Los muertos de Morena indignan e insultan la inteligencia. Son prueba de que por conseguir y conservar el poder, hay quienes pasan por encima de la ética, de la honestidad, de la transparencia y de la misma ley.
No, no se trata de los más de 150 mil homicidios dolosos de los que hay registro hasta ahora en México, desde que se inició el gobierno de la Cuatroté. Tampoco de los miles de fallecidos a causa de la pandemia por Covid, en los últimos 3 años.
Mucho menos, de los niños muertos por falta de medicamentos oncológicos o las mujeres que han sido asesinadas y que engrosan las cifras de feminicidios que siguen impunes en el país.
Estos muertos de Morena de los que les hablo son los más de 17 mil personas detectadas como fallecidas, quienes milagrosamente dieron sus firmas para que Morena y varias asociaciones afines promovieran la petición de la Consulta Popular para la Revocación de Mandato del presidente López Obrador, el año pasado.
De acuerdo con información que ha difundido públicamente por el Instituto Nacional Electoral (INE), en ese proceso se encontraron numerosas irregularidades, principalmente la detección de 17 mil 460 firmas de personas muertas.
De esas, unas 14 mil 940 fueron entregadas al INE por la asociación civil “Que Siga la Democracia”, que colaboró estrechamente con Morena en este ejercicio.
¿Por qué indignan y son un insulto a la inteligencia esos muertos? No se necesita demasiado análisis para entender que se trató de una triquiñuela para reunir una gran cantidad de firmas de apoyo para darle mayor sustento a la petición que a final de cuentas, sirvió para que Andrés Manuel mantuviera su presencia pública, al aparecer en las boletas de una consulta a la que solo acudieron a votar sus seguidores.
La ilegalidad del asunto es de tal magnitud, que el propio INE analiza presentar los recursos jurídicos necesarios ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales para que se investigue y se sancione como corresponde a la asociación civil ligada a Morena.
Esa agrupación, por cierto, estableció la meta de reunir 110 mil firmas en Tamaulipas, para integrarlas al paquete que entregó al INE. En por lo menos dos ocasiones estuvo en la entidad Gabriela Jiménez, la dirigente nacional. La exdiputada federal Olga Sosa Ruiz, era la coordinadora estatal de esa asociación civil.
Ignoro si entre las casi 15 mil firmas de personas fallecidas y entregadas por “Que Siga la Democracia” al INE, en un clarísimo intento fraudulento por aumentar las cifras de apoyadores de la solicitud de consulta popular, hay algunos de Tamaulipas.
No tengo hasta ahora acceso a esos datos, pero dado el universo de firmas obtenidas en el país y a al número recabado en los estados de mayor participación en esa etapa, no dudaría que una cantidad notable fueran de este estado. Tampoco puedo asegurar que así haya sido, pues mientras el INE no desglose en su informe si es que hubo firmas de personas muertas recabadas en Tamaulipas, todo será mera especulación.
Lo que es irrebatible es el engaño en el que incurrió la asociación civil en el ámbito nacional. Lo que es clarísimo es que este intento fraudulento por entregar un listado voluminoso con firmas, cuestiona de origen la legitimidad de la petición. Eso, por citar solamente una cosa, hace que los acompañantes del partido del Presidente sean como los que se fueron. Quizá no iguales, pero sí bastante parecidos en las formas y la intención. En fin, la hipocresía, ya sabe usted.
EL CAMINO DE ELEFANTE BLANCO
Hace dos años nació Elefante Blanco, un medio digital que surgió como resultado de un proyecto largamente incubado en la mente y el corazón del periodista tampiqueño Carlos Manuel Juárez.
Desde el inicio, el trayecto de este medio ha estado marcado por una línea editorial en la que se privilegian la investigación periodística, la divulgación de información que busca dar voz y visibilizar a diversas minorías, desde organizaciones de buscadores de personas desaparecidas a defensores de derechos humanos, pasando por quienes impulsan acciones para denunciar la corrupción.
Elefante Blanco está cumpliendo dos años y como el anterior, Carlos Manuel se echó a cuestas la tarea de coordinar el Festival Contra el Olvido, un amplio programa de actividades culturales, artísticas, de análisis y por supuesto, de capacitación para periodistas. En este esfuerzo tiene el apoyo de asociaciones como Iniciativa Sinaloa, el Border Hub, que promueve el periodismo de investigación en la frontera norte del país.
El festival de celebración por el aniversario de Elefante Blanco se enmarca en las actividades que son apoyadas por autoridades municipales de Tampico, como parte de las actividades por el Bicentenario de Fundación de la Ciudad. Hay suficientes motivos para festejar.
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