Aunque va unido a Morena en el proceso electoral de este año a nivel federal, en algunos estados como Tamaulipas el Partido del Trabajo (PT) tiene sus esperanzas puestas en los votos que le genere esa alianza, que sean suficientes para conservar su registro y con él, los millonarios recursos que recibe vía prerrogativas.

Eso, el dinero público, los votos y las posiciones para senadores, diputados, Alcaldes y regidores son lo que le daría cierta presencia al partido, que a cambio pondría a disposición de la Cuatroté todo eso. O casi todo, porque el presupuesto lo manejan sus dirigentes.

Pero uno de los variados problemas que tiene el PT es que desde sus orígenes ha estado ligado al poder en turno, salvo en los sexenios panistas a nivel nacional. Con el PRI fue un satélite que jugaba a ser oposición y ahora es lo mismo, pero con la máscara de aliado del oficialismo.

Electoralmente no aporta gran cosa, pero políticamente ayuda a generar una percepción de impacto social que se magnífica mediáticamente, en especial entre grupos de la población que desconocen su realidad.

Por eso, por las dificultades para atraer por sí mismo a los electores, en el Partido del Trabajo (PT) pusieron su vista en personas que creen que pueden ayudarles a cambiar esa imagen y atraer ciudadanos a votar por ellos.

Así es como se entiende que el PT piense en el dirigente sindical de empleados del Ayuntamiento de Madero, Azael Portillo Alejo como su posible carta a una diputación local. Claro, una cosa es que lo vean así y otra que vaya a ser el abanderado.

Ciudad Madero es el único municipio de Tamaulipas en dónde el PT tiene cierta cantidad de votos que pueden considerarse como cautivos para ese partido, al menos en el papel. Eso lo vimos en la elección extraordinaria para el Senado, en febrero pasado.

En el caso Azael, además de ser el dirigente sindical -ayer aliado del PRI, hoy de Morena-, Portillo ha sido regidor en al menos dos ocasiones y candidato a diputado por el Verde de Jesús González Macías y después del PT

Con esos antecedentes, es una propuesta que naturalmente el PT lo ha considerado para ganar espacios. Es de las muy pocas opciones que el Partido del Trabajo ha observado con atención por las posibilidades que le puede representar para ganar votos.

Azael ha sabido acomodarse bien en los sucesivos gobiernos del PRI, PAN y Morena, en los que ha sido regidor, además de relacionarse bastante mejor con el Verde y el PT, de los que ha sido candidato.

Sí, parece poco para lo que necesita el PT para que los ciudadanos lo vean como una alternativa atractiva, pero no tiene muchas opciones. Al menos, el dirigente sindical puede ofrecerles la estructura de empleados municipales como un factor de fortaleza. Claro, en el papel siempre.

DÍAS DE POSIBLES SORPRESAS

Por otro lado, entre las posibles sorpresas que se esperan para esta semana están los anuncios de los nombres de quienes serán los candidatos de Morena a las senadurías.

Y digo posibles sorpresas porque está casi cantado que la exdiputada Olga Sosa lleva muy avanzado el proceso de posicionamiento en el último año, de tal manera que ya es conocida más allá de la zona sur y es altamente probable que Morena la postule como candidata al Senado en el primer sitio.

Luego está también casi asegurada la segunda posición para José Ramón “Jota Errre” Gómez Leal, aunque dentro del mismo partido en Tamaulipas hay fuertes resistencias a permitirle buscar la reelección. Eso es, hasta ahora, el principal motivo de diferencia entre las tribus morenistas en la entidad.

Fuera quedarían otra vez Maki Ortíz Domínguez y posiblemente Adrián Oseguera, aunque como dije, nada hay seguro. La única que tendría su lugar prácticamente listo sería Olga.

Hay quienes están muy emocionados con la posibilidad de que el exgobernador Eugenio Hernández Flores sea postulado por el Partido Verde, en donde ya había metido como delegado hace dos años a su sobrino Karl Heinz Becker.

Los promotores de la eventual nominación de Geño pretenden que se olvide que sigue siendo requerido por autoridades de Estados Unidos, quienes quieren juzgarlo en ese país por varios presuntos delitos.

Esa sí sería una sorpresa, porque confirmaría la falta de habilidad política del Verde para tratar de presentarse como un partido serio, ya que recurriría al reciclaje de una figura que si bien es conocida, arrastra una cauda enorme de cuestionamientos, especialmente por el lado de las acusaciones del gobierno estadounidense en contra del exgobernador.

Sin embargo, repito, los emocionados promotores de las presuntas aspiraciones de Eugenio ahora lo quieren colocar como el antídoto político del cabecismo, cuyos residuos se resisten a dejar los espacios de poder que todavía controlan.

Me parece una interpretación errónea, alentada por la desesperación y la impericia política. Pero así es esto.

abarloventotam@gmail.com

Alberto Anaya, dirigente nacional del PT.

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