En días pasados llegué a Playa Miramar por la tarde. La brisa, como dice la letra de la canción “El Maderense”, del Dr. José Sierra Flores, me daba de frente.

La arena suave, las aguas del Golfo de México, los sonidos de las olas y de las gaviotas me hicieron olvidar por un buen rato que ya cumplimos una semana con campañas por las Presidencias Municipales y la renovación del Congreso local.

Tenía más de año y medio de no ir a la playa pero la fugaz visita me recordó que aquí, hace ya tres años, siendo candidato a la Presidencia Andrés Manuel López Obrador encabezó un acto político en el que se comprometía -de ganar, como sucedió-, a destinar una fuerte inversión económica para ejecutar un proyecto de reactivación de la refinería “Francisco I. Madero”, situada a unos cuantos centenares de metros de Miramar.

Después, ya en el gobierno, se anunció profusamente que se asignarían unos 3 mil 500 millones de pesos a la refinería, para hacer que operaran nuevamente sus plantas productoras de gasolinas y otros derivados del petróleo.

Hasta ahora, es fecha que la refinería local no está operando al ciento por ciento como se prometió. La Federación ha preferido darle prioridad a la que se construye en Dos Bocas,  Tabasco, el estado natal del Presidente.

Con este escenario, en el que no se terminan de poner a funcionar todas las plantas productoras en la refinería local, se ha dicho que este día el Presidente estará en la zona, justo en la “Francisco I. Madero”.

Para mi gusto, es a todas luces una visita ociosa en términos prácticos, porque bien pudo haber pedido al titular de Pemex el reporte del avance y evitar que se le den interpretaciones erróneas a su presencia en un estado en el que hay campañas, pero además, en el cual existe un enfrentamiento político abierto con el poder local.

Pero bueno, lo del conflicto es un asunto entre ellos, bajo el argumento que quieran manejar y de acuerdo con lo que cada uno quiera decirle a la gente.

Quizá la visita de López Obrador sí tiene que ver con el interés genuino de estar al pendiente cómo van las cosas en el proyecto para reactivar este centro de producción de petrolíferos, ahora que el Gobierno Federal dejó en claro que su apuesta es por las energías fósiles.

Como sea, es encomiable que López Obrador venga y personalmente revise el plan. Que yo recuerde, ningún Presidente lo había hecho y esto es de reconocerse.

De paso y como no queriendo, puede preguntar cómo van las campañas de los candidatos de su partido, entre ellos varios de sus parientes que quieren ser diputados, algunos plurinominales, es decir, sin hacer campaña y sin salir a dar la cara a los ciudadanos. Sí, así como antes llegaban a la Cámara los “machuchones” de los partidos que formaban la mafia del poder, durante el período neoliberal.

Ignoro si el Presidente sabe que hay personas que escudándose en su parentesco, se han hecho de candidaturas a diputaciones locales tanto de mayoría como plurinominales. O como el suplente del actual diputado federal por Madero, que en 2018 logró esa posición por ser yerno de una prima de López Obrador.

No creo que lo sepa, porque conociendo su forma de pensar y la idea que tiene de las personas que quieren llegar o conservar el poder a toda costa, como “cualquier vulgar ambicioso”, ya habría puesto freno a los intentos oportunistas de quienes buscan aprovecharse de su nombre y de la legitimidad del movimiento social que busca la Cuarta Transformación del país.

Ojalá no me esté equivocando al pensar que el Presidente ignora que su parentela también quiere tener su propia y personal transformación, de simples ciudadanos a usufructuarios del poder que da la autollamada 4T.

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