Aunque son varios, algunos de los principales errores Arnulfo Rodríguez, dirigente sindical de los maestros de Tamaulipas, es querer medir fuerzas con el gobierno estatal, desafiar la paciencia de decenas de miles de padres de familia y pensar que vivismo en tiempos pasados.

Puede decirse que es la soberbia propia de quienes se sienten con el poder para decidir sobre miles de trabajadores, que legítimamente tienen derecho a pedir lo que consideran como beneficios justos, independientemente de si se trata de prebendas exageradas que se les otorgaron en el pasado al calor de la conveniencia política.

Al margen de que exista razón en todo lo que los maestros exigen, la forma en la que Arnulfo manejó las cosas y llevó el asunto al extremo, con la toma de oficinas de los Centros Regionales de Desarrollo Educativo (CREDE) en las principales ciudades del estado, así como el bloqueo a la sede de la Secretaría de Educación en la capital, remiten a formas del pasado lejano.

En el siglo pasado, cuando el sindicato magisterial era aliado y beneficiario consentido del viejo PRI, era normal ver este tipo de situaciones, pero en estados con menores niveles de desarrollo educativo, social y económico, aunque con un alto grado de politización barata.

Era impensable ver en estado como Tamaulipas, entidad de economía pujante y visión distinta a la de otras, este tipo de protestas. Las quejas y exigencias no pasaban de lo público y terminaban en negociaciones privadas. Pero todo se arreglaba sin que los dirigentes sindicales llegaran al extremo de alentar bloqueos y tomas de oficinas. Esto recuerda a los métodos de la violenta y retrógrada Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), más que al Sindicato Nacional (SNTE).

Los errores de Arnulfo Rodríguez son evidentes y pueden costarle caro. Desafiar el poder institucional de un gobierno, así sean legítimas las demandas laborales, no puede dejar algo bueno en el corto plazo.

Acostumbrado a moverse como uno de los viejos caciques sindicales de los años dorados del PRIato, Arnulfo cree que puede hacer y deshacer con el derecho de decenas de miles de estudiantes de Tamaulipas a recibir clases. No ha medido sus alcances y las reacciones sociales, que a la larga van a repudiar su actitud.

El charrismo sindical no ha desaparecido en el país y hay suficientes muestras -el sindicato de Pemex, el de ferrocarrileros, el de televisión y radio, el de mineros, el de maestros-, pero los nuevos tiempos exigen cuando menos matizar la forma y exigen una transición obligada. Lo que vemos en Tamaulipas con los maestros controlados por Arnulfo es un recordatorio de lo que no debe existir más.

MARCELO, UN DÍA DESPUÉS

Un día después de haberse consumado lo que ya se preveía, con la designación de Claudia Sheinbaum como virtual abanderada de Morena a la Presidencia, el excanciller Marcelo Ebrard seguía sin dar pistas sobre su nuevo destino en la política.

Al mismo tiempo, las especulaciones sobre la verdadera reacción de Andrés Manuel ante lo que desde el oficialismo se calificó como pataleta de Ebrard han alimentado los rumores acerca del rumbo que va a tomar.

Sin embargo, quien conoce a López Obrador sabe que no va a ceder, que no va a dar la orden para que Mario Delgado, el encargado de Morena, haga algo para dar marcha atrás al proceso que culminó con el ungimiento de Sheinbaum como virtual candidata. Hacerlo no está y jamás estuvo en planes de Andrés Manuel, convencido como está de que es infalible y de que sus decisiones son las únicas correctas en el país.

Un día después de haber denunciado las irregularidades y calificado como cobardes a Delgado y al gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, quien es el presidente del Consejo Nacional, Marcelo Ebrard no ha dado públicamente más señales. Lo que dijo y mostró el miércoles por la tarde y noche ha sido todo.

Se infiere que aunque no le había respondido los mensajes a Sheinbaum. Ebrard ha tenido algún tipo de comunicación con emisarios de Andrés Manuel, pues el Presidente no es del tipo de personas proclives a atender asuntos de este tipo, así sean delicados. La soberbia, insisto, le impide actuar como un político sensato.

Un día después, ayer no se sabía gran cosa y todo eran versiones sobre el posible destino de Ebrard: Candidato de Movimiento Ciudadano para dividir el voto opositor o bien, sometido nuevamente a los designios de Andrés Manuel, como lo vimos con un domesticado y apagado Ricardo Monreal.

Como se ven las cosas, casi nadie ve a Marcelo dentro de Morena y más bien, se le percibe como candidato de Movimiento Ciudadano para cumplir el libreto diseñado hace meses en Palacio Nacional. No creo que en el Frente Amplio por México le cedan la candidatura y manden a Xóchitl Gálvez a competir por la Ciudad de México.

Lo que sí se pudo ver con claridad es que Andrés Manuel proyecta tranquilidad y con su clásica sonrisa burlona cuando sabe que tiene el control de las cosas y con eso irrita a sus adversarios. Anticipó que si Marcelo es candidato presidencial le quitará votos a Xóchitl entre la clase media. Tiene razón.

Aunque quizá no toma en cuenta que Ebrard quizá se pliegue y apoye al Frente desde afuera. Si hay alguien que sabe muchas cosas y que entiende cómo neutralizar a Andrés Manuel, son dos personas que hoy han sido desplazadas, menospreciadas y burladas por López Obrador: Marcelo y Ricardo Monreal. Tal vez sea tiempo de reconsiderar guardar esa sonrisa para mejor ocasión.

ESCOTILLA

¿Quiere usted una prueba de la farsa que fue el proceso interno de Morena para elegir candidato presidencial? Bueno, no se ría, pero Gerardo Fernández Noroña obtuvo más votos y apoyo en las encuestas que Ricardo Monreal, Adán Augusto y Manuel Velasco. Sí, para morirse de risa, ¿verdad? Y muchos que pensaban que lo del Frente Amplio estaba planchado desde antes.

abarloventotam@gmail.com

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí