El Presidente López Obrador ha asegurado siempre que él y sus seguidores son diferentes a quienes les antecedieron en el gobierno,  a saber, priístas y panistas a quienes ha denostado siempre.

Estigmatizados todos al ser colocados en un mismo ente amorfo al que el Presidente llama PRIAN, sus actuales opositores políticos han sido calificados con todo tipo de adjetivos que en nada les favorecen.

López les ha dicho fifis, conservadores, machuchones, corruptos, bandidos, vulgares ambiciosos de poder y toda suerte de palabras que se le ocurren, las cuales repiten y aplauden sus fanáticos, como estribillo de canción popular.

Nadie va a salir a defender a los funcionarios de cualquier nivel que hayan pertenecido al viejo régimen y cuyo comportamiento es criticable, condenable.

El Presidente ha dicho siempre que los de hoy no son iguales a los de ayer. Que entre quienes se instalaron en el poder con la autollamada 4T no hay corruptos, deshonestos ni bandidos.

Que no lucran con las necesidades de la gente y que tampoco hay actitudes mezquinas, “como antes “.

Su narrativa antisistema y de diferenciación le ayudó a ganar las elecciones en 2018, pero con el paso del tiempo y el desgaste propio del ejercicio de gobierno, la realidad ha golpeado brutalmente la cara del nuevo régimen.

Hace unas semanas comenté en este espacio que en la autollamada 4T había personas que en tono triunfal anticipaban que Morena, el partido del gobierno, se iba a beneficiar de la campaña de vacunación contra el Covid, que la Federación estaba por iniciar.

Fueron varias personas y en diversas ocasiones quienes lo dijeron. Entonces, confiaban en que los candidatos de Morena arrasarían en las elecciones,  basándose en la imagen y popularidad del Presidente,  así como en la gratitud de los ciudadanos que recibirían las vacunas.

Hagan de cuenta como se hacía en los gobiernos del PRIAN, ahora la autollamada 4T hizo lo mismo. Igualito.

Desde que llegó el primer embarque de vacunas y en el gobierno casi hicieron fiesta por cumplir con su responsabilidad, Morena se ha colgado de ese programa federal que es gratuito y universal.

En spots, con propaganda a través de su periódico  Regeneración y de los empleados públicos llamados Servidores de la Nación, con declaraciones y abiertamente en campañas, Mario Delgado y muchos de sus personeros han utilizado políticamente la campaña de vacunación para obtener simpatías y beneficios políticos.

El caso más reciente se dio esta semana en Baja California, en donde Delgado abiertamente hizo proselitismo a favor de Morena usando el programa de vacunación. Al decir que el Presidente “consiguió” 20 millones de vacunas y ponderar lo que López Obrador ha hecho como parte de su responsabilidad, como si fuera una graciosa concesión a los ciudadanos.

Además de manejar con poca pericia y seriedad el problema de la pandemia, el gobierno federal ahora permite que Morena lucre con la salud de los mexicanos.

Alentar con su permisividad que un dirigente como Mario Delgado utilice ilegal e inmoralmente este programa de salud pública, es mezquino, ruin. Pero una de dos, o la autollamada 4T lo permite porque lo sabe y es cómplice de ello o porque lo ignora, que es igual.

Aún con el execrable uso político de la vacunas anti Covid, las cosas parece que no le están funcionando a Morena y sus desesperados candidatos y candidatas.

DE ALTERNATIVAS Y COMPARSAS

A principios de esta semana llamo la atención que Carlos Pérez Hernández, candidato de Movimiento Ciudadano la diputación federal por el distrito 8 de Tampico y parte de Ciudad Madero, hiciera una declaración precisa acerca del papel que está jugando el partido en la contienda electoral.

Carlos, un conocido abogado que decidió aceptar la invitación para buscar la representación de los habitantes de la zona en la Cámara de Diputados, es un conocedor del Derecho, tiene buenos contactos en diversos segmentos de la población y en términos generales no tiene necesidad alguna de andar buscando un cargo público.

Por eso es que su postura acerca de que Movimiento Ciudadano no es comparsa de Morena es puntual, oportuna y válida.

Son muchas las voces que señalan que MC es un partido satélite de Morena, porque tradicionalmente ha votado a favor de todas las iniciativas enviadas al Congreso por el Presidente y su partido y por otras muchas cosas.

Sin embargo, en la zona y en Tamaulipas, Movimiento Ciudadano postuló a candidatas y candidatos provenientes de la sociedad civil, del sector empresarial y profesionistas que están ofreciendo una serie de propuestas legislativas y de gobierno, que son muy diferentes a las que plantea Morena. El mismo Carlos, candidato a diputado federal, es el mejor ejemplo de que MC está ideológicamente muy alejado del radicalismo que caracteriza al partido del Presidente. Así como él, varios candidatos y candidatas tienen posturas y planteamientos que distan de lo que es Morena.

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