Si de algo podemos estar seguros -y estarán de acuerdo hasta los opositores políticos -, es de que a Tampico la transformación llegó antes de la nueva alternancia.
En los últimos cinco años, la ciudad pasó de tener una percepción negativa, a ser de las primeras cinco más seguras del país.
También, logró una notable mejoría en la prestación de servicios públicos, en la dotación de alumbrado y el reconocimiento de instituciones calificadoras a su manejo financiero.
Bueno, por poner un ejemplo de la eficiencia alcanzada en el aspecto del funcionamiento del gobierno local, hace días se dio a conocer que las autoridades de McAllen, Texas, pusieron en marcha un programa de limpieza basado en el que ha hecho de Tampico una ciudad reconocida a nivel nacional: Del “Tampico Brilla” al “McAllen Shine”.
Luego, en materia de seguridad siendo una de las más tranquilas del país y en el aspecto de las finanzas, las principales agencias calificadoras han dado constancia del eficiente manejo financiero del gobierno encabezado por Chucho Nader.
Precisamente, el conjunto de todos esos elementos ha permitido a Nader colocarse en el primer sitio del listado de los 150 Presidentes Municipales del país que evalúa Consulta Mitofsky, como el Mejor Calificado durante el reciente lustro.
En casi seis años que comprenden las dos administraciones municipales del PAN, Chucho ha liderado un equipo cuyo trabajo ha logrado una transformación urbana que se nota claramente lo mismo en la infraestructura urbana que en los servicios, crecimiento económico y la percepción de seguridad.
En este lapso, la transformación ha sido integral y es consecuencia de la participación ciudadana y la colaboración de la sociedad con los sectores productivos e instituciones de los demás niveles de gobierno.
El cambio que hubo, del atraso que venía acumulando la ciudad desde años atrás hacia el desarrollo actual cualquiera puede notarlo. Inclusive, integrantes y figuras destacadas de otros partidos han reconocido esto.
Varios de los miembros del Ayuntamiento que entrará en funciones en octubre lo saben perfectamente, porque lo avalaron con sus decisiones y su actuación ya que formaron parte del Cabildo actual.
Parte importante del cambio en la ciudad es la ampliación y mejoramiento de la infraestructura urbana, pues en los dos períodos que le ha tocado encabezar a Chucho se han pavimentado 750 cuadras de calles; se han modernizado las instalaciones deportivas y los espacios turísticos, incluyendo la construcción de un nuevo parque recreativo y la conversión de una calle en semi-peatonal en la zona centro.
Así que, parafraseando al propio Nader, Tampico ha alcanzado en el sexenio municipal su mayor nivel de desarrollo en las últimas décadas y para no frenar el ritmo de trabajo que se tiene, en las siguientes semanas seguirán entregándose más obras urbanas en la ciudad.
MONREAL, DE PROTAGONISTA A PEÓN
A tono con la estrategia de promoción de foros en los que de difunde -pero no discute-, la propuesta impulsada por el compañero Andrés Manuel para lograr una pretendida reforma judicial profunda, el fin de semana estuvo en Tamaulipas el todavía senador Ricardo Monreal Ávila.
Como todo político con un indeleble pasado priísta, Monreal tiene una larga carrera alternando durante décadas cargos entre las Cámaras de Diputados y Senadores, la Delegación Cuauhtémoc de la Ciudad de México y el gobierno de Zacatecas. Ahora, a partir de septiembre será diputado plurinominal, otra vez.
Lo que eso nos dice es que más que uno de esos viejos políticos que conocen todas las mañas del viejo y del nuevo régimen, es que es de los pocos integrantes de Morena que dominan bien esto de jugarle al demócrata, de cabildear y negociar.
En el sexenio agonizante lo hizo tan bien que consiguió una diputación plurinominal, pero no quiso enfrentarse de lleno con el compañero Andrés Manuel para disputar la candidatura presidencial.
Presionado sin duda, quizá con advertencias para que desistiera de querer generar una revuelta al interior del partido, Monreal fue, es y seguirá siendo usado como un alfil en el tablero de la política de la Cuatroté.
¿Y a cambio? Tolerancia a la ineptitud de su hermano David que mal gobierna el inseguro Zacatecas, posiciones de poder para los suyos, silencio en torno a los múltiples negocios familiares que se les atribuyen y hasta la posibilidad de que en un recuento total de votos le entreguen a su hija Catalina la Delegación Cuauhtémoc, que perdió en las urnas el mes pasado.
Ricardo pasó de ser protagonista a un peón más en el tablero que juega López Obrador. Desperdició una oportunidad excelente para mostrarse como un demócrata y ni siquiera llegó a los lloriqueos que tuvo Ebrard cuando se quedó de inequidad en el proceso interno de Morena para seleccionar a la candidata presidencial.
Monreal, viejo zorro de la política y conocedor del mecanismo de recompensas a cambio de silencio e ignominia, se quedó callado una vez negociado eso.
Así lo veremos en el siguiente sexenio, moviéndose a sus anchas, negociando, buscando mantener sus cotos de poder e impulsando, por supuesto, a su parentela en más cargos públicos.
Le sabe bien a eso y no fue gratis su renuncia a las aspiraciones de crecer más en política.
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