Muchas son las cosas que importan en este país en estos momentos y que no se entienden entre quienes tienen la responsabilidad de encabezar su solución.
El cuidado de la salud de la gente, la reactivación económica, el restablecimiento de la paz y la seguridad en amplias zonas de México, la creación de condiciones de certeza jurídica y confiabilidad para las inversiones privadas y sobre todo, la recuperación del clima de concordia, tolerancia y respeto al que piensa diferente, son cosas prioritarias.
Una de esas es la que tiene que ver con la aprobación de la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), propuesta por el presidente López hace poco tiempo y que la semana anterior pasó sin problemas en la Cámara de Diputados, en donde la mayoría integrada por Morena, PT y PES votó a favor de la iniciativa “sin cambiarle siquiera una sola coma”, tal como lo instruyó anticipadamente el titular del Ejecutivo.
Esta semana el Senado hizo lo mismo, imponiendo la fuerza legislativa para validar esta propuesta que en los hechos, representa una regresión de casi medio siglo en los procesos de modernización del país en materia energética, particularmente en los que tienen que ver con las acciones para combatir el cambio climático, sin dejar de lado el alto costo económico para millones de usuarios residenciales, comerciales e industriales del país.
Este es uno de los asuntos que realmente importan en México actualmente y que no han sido atendidos como se debe por parte de los responsables de ello.
Entre el amplísimo grupo de quienes cuestionan la docilidad de los diputados y senadores del partido del Presidente y de sus aliados, destacan especialistas del sector energético y economistas que coincidenc en que el costo de haber aprobado una ley que da carácter preponderante a la Comisión Federal de Electricidad, limita la inversión privada en la generación de energías limpias y eso ño va a terminar pagando la gente. Además está el impacto negativo que esto va a tener en el medio ambiente.
Se ha dicho que en este gobierno se privilegia el uso de combustibles fósiles y altamente contaminantes, sobre la promoción y el uso de energías renovables, que son más limpias y económicas y todo indica que así es.
La discusión que desde hace tiempo se viene dando en torno a este tema ha sido opacada -parece que intencionalmente-, por acciones impulsadas desde el propio Ejecutivo, con el fin de distraer la atención de la gente e impedir que haya reacciones adversas que compliquen la aprobación de las iniciativas, sin que haya discusión analítica por parte de los diputados y senadores.
Los distractores siempre han servido a los gobiernos en turno para desviar la atención ciudadana de los asuntos que realmente importan.
Se prefiere la estridencia mediática y en redes sociales, en donde las hordas digitales afines hacen valer su acción concertada para imponer la narrativa oficial. Se recurre a eso antes que a la discusión racional y objetiva de los problemas nacionales.
El trámite para solicitar en la Cámara de Diputados el desafuero del gobernador tamaulipeco, se llevó la atención un par de días. El aparente retiro de la candidatura de Félix Salgado al gobierno de Guerrero, fue otro distractor.
En estos días hemos sabido del enorme costo de cancelar el aeropuerto, de los errores en la planeación de la refinería de Dos Bocas, de las masacres en Jalisco, de la violencia creciente, de las pérdidas y mala situación financiera de Pemex, de la falta de vacunas contra el Covid y otras enfermedades y de un largo etcétera, que nos retratan de cuerpo completo el rostro de la autollamada 4T.
Los escándalos mediáticos propiciados desde el poder, son un instrumento que ayuda a evadir la realidad.
Funcionan con muchos, pero la cantidad de yerros es tan grande, que cada vez se necesitan más de lo que también llaman coloquialmente cortinas de humo.
Y en tanto eso sucede, para muchos pasa desapercibido que hace días superamos los 2 millones de contagios, que la cantidad de muertos por Covid sigue creciendo imparable, que la inseguridad es peor que con el PRIAN, que Lozoya sigue libre pese a ser un delincuente confeso y que se tira dinero en estadios de beisbol, en vez de gastarlo en la compra de medicamentos para niños con cáncer o de equipamiento hospitalario.
Dadas las circunstancias que se ven en el escenario político previo a las elecciones intermedias, dé usted por hecho que los distractores se van a seguir viendo y que la ineficiencia oficial la continuaremos padeciendo de alguna manera todos los mexicanos, mientras desde el poder se olvidan de lo que realmente importa.