En las últimas semanas de 2020 mucha gente estuvo repitiendo hasta la saciedad que terminando el año, las cosas mejorarían después de meses críticos a causa de la pandemia por Covid.
Hubo quienes con sus dichos afirmaron que se sentían a salvo de los efectos del Coronavirus, pero la realidad no es tan simple.
Tan es así que las autoridades federales han seguido reportando la confirmación de más casos de Covid en el país, en el estado y en los municipios de la zona.
En la vida real, esa que está alejada de las buenas intenciones del Subsecretario de Salud federal Hugo Lopez Gatell, las cosas son totalmente diferentes a los que muchas personas han planteado como algo posible.
La cifra de muertos a causa de complicaciones en su salud por Covid sigue aumentando, imparable. La cantidad de contagiado sigue la misma tendencia, mientras que la saturación de hospitales públicos y privados ha continuado de la misma manera.
Quizá muchos de quienes me leen podrán decir, con razón, que son varias las ocasiones en que he tocado este tema, pero la verdad no está de más hacer énfasis en la gravedad de este problema de salud pública.
Si eso sirve para ayudar a generar una conciencia social de responsabilidad, que tenga en el cuidado propio y de los demás el principal factor, seguiré hablando del asunto.
Sin embargo, por ahora quiero comentarles que para este año una buena parte de los mexicanos considera que sus preocupaciones principales se centran en temas como la salud y sus complicaciones a causa de la pandemia, además de las cuestiones económicas como la conservación de sus trabajos y de las empresas en las que laboran muchos de ellos.
De igual manera, la sobrevivencia de micros, pequeñas y medianas empresas que dan empleos formales -quizá ya no tan bien pagados, pero sí que ayudan a proporcionar seguridad social a millones de familias-, es también un tema que preocupa a los mexicanos.
Con base en una encuesta que realizó Consulta Mitofsky en días pasados, sobre el índice de felicidad de los mexicanos, vale la pena destacar que prácticamente más de dos terceras partes de las personas encuestadas consideran que 2021 será para ellos mejor en todos los aspectos, en comparación con la medición que se hizo en noviembre de 2019.
Quizá la explicación más aceptable del por qué cerca del 70% de los mexicanos consultados cree que 2021 será mucho mejor que el año anterior, sea la esperanza que tienen en que la vacuna anti Covid les será aplicada y con ello, existe la posibilidad de que la economía comience a reactivarse y por ende, en cascada se reanude un lento pero gradual movimiento económico que les ayude en todos los aspectos.
Conservar la salud, preservar sus empleos y empresas y estar en condiciones de retomar el ritmo que traían hasta antes de la pandemia, son las principales causas de la preocupación de los mexicanos.
No es algo generalizado, pero es lo que la muestra realizada indica.
Para millones de mexicanos, es claro que esas son sus prioridades. Para las autoridades, sin duda, es mantener el margen de control político que hasta ahora han tenido.
Son visiones distintas, opuestas, pero al mismo tiempo, coincidentes en su origen: la crisis de salud.
En un año político de gran interés para todos los actores, pero especialmente para el actual régimen, entender las preocupaciones que inciden en el sentimiento de la gente, puede dar una idea de hacia dónde mover el discurso oficialista y por dónde puede la oposición treparse a la ola de reacciones de quienes están inconformes con la gestión del gobierno en el país.
Es la narrativa, lo he dicho en varias ocasiones. Es la base del discurso que vayan a utilizar tanto el gobierno como la oposición, y es lo que va a influir de manera decisiva en el sentido de los votos de muchos ciudadanos.
Entender las preocupaciones de la gente, definir un discurso en torno a ellas y actuar en congruencia, va a ser y a hacer la diferencia 3n las elecciones de junio próximo.

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