La política en México es así, tal como la estamos viendo. Hay acuerdos inconfesables y tratos evidentes que tratan de engañar con lo obvio. A muchos les parecerá incomprensible, pero esto es así.

Mire usted si no: A la validación del triunfo de Américo Villarreal Anaya en las elecciones de junio, confirmada apenas la semana pasada por el Tribunal Electoral de Tamaulipas (Trieltam), siguió ayer la sesión de la Suprema Corte de Justicia para discutir dos controversias, una del Congreso local sobre el desafuero y otra, que planteaba la legalidad o no de una orden de aprehensión contra Francisco, el gobernador, por los presuntos delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada.

El 4 de agosto escribí aquí que esos dos hechos aparentemente inconexos eran lo que había alentado el resurgimiento de la campaña negra que se dirigió al equipo morenista durante las semanas de proselitismo por la entidad. Que extraoficialmente el resultado de una cosa dependía de otra y que quienes perdieron -no el PAN ni el candidato, por supuesto-, recurrían nuevamente a una estrategia desesperada basada en la infodemia.

Bien, pues ayer la Corte cerró el círculo. Determinó que Francisco García Cabeza de Vaca sigue manteniendo el fuero y por tanto sigue siendo gobernador hasta el 30 de septiembre, como lo establece la ley. Terminará el período de 6 años para el que fue electo en 2016 luego de una campaña que marcó historia y que fue el centro de la esperanza de miles de tamaulipecos que confiaron en ese proyecto.

La Corte había pospuesto ya en dos ocasiones su decisión: La primera el 1 de junio, a días de las elecciones. La segunda, apenas en julio. En ambos casos, los mal pensantes coincidieron en que en el estilo de hacer política a la mexicana, todo estaba supeditado a la actuación del mandatario, de su disposición para aceptar los resultados y hasta de su intención de presionar o no a los magistrados del Tribunal Electoral de Tamaulipas. Especulaciones, ya ve, pero alimentadas por todo lo que se ha visto siempre en México.

Pero el Tribunal Electoral de Tamaulipas desechó las impugnaciones del PAN sobre el resultado de los comicios y confirmó la validez de la elección de Américo. Y menos de una semana después, la Corte favorece a García Cabeza de Vaca con una decisión que más bien parece una victoria pírrica para el mandatario. Cuestión de enfoques.

Como sea, ayer anduvo Francisco por la zona sur entregando algunas obras hidráulicas y repitiendo el mensaje que se posteó en sus redes sociales por la tarde, en el que dijo que la Corte le dio la razón, que fue objeto de una campaña de mentiras e infundios y que, enfatizó, se sacudirá el lodo que le arrojaron. Y fue más allá, más con una intención que puede ser entendida como una aparente revelación de sus aspiraciones presidenciales, cuando dijo que seguirá trabajando por Tamaulipas y por México.

En realidad, el discurso oficial no tiene nada de extraordinario. Era previsible que se pronunciara en esos términos, con esos conceptos, reafirmando la postura personal de inocencia que siempre mantuvo García. Como pieza oratoria es llamativa, pero no alcanza para pensar en que puede sustentar una aspiración seria a una elección presidencial. Creo que más bien, la vista de Francisco está puesta otra vez en una Senaduría, aunque por la vía plurinominal, pero de eso hablamos después.

Lo que para García Cabeza de Vaca fue un triunfo casi equiparable al de hace 6 años, para la gente de Morena fue solamente un retraso en lo que han dicho que sucederá: Tan pronto se inicie la nueva etapa de gobierno en Tamaulipas y Francisco se quede sin fuero, las acciones jurídicas federales continuarán, independientemente de si en lo local se decide o no hacer lo propio.

Justo ayer después de conocer el veredicto de la Corte, el gobernador electo Américo Villarreal manifestó su respeto a la determinación de esa institución, pero enfatizó que Francisco debe enfrentar la justicia a partir del 1 de octubre, cuando ya no tenga fuero y las autoridades puedan actuar con libertad, mientras lo hace como cualquier otro ciudadano.

Villareal no abundó más en el tema, pues dijo que su atención está puesta en el proceso de entrega-recepción que se iniciará el 1 de septiembre y que servirá para que el próximo gobierno sepa en qué condiciones recibirá la administración estatal que está por terminar.

Finalmente ¿quién gana y quién pierde en esto? Sin duda, Francisco gana porque evitó que la Corte diera por bueno su desafuero y lo hiciera objeto de acciones penales. También, porque la orden de aprehensión fue invalidada. García Cabeza de Vaca también gana un respiro a mes y medio de terminar su mandato y aunque se ve difícil que eso le alcance para limpiar en el corto plazo su imagen, le da algo de solidez a sus argumentos de defensa.

¿Gana Morena? Por supuesto, porque el partido del presidente López Obrador consiguió que el Tribunal Electoral de Tamaulipas validara la elección y desechara los argumentos del PAN -mejor dicho, de quienes perdieron- y por tanto, no hay motivo para echar abajo los comicios. Superaron las esperadas presiones a los magistrados. Ahora no hay vuelta atrás, aún y cuando falta la decisión del Tribunal Federal Electoral (Trife).

Le digo: La política es así. A veces se van confeccionando pacientemente prendas que visten la vergonzosa desnudez de las negociaciones. Tranquilidad y libertad por triunfo ajeno. Vale la pena cuando se llega a casos extremos.

abarloventotam@gmail.com

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