El grupo de políticos que todavía responde a los intereses de los hermanos García Cabeza de Vaca -Francisco e Ismael-, sigue empeñado en no soltar las posiciones que todavía tiene en Tamaulipas.
La víspera de las designaciones de los candidatos y las candidatas a las senadurías, diputaciones federales y locales, así como las presidencias municipales, la cofradía cabecista aumenta su activismo y pretende quedarse con todas las posiciones importantes.
No les interesan tanto los municipios pequeños, sino los grandes, esos en donde el manejo de los recursos públicos representa la oportunidad de proyectarse al escenario estatal y la operación de estructuras con fines políticos en el mediano plazo.
Ahora que prácticamente el Auditor Superior del Estado, Jorge Espino Ascanio finalmente accedió a iniciar el proceso de entrega-recepción al que lo orilló el Congreso a tres semanas de concluir su período, los cabecistas ven que se están quedando sin posiciones en los organismos que no dependen directamente del gobierno.
Francisco, desde su exilio se ha mantenido como el líder de esa facción del panismo que encuentra rechazo en cada vez más municipios del estado, por la forma en que ejerció el poder en contra de los mismos panistas que no estaban de acuerdo con él en muchas decisiones.
En México, Ismael vive sus últimos meses como senador de primera minoría por Tamaulipas, pero ante la enorme dificultad de que obtenga buenos resultados en la contienda federal de junio, él y su hermano decidieron enfocarse en ganar posiciones en el Congreso local para desde ahí -según su lógica-, iniciar un reagrupamiento de sus fieles, al tiempo de convertirse en incómodos para el actual gobierno morenista.
Para eso necesitan recursos y proyección y por lo mismo, quieren quedarse con la mayoría de las candidaturas a las Alcaldías, diputaciones locales y federales. Quieren todo, a como dé lugar.
La nueva embestida del cabecismo residual se nota en algunas acciones: El registro de su testaferro Luis René “Cachorro” Cantú como precandidato a la Alcaldía de Reynosa; la anuencia para que Leticia Salazar haga lo propio en Matamoros y María del Carmen Rocha en Camargo. De ellos, la menos cercana es Lety, a quien Francisco le incumplió los acuerdos hechos antes de su designación como candidato a la gubernatura en 2016.
Francisco e Ismael saben que necesitan de algunos liderazgos regionales para poder sacar adelante las campañas de los candidatos afines.
En la zona cañera aún pueden contar con César “Truco” Verástegui Ostos, en Victoria con el extesorero de Eugenio Hernández, el diputado Óscar Almaraz Smer; en Nuevo Laredo con Imelda Sanmiguel y en Matamoros, obviamente con cierta alianza con Lety.
En la zona conurbada de Tampico es diferente, pues aunque hay algunos exfuncionarios que durante el cabecismo ocuparon puestos de primero y segundo nivel, ninguno representa un liderazgo importante, ni dentro ni fuera del PAN. La mayoría se concretó simplemente a vivir como burócrata, sin pensar en formar cuadros o grupos de respaldo. Sin embargo, quieren quedarse con las candidaturas.
Eso muestra hoy la endeble posibilidad de que los Cabeza de Vaca obtengan un apoyo firme o masivo entre el panismo de la zona sur, aunque en algunos casos como Ciudad Madero y Altamira hay todavía algunos de sus incondicionales que están dispuestos a jugar un papel de apoyo a sus intenciones en los actuales procesos internos del PAN.
El interés del cabecismo residual es empujar y presionar a la dirigencia nacional para que las candidaturas de los principales municipios de Tamaulipas y la mayor parte de las nominaciones al Congreso local sean para sus incondicionales o cuando menos, afines.
En el caso de quienes trabajaron en el gobierno estatal anterior, lo ven casi como una obligación de los favorecidos, de quienes piden lealtad absoluta.
El cabecismo tiene ya pocas opciones para mostrarse como una fuerza política determinante en el rumbo de Tamaulipas, pero tiene la esperanza de que sus cófrades incondicionales se queden con las candidaturas deseadas.
En ese intento, a Francisco e Ismael García Cabeza de Vaca no les importa dinamitar las posibilidades de que los ciudadanos vean facciones del PAN diferentes, alejadas de la soberbia avasallante que caracterizó a los hermanos y sus beneficiarios.
Ese es el principal riesgo para el PAN alejado del cabecismo, el que quiere regresar a los orígenes, el que se resiste a que Francisco e Ismael sigan manejando los hilos del partido en los municipios, aunque en el Congreso tengan a algunos de sus testaferros y en la dirigencia estatal sigan sosteniendo a uno de los suyos.
¿Hasta dónde van a llegar? Pues se percibe que hasta donde sea necesario para seguir manteniendo el control de las pocas posiciones que todavía tienen, hasta donde les permitan los recursos económicos o la información con la que mantienen bajo sus órdenes a quienes en el escenario político les siguen el juego.
Es evidente que a Francisco e Ismael no les importa el partido ni impulsar una recuperación de espacios para el PAN, sino para ellos mismos.
Agotadas sus posibilidades de que Ismael repita en el Senado, de que Francisco regrese tranquilamente a hacer política a México o de que sus protegidos destaquen, lo que les queda es presionar, arrebatar y debilitar a los grupos que no comulgan con ellos. Es un rasgo muy propio del cabecismo, algo que se vio en su sexenio.
ESCOTILLA
El regidor Juan Pizaña Martínez se perfila como uno de los protagonistas del proceso interno de Morena para obtener la candidatura a la diputación local por el distrito norte de Tampico.
El edil no ha cesado sus actividades, ni en los días de fiestas decembrinas. Por el contrario, aumentó su ritmo de trabajo fuera de las oficinas del Palacio Municipal y regresó a las colonias en donde ha estado llevando jornadas asistenciales y diversos servicios a la población.
De los aspirantes morenistas a la candidatura por la diputación de la zona norte de la ciudad, es el que más labor ha realizado. Además, está muy bien relacionados con varios de los principales liderazgos internos del partido y de la Cuatroté en el estado, lo que se convierte en factores a favor.
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