En menos de un mes, Tamaulipas estará nuevamente en la antesala de un nuevo proceso electoral, en esta ocasión igual de importante que hace 5 años porque las condiciones sociales, políticas, jurídicas e históricas lo vuelven inédito.

De manera formal, el domingo 12 de septiembre se iniciará el proceso mediante el cual los tamaulipecos tendrán que elegir al próximo gobernador en 2022, en un entorno político y social revuelto, en el que ya se notan los efectos de la campaña de erosión que afectó la figura del actual gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, por el embate jurídico y político emprendido por la autollamada 4T en su contra.

No bien los perdedores han asimilado los resultados de las elecciones del 6 de junio, cuando ya tienen ante sí la responsabilidad de comenzar a trabajar para prepararse y evitar otro brutal descalabro como el que hace dos meses les propinó Morena, al ganar la mayoría legislativa y los principales municipios de la entidad.

El Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM) ya está orientado a hacer todo lo relacionado con la preparación del próximo proceso electoral, lo cual incluye la renovación de varios consejeros que están por terminar sus responsabilidades en el órgano de planeación y realización de los comicios.

El Instituto a cargo de Juan José Ramos Charre ha dado a conocer que se espera tener pronto la definición del presupuesto que va a aplicar en la preparación del proceso electoral sucesorio, para cumplir con esa responsabilidad que le han dado los tamaulipecos.

El inicio formal del proceso electoral para renovar la gubernatura acelerará también los tiempos internos de los partidos políticos que buscan obtener buenos resultados en la contienda del próximo año.

En el PAN, mientras hay quienes sostienen con buenos argumentos que desde el poder existe cierto sesgo que podría incidir en la designación del Secretario General de Gobierno Cesar Verástegui Ostos como posible candidato a la gubernatura, entre numerosos grupos de militantes sigue siendo extendida la idea de que se tiene que abrir a la participación de los miembros del blanquiazul la selección de su abanderado, para que tenga legitimidad y no sea visto como una extensión del actual grupo en el poder.

Aunque Gerardo Peña Flores, el diputado local que está por terminar su encargo y asumirá en unas semanas una curul federal es bien visto por militantes panistas y una buena parte de la sociedad, si las cosas siguen como hasta ahora podría quedarse otra vez en la orilla, a pesar de la experiencia legislativa y el conocimiento político que acumula.

Paradójicamente, el tercero de los aspirantes panistas a la candidatura por la sucesión, el Alcalde porteño Chucho Nader, es quien más se ha mantenido discretamente a la expectativa sin descuidar su encomienda, pero quedando al pendiente de lo que el partido defina en cuanto al proceso de selección de su abanderado al gobierno estatal.

En Morena las cosas no son muy diferentes, pues ahí hay más de media docena de personajes que son mencionados como interesados en la nominación, pero las reglas del juego se parecen a las de los azules.

Mientras en esos dos partidos se enfocan en procurar no romper la frágil unidad interna que existe y que les permita sacar candidatos con amplio respaldo, en otros institutos políticos como el PRI le apuestan más a los beneficios que pueda generarles una alianza, sea con el PAN o con Morena, pues como en su momento lo hizo el Verde, están dispuestos a unirse a quien le represente mayores beneficios políticos.

Como podemos ver, unos se preparan de una forma y otros confían en que la decisión adecuada les ayude a seguir sobreviviendo políticamente.

En tanto ellos hacen lo suyo, el IETAM seguirá trabajando en su responsabilidad de planificar, organizar y conducir un proceso electoral a la altura de lo que los ciudadanos esperan.

abarloventotam@gmail.com

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