había entre el tricolor y el PAN cambie, para que la fracción del tricolor se vaya inclinando poco a poco hacia la de Morena. Todo es posible.

abarloventotam@gmail.com

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