El inicio del año nos deja un sabor agridulce como sociedad, pues mientras se fue avanzando en el combate de la pandemia mediante el programa de vacunación, las cifras con las que cerramos 2021 nos mostraron que estamos lejos de quedar a salvo del peligro.
En el balance obtenido en México en materia de economía, salud, seguridad y bienestar, las opiniones están divididas entre quienes consideran que hay resultados positivos y quienes estiman que además de faltar muchísimo por hacer, el saldo es negativo.
Ese es uno de los signos característicos de la polarización social y política que vivimos precisamente por el clima de división que es propiciado desde las más altas esferas del gobierno, como parte de la estrategia para dividir y controlar.
Como las opiniones son diversas, la evaluación que los ciudadanos hacen de las autoridades federales difiere en muchos aspectos, pero algo que puede ayudar a definir las posturas y a conocer el resultado final es atenerse únicamente a lo que dicen las cifras.
Los números son fríos pero permiten dilucidar con precisión cuál es la situación real, porque son más que cifras.
Pueden ser indicadores de lo que se ha avanzado y de lo que está pendiente; de lo que puede calificarse como éxito o fracaso. Las cifras son claras, duras, frías.
En este tenor, el año que inicia representa un reto importante porque las autoridades deberán hacer esfuerzos notables para reducir las cifras que se reportan en dos de los rubros que más preocupan a los ciudadanos.
En 2021, el país cerró oficialmente con más de 470 mil muertos tan solo a causa de homicidios dolosos y de las complicaciones por Covid.
De acuerdo con datos de la empresa especializada TResearch, el año pasado se reportaron en México 32 mil 969 homicidios dolosos, pero en el acumulado en lo que va del sexenio la cifra es de 109 mil 300, muy cerca de los 120 mil que registraron en el gobierno de Felipe Calderón, aunque con la enorme diferencia de que en la administración del Presidente López Obrador los números corresponden apenas a la mitad de su periodo. Es decir, fácilmente se va a rebasar lo que se tuvo en el sexenio panista, al que el actual mandatario ha calificado siempre como el más sangriento.
El conteo de TResearch nos recuerda que al ritmo que se lleva, el número de homicidios dolosos en el presente sexenio va a rebasar a todos los anteriores de los últimos 30 años.
Uno de los factores que influyen en que se tenga esa alta cantidad de homicidios dolosos es la ausencia de una verdadera política federal en materia de combate a los delincuentes, pues el Gobierno Federal ha actuado más bien con indolencia -que puede interpretarse como complicidad-, al decidir no enfrentar con el peso de la ley las acciones de los criminales, lo que los ha empoderado, convirtiendo al país en un extenso territorio donde campea la impunidad y propicia que se registren homicidios dolosos en gran cantidad, un día sí y otro también.
Otra parte sustancial en la gran cantidad de muertos que deben contarse en el balance de estos Gobierno, es la de quienes han perdido la vida a causa del Covid.
Ahí, México llegó a las casi 4 millones de personas contagiadas, desde que comenzó el conteo por la pandemia. De esos, más de 350 mil han perdido la vida por ese motivo.
Los contagios se cuentan por miles diariamente y las muertes, por decenas, hasta rebasar el centenar por día.
La situación es tan delicada, que con el crecimiento acelerado en el número de casos de la variante Ómicron, la cantidad de casos pone en riesgo otra vez la relajada tranquilidad que se tenía y si no se maneja adecuadamente, estamos ante un escenario complicado.
Con estos dos rubros en los que el problema se presenta de manera clara como algo preocupante, nos damos cuenta que la situación en México debe hacernos actuar con mayor seriedad y eficacia, porque no se trata solamente de números alarmante, sino de la seguridad en general.

abarloventotam@gmail.com

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